Antonio Jesús Garrido saluda a la Semana Mayor con oficio sacerdotal

El párroco aprovecha su recorrido por cada una de las cofradías y hermandades para llevar un mensaje cristiano y de tradición en un pregón muy pastoral

Antonio Jesús Garrido en un instante de su pregón, ayer en Tarifa.
Antonio Jesús Garrido en un instante de su pregón, ayer en Tarifa.
Shus Terán / Tarifa

04 de abril 2011 - 01:00

El joven párroco Antonio Jesús Garrido Rodríguez, comenzó su pregón añorando su todavía cercanos recuerdos entre los muros del templo de San Francisco de Asís, marco tradicional para la lectura del pregón de Semana Santa que se erige cada año, como el segundo acto cofrade por excelencia tras la presentación del cartel anunciador. Emocionado por las palabras de su presentador, Pedro Castro, -pregonero del año pasado-, Antonio Jesús Garrido compareció en su parroquia y bajo un altar profusamente decorado en estilo renacentista por su amigo Nacho Blanco Peralta reconoció a través de sus palabras entonadas con tono sacerdotal, que ofrecer el pregón de Semana Santa era "hacer algo a lo que no me siento llamado, para hacer algo que muchos otros han hecho mucho mejor que yo. Para pregonar un acontecimiento que he vivido intensamente y que he mamado desde niño, la Semana Santa de esta Muy Noble, Muy Leal y Heroica Ciudad de Tarifa" y evocó a través de los olores emanados del propio templo sus recuerdos más lejanos como monaguillo al lado del recordado padre Diosdado.

Recordó el pregonero en un extenso prólogo antes de saludar a las autoridades, sus tres devociones que a lo largo de toda su vida le han acompañado: el Señor del Consuelo, a la Virgen de los Dolores y la Virgen de la Luz, Divina Aurora y Patrona. Garrido Rodríguez quiso dedicar el pregón a sus abuelos Julián y María, "que seguro estarán felices mirando desde el Central del cielo a su nieto pequeño". Una parte de su pregón giró entorno a la familia, como punto de partido hacia la fe en María y en Cristo.

Y así fue asomándose al balcón de la Semana Santa para recorrerla a través de sus recuerdos y apoyado en sus fuertes convicciones en un pregón convertido en chicotá del paso de la fe cristiana. "Siendo niño, este pregonero, puede decir a boca llena que ha participado en todos y cada uno de los desfiles procesionales de Tarifa, desde el Domingo de Ramos hasta el Viernes Santo, cuando no salía de Nazareno lo hacía de monaguillo. Pero dónde ese niño disfrutaba como un enano era el Miércoles Santo, en esa Calzada, con luces apagadas, con este Cristo entrando en el corazón del pueblo, en la cita de Cristo con su pueblo y en la cita del pueblo con su Cristo".

Pero no se limitó Antonio Jesús Garrido a elaborar un pregón a la usanza, recorriendo cada cofradía y hermandad y destacando la belleza de sus titulares. Antonio Jesús Garrido ejerció de lo que es, un cura con gran claridad de su cometido, como pastor cristiano y aprovechó cada pliegue de la Semana Santa para bordar un manto común con finas puntadas hechas menajes pastorales de amor al prójimo y enseñanza cristiana.

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