La Conferencia Internacional de 1906 es una de esas ocasiones en las cuales las miradas del mundo han confluido en Algeciras, pues en la entonces pequeña población costera se decidía en gran medida el destino de occidente, en un mundo amenazado por una lucha entre gigantes, como trágicamente sucedió pocos años más tarde. Esos gigantes se veían las caras en un edificio de nuestra calle Convento, y el mundo que representaban era inquietante. Pero el futuro fue al final más negro y aterrador de lo que nunca se pudo imaginar...

En principio todo parece indicar que la situación mundial en 1906 es continuación de la planteada en 1905. A nivel internacional, destaca en primera línea informativa el eco de la Revolución Rusa, la de 1905, que lejos de apagarse se convierte en un conflicto persistente en el que intervienen al menos tres matices: el revolucionario, el nacionalista y el político, y junto a ellos los prolegómenos del descalabro ruso en la guerra ruso-japonesa, cuyo informe entrega el general ruso Kuropatkin el 23 de mayo de 1906.

Al eco de las agitaciones revolucionarias, surgen las reivindicaciones de las nacionalidades contra el imperio zarista, con levantamientos en Finlandia, Polonia y las “provincias” bálticas (Letonia, Estonia, Lituania), que se extienden a primeros de mayo al Cáucaso (Georgia, Armenia, Azerbaiyán), donde se descubre en Tiflis (Georgia) un depósito de 254 bombas y 1.000 cartuchos de dinamita.

En el mes de enero, aunque se apresó en San Petersburgo a los 49 miembros del comité revolucionario y se descubrieron complots en Moscú y Tsarkóie-selo, no por ello decreció la violencia. En este clima de agitación se confundieron el anticlericalismo, con el asesinato del pope Gapony y la oposición violenta al gobierno zarista, con el asesinato del jefe de la policía en Moscú y del gobernador en Ekaterinoslav. En junio el levantamiento revolucionario se había generalizado y se extendió a Ucrania con el levantamiento de Odessa y otras ciudades.

El ejército japonés, lanzado al asalto de las trincheras rusas en la batalla de Mukden, en la guerra ruso-japonesa (1905).

En esta tensa atmósfera el Imperio necesitaba atraerse recursos lo suficientemente importantes como para hacer frente a todos los campos en lo que tenía que intervenir, y así el exministro ruso de Hacienda gestionó a principios de enero en París un crédito de 800 millones de francos, con los que poder hacer frente al control de la Manchuria Septentrional, que aún pertenecía a su área de influencia en China. Para reforzar la alianza entre el Imperio y la III República francesa, se llegó a un acuerdo comercial con el que se pudieron iniciar las obras de la construcción de un canal que uniera el Báltico y el Mar Negro, con el que dar trabajo y sosegar en parte las demandas revolucionarias, ya que a causa de la revolución veinticinco provincias se encontraban amenazadas por el hambre.

En el terreno político a principios de enero se decidió que las elecciones para la Duma se llevarían a cabo en abril, en las que triunfó el Partido Demócrata Constitucional. La Asamblea, abierta el 10 de mayo pidió, entre sus primeras medidas, la dimisión del gobierno (26 de mayo), con lo que se planteó una crisis institucional entre el zar y la Duma. La tensión se agravó el 5 de junio, cuando el gobierno ruso se propuso procesar a catorce diputados de la Duma por prestar su firma en un manifiesto obrero sobre la cuestión agraria (13 de junio).

En el Extremo Oriente, a partir del tratado de Portsmouth (EE UU), Rusia se vio obligada a reconocerle a Japón su posición preeminente en el Imperio Chino. Su situación se reforzó con el acuerdo chino-japonés de este año. Aunque el Imperio del Sol Naciente afianzó su posición en Corea con la detención de su emperador a principios de febrero y tuvo que hacer frente a los primeros levantamientos antijaponeses, a partir de junio. La victoria del "enano japonés", como le llamaron los rusos, provocó una reacción antioccidental en China, en la que se sucedieron a la par una oleada de levantamientos antioccidentales (en el Sur de China, Honan y Shan-tung) y las primeras revueltas antidinásticas.

Manifestación pacífica de trabajadores el 22 de enero de 1905 ante el Palacio de Invierno de San Petersburgo. El gran Duque Vladimir Aleksandrovich ordenó a la guardia imperial que disparara.

En Europa el polvorín de los Balcanes, está a punto de estallar entre los estados balcánicos y el Imperio Turco por la "cuestión" de Macedonia. Los primeros conflictos entre búlgaros y turcos se iniciaron en febrero en Salónica. Serbia, Bulgaria y Montenegro pactaron una alianza ofensiva-defensiva contra la Sublime Puerta, que además debió hacer frente a un incidente con el Reino Unido en la frontera egipcia (26 de marzo), solventado mediante el acuerdo de 12 de mayo.

En este clima de inestabilidad creciente surgieron algunas tentativas de conciliación general, como la del "bureau" socialista (II Internacional) de París, contra la guerra eventual, y de Rusia, que pretendió celebrar la Segunda Conferencia de la Paz en La Haya.

La caballería carga contra los pacíficos manifestantes, dando origen a la fallida revolución de 1905.

En Francia continuó el enfrentamiento entre la República y la Iglesia. A principios de enero el papa convocó en el Vaticano un sínodo de obispos para tratar sobre el laicismo del estado, y se publicó un “Libro Blanco” sobre la separación de la Iglesia y el Estado. El jueves 1 de febrero se produjeron en París “tumultos, reyertas y prisiones con motivo del inventario de las iglesias”. Este incidente se reprodujo en la Cámara francesa entre el diputado socialista Jaurés y el de derechas Auffray. El 17 de febrero se publicaba en la prensa francesa la encíclica del papa sobre la separación de la Iglesia y el Estado en Francia. Otros hechos destacables de la actualidad francesa serían las catástrofes mineras de Courrières y Lens y la serie de huelgas y protestas que generaron; el comienzo en el Tribunal de Casación (15 de junio) de la revisión del proceso Dreyfus, y la concesión a Mme. Curie de la cátedra que desempeño su marido (Pierre Curie), recientemente fallecido.

En España, el nuevo año también parece prolongar al anterior. El 13 de enero se iniciaron los debates sobre el proyecto de ley de delitos contra la patria y el ejército, que pasaron al Congreso el 15 de febrero. Salvador Canals escribía sobre La cuestión catalana a propósito de un manifiesto catalanista, en el que se planteaba la cuestión catalanista dentro del problema de una España opuesta al uniformismo centralista, y desde el punto de vista de la necesidad de dar solución a un nuevo engranaje de la colectividad nacional. El autor entendía el regionalismo como una fuerza capaz de resolver el problema de España. A lo largo del mes de febrero se discutió este proyecto en el Senado, en el que se presentó un voto particular de los representantes del ejército. Los presidentes del Congreso y del Consejo se reunieron con los presidentes de las minorías parlamentarias para llegar a un acuerdo sobre la ley, que resultó inviable, por lo que la minoría republicana se retiró del Congreso el 14 de marzo, siguiéndole la catalanista al día siguiente, al rechazarse su enmienda sobre el proyecto de jurisdicciones.

Una sesión del injusto juicio al capitán Dreyfus, el más sonado escándalo de la época.

En este clima se produjeron dos grandes manifestaciones en las que actuaron conjuntamente Solidaridad Catalana y la oposición parlamentaria. La primera de ellas tuvo lugar en Gerona el sábado 10 de febrero, en la plaza de toros de la ciudad. En ella intervinieron los diputados disidentes para protestar por el no levantamiento de la suspensión de las garantías constitucionales en Barcelona, y del proyecto de ley sobre delitos contra la patria y el ejército; y de nuevo el 20 de mayo, esta vez en Barcelona, con una gran manifestación de Solidaridad Catalana a la que acudieron la mayoría de los diputados a Cortes contrarios al proyecto.

Ante la agitación que se vivía en Barcelona, se decidió reformar la policía de la ciudad. Entre los actos violentos más destacados cabe señalar el incendio del Registro General del Ministerio de Gracia y Justicia, la iglesia de San Pablo y el asesinato de un inspector de policía. No tardaron en producirse detenciones y registros con motivo de supuestos preparativos de un levantamiento carlista (26, 28, 30 de marzo), y de atentados anarquistas. La patente movilización en Cataluña contra la ley y a favor del levantamiento de la suspensión de las garantías constitucionales, propiciaron, en un intento de apaciguamiento, la visita del ministro de la Gobernación, el conde de Romanones, a Barcelona, Tarragona y Reus (18, 22 abril). A su regreso se restablecieron, y se nombró para la Capitanía General al general Linares.

Caricatura política contra los militares en España.

En este ambiente de inestabilidad, se produjo el fallo del jurado en el juicio por los hechos que habían dado origen a toda la polémica. Se absolvió al director del Cu-cut, y se condenó al de El Diluvio a ocho años de cárcel, también se absolvió el 7 de marzo a los editores de La Veu de Catalunya y La Tralla.

En el artículo El esclavo de su culpa, de Juan Antonio Cavestany, se opinaba que la personalidad del presidente del Consejo, Moret, al que se definía como el gran demagogo, había sido clave en esta diatriba: "Toda la historia política de Moret es eso: una permanente contradicción entre sus palabras y sus actos", y contraponía su actuación en el Desastre con la actual crisis de Cataluña. Una actitud conciliadora partió del Ateneo de Madrid, que inició una serie de conferencias sobre la historia contemporánea española (18 de abril).

Aunque con menor intensidad que en los sucesos de Barcelona, algo parecido sucedía en Bilbao, en la que se produjeron detenciones contra el semanario Patria y en la que el Concejo Municipal acordó no asistir a la procesión cívica del 2 de mayo. El domingo 10 de junio se pusieron las bases de Solidaridad Valenciana, apoyado por los autonomistas catalanes.

¿Nos suena de algo?...

(Continuará)

Andrés Bolufer Vicioso. Asociación Cultural La Trocha e Instituto de Estudios Campogibraltareños.