Sentencia

Condenas de entre cinco meses y un año de cárcel para un clan sevillano del tabaco de contrabando de Gibraltar

Las cajetillas de tabaco intervenidas en 2013.

Las cajetillas de tabaco intervenidas en 2013. / José Ángel García

Cinco miembros de uno de los principales clanes dedicados a la distribución y venta de tabaco ilegal de contrabando procedente de Gibraltar han sido condenados a penas de entre cinco meses y un año de prisión por el Juzgado de lo Penal nº 7 de Sevilla en una causa que se ha prolongado diez años desde su incoación, en octubre de 2013. El tribunal, que ha impuesto también a los condenados el pago de 277.000 euros en concepto de multas, ha estimado como atenuante las dilaciones habidas durante el procedimiento, según consta en la sentencia a la que ha tenido acceso Europa Sur.

Tanto la Fiscalía como la Abogacía del Estado habían reclamado durante la vista oral penas que oscilaban entre los cinco años de cárcel, para el considerado como el líder del clan familiar, un individuo que en el momento de su detención contaba con 60 años, y de dos años y medio para otros seis acusados, de los que finalmente han quedado dos absueltos. La sentencia, fechada el 31 de marzo de 2023, ha sido notificada a las partes a comienzos de junio y es recurrible en apelación.

Operación Xasca

Entre los hechos probados que constan en la sentencia figuran los seguimientos a los que fueron sometidos por parte de la Guardia Civil los hoy condenados, las entradas y registros en numerosos inmuebles y el decomiso de 96.000 cajetillas de tabaco de contrabando procedentes en gran medida de Gibraltar, pero también de Andorra. La llamada Operación Xasca se saldó inicialmente con la detención de 18 personas en el que fue considerado como el mayor golpe al contrabando de tabaco en la provincia de Sevilla y en parte de la de Huelva.

Las cajetillas incautadas -de marcas como Ducados Rubio, Winston, Austin, CL, Raquel, Elixyr, American Legend, Blue Jeans, CT, Royal, West, LM y Regal, entre otras- carecían de los precintos acreditativos del pago de tributos, si bien los condenados evitaban en todo momento aludir a ellas por su nombre y en muchas ocasiones, según recoge la sentencia, “empleaban diminutivos (por ejemplo Eli, para referirse a Elixyr) o denominaciones creadas para no llamar al producto por su nombre: el rojo, el blanco o el canario”.

La comprobación de la totalidad de las conversaciones, en particular cuando alguno de los comunicantes es más directo, "permite conocer a que se refieren al utilizar tales nombres”, indica la sentencia, que constata “cómo se alude a la necesidad de adquirir tabaco procedente de paraísos fiscales como Andorra o muy frecuentemente La Línea de la Concepción (por su proximidad con Gibraltar), y cómo se alude a diferentes marcas conocidas del mercado, de la necesidad de su distribución y del precio a percibir así como de los cobros a efectuar por tales ventas”.

Una organización estructurada

Los detenidos pertenecían a una organización familiar en la que cada uno de sus miembros tenía un rol perfectamente definido para traficar con el tabaco ilegal. El cabecilla dirigía la organización junto con sus hermanos y los hijos de estos formaban una red que controlaba desde el transporte y la distribución hasta la venta al por menor en fruterías, tiendas de alimentación y quioscos. Todos vivían en la provincia de Sevilla, la mayoría de ellos en Utrera y Alcalá de Guadaíra, pero abastecían prácticamente a toda la provincia.

El instituto armado constató que la organización vendía tabaco en las localidades de Utrera, Morón de la Frontera, El Coronil, La Puebla de Cazalla, Osuna, Arahal, Montellano, Burguillos y Guillena. En Sevilla capital tenían puntos de venta en las barriadas de las Tres Mil Viviendas, Valdezorras y Torreblanca. También exportaban mercancía a la ciudad de Huelva y a Cartaya, en la costa onubense.

El valor de lo defraudado superó los 360.000 euros, según informó la Guardia Civil, que decomisó 21 vehículos, 93.000 euros, más de un kilo de marihuana, varias armas cortas y largas y un gamo vivo en cautividad. Se registraron en total 16 domicilios, 2 naves industriales y una parcela.

La investigación arrancó en julio de 2013, cuando la Benemérita detectó la venta de tabaco en fruterías y tiendas de alimentación de Alcalá de Guadaíra en las que había un continuo trasiego de compradores. Finalmente la operación se culminó con la interceptación de una furgoneta cargada de tabaco en las inmediaciones de Mercasevilla, cuando se dirigía a una de las naves junto a la A-92 que tenía la banda para guardar el género.

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