Se perdióy es una penaJosé Manuel Sánchez Reyes
OS veranos de los ahora cuarentones y cuarentonas (esto suena a cuplé) estuvieron marcados, entre otras maravillas, por los helados de Frigo (no confundir con el futbolista traidor). Y entre sus preciados polos recordamos al 'Frigurón', que misteriosamente desapareció de las carteleras pocos años después de su debut. Tenía un peculiar sabor alejado de lo habitual: naranja, fresa, vainilla o chocolate. La oficialidad decía que sabía a piña, aunque a más de un amigo de la plaza de San Antonio escuché decir que tenía sabor a aspirina. El caso es que llegó a ser uno de los preferidos entre la chavalería. Apitufado, con ese color azul tan exótico. Dabas una fuerte succión al polo y se volvía blanco, volviendo enseguida a su color primitivo. O sea, cambiaba de color como cuando el gallo de Portugal (otra cosa que se está perdiendo como souvenir y es una pena) anunciaba que se acercaba una calor de las gordas. Un misterio este polo y su desaparición. No estaría de más una plataforma para su recuperación. Total, otra más.
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