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Conflicto Laboral
Los representantes de la acerera Acerinox y de sus 1.800 trabajadores han concluido este jueves en Jerez, sin cerrar un acuerdo, otra intensa jornada de negociación del convenio colectivo que mantiene a la plantilla en una huelga indefinida que este viernes cumple 74 días.
"Cada vez va quedando menos, es verdad que son muchos días, pero ahora no podemos correr. Hay que analizarlo todo con mucha tranquilidad porque no vamos a perder los dos meses y medio que llevamos de huelga, tirarlos por la borda con tal de ir más rápido", ha explicado José Antonio Gómez Valencia, portavoz del comité de huelga, al término de la quinta sesión con el Centro Andaluz de Relaciones Laborales (CARL) como mediador.
Las dos partes han empleado la jornada en debatir las propuestas y contrapropuestas presentadas en reuniones anteriores. "Cada vez son más difíciles de afinar, porque conforme van pasando los días es más complicado mover las posturas", continúa Gómez Valencia.
Llegados a este punto, los mediadores han propuesto "tres opciones" a empresa y a los trabajadores: que soliciten un arbitraje, que se muevan a la baja de sus pretensiones o que pidan al propio CARL una propuesta. La intención es seguir con la negociación, es decir, evitar que vuelva a estancarse. No hay fecha para una próxima cita, pero este viernes por la mañana, el comité de huelga se reunirá para determinar cuál le parece mejor. Entonces sí se informará de cuál es el camino.
Aunque nada estará acordado hasta que todo esté acordado, según ha podido saber este periódico la negociación ha registrado avances en un gran número de puntos pero las posturas se mantienen alejadas en ciertos apartados del convenio a los que la compañía, por un lado, y los trabajadores, por otro, no quieren renunciar.
Ambas partes entraron en el fondo de la negociación el pasado miércoles en otra sesión en Jerez de la Frontera durante la que la compañía presentó una propuesta modificada a la que el comité de empresa presentó una contrapropuesta. Con estos intercambios continuó este viernes la negociación.
Una de las claves del conflicto entre Acerinox y sus trabajadores está en las medidas de flexibilidad que la cotizada quiere implementar para hacer frente a los vaivenes de la demanda del negocio. La plantilla rechaza la propuesta debido a los efectos que tendría sobre la conciliación de las más de 1.800 personas que emplea la fábrica.
Además, la huelga de la planta barreña también está afectando, notablemente, a las empresas auxiliares y a los empleos indirectos de las empresas que dan servicio a una de las compañías más relevantes de la industria pesada del Campo de Gibraltar.
El paro en la actividad afecta a otras compañías que necesitan del acero de Palmones para continuar con su actividad y no les llega desde hace meses. El caso más llamativo es el de la fábrica de Teka en Santander, La fábrica de Santander, que acaba de ampliar su ERTE seis meses más, hasta diciembre, con otras 32 jornadas adicionales de afectación máxima.
La huelga ha costado a la compañía hasta 79.200 toneladas de material, una cifra que ronda el 3,5% de lo que todo el grupo produce alrededor del planeta en un año, según publica El Economista, que cifra en 180.000 euros el coste diario de tener la fábrica detenida, por lo que el impacto económico de la protesta ya alcanza los 11,8 millones de euros. Si hay un acuerdo, el gasto crecería varios cientos de miles de euros más porque el rearranque de una instalación de este tipo no es inmediato, subraya la misma publicación.
Acerinox celebra este viernes en primera convocatoria y el lunes, en segunda, su Junta General de Accionistas.
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