Los camiones sin asistencia en carretera: una amenaza silenciosa para la logística nacional
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Cada madrugada, cuando el país todavía duerme, miles de camiones recorren la A-7, la A-4 o la AP-7 con mercancías que no pueden esperar: alimentos perecederos, piezas automovilísticas “just-in-time” o medicamentos urgentes, entre otros. Pero basta un neumático reventado o una avería en el turbo para que todo el engranaje se detenga. Sin un servicio de auxilio inmediato, el vehículo queda varado, el calendario de entregas se descuadra y la factura —visible e invisible— empieza a crecer.
El eslabón débil de la cadena logística
España confía su abastecimiento a la carretera en un 96%, según el Observatorio de Logística y Transporte del Ministerio de Transportes. Cuando uno de esos camiones se paraliza, no solo sufre el transportista: cada hora de espera en el muelle de carga o en el arcén se indemniza con 40€, cifra que escala a partir del segundo día. Y eso es solo la punta del iceberg: mantener un articulado de carga general cuesta casi 158.000 € al año. Con márgenes tan ajustados, una avería sin cobertura de asistencia puede transformar un viaje rentable en pérdidas operativas.
El problema se agrava por la disparidad de pólizas. Muchas flotas pequeñas ahorran en la prima renunciando a la asistencia para vehículos pesados —o contratándola con límites de kilómetros—, algo impensable para un turismo. La paradoja es que el camión, que sostiene el 20% del PIB industrial, viaja más desprotegido que un utilitario familiar.
Voces del sector en alerta
No lo dicen solo las cifras. Carmelo González, presidente de la CETM, advirtió recientemente que «la seguridad de las personas y de los vehículos debe anteponerse a cualquier otro debate fiscal» y reclamó inversiones urgentes en infraestructuras y áreas de servicio bien equipadas. Si a las deficiencias viales se suma la falta de auxilio profesional, el riesgo se multiplica.
Servireac: eficiencia que se paga sola
En ese escenario, la asistencia “por uso” se impone al plus anual. Aquí irrumpe Servireac con una propuesta pragmática: cobertura 24/7 para camiones en toda la red europea, sin cuotas anuales ni letra pequeña. El transportista —sea autónomo o gran flota— paga solo cuando necesita la grúa o el taller móvil, con precios cerrados por tipología de intervención y kilometraje real.
Esta fórmula ataca el principal dolor económico del sector: convertir un coste fijo incierto en un gasto variable controlado. Además, Servireac trabaja con una red de talleres asociados que priorizan piezas OEM y ofrecen óptimos tiempos de respuesta, así como una gestión eficiente del servicio en los corredores Madrid-Algeciras y Barcelona-La Junquera, donde se concentra más del 60 % del tráfico pesado nacional. Para la logística del Campo de Gibraltar —clave para el Puerto de Algeciras— la diferencia entre rerutar un contenedor en tiempo o perder la ventana de embarque es crítica.
De la amenaza a la oportunidad
Los Transportistas, entre otras cosas, solicitan a sus asociaciones mejorar las carreteras y precisan soluciones inmediatas, como lo es una asistencia integral en carretera en España y Europa, tanto de vehículos taller, grúas, recambios y neumáticos: una red fiable en tiempos de llegada y en el precio de servicio, como viene prestando Servireac.
La decisión más rentable es no dejar la asistencia en manos de la suerte. Un camión parado es una cadena de suministro secuestrada. Con un servicio bajo demanda como Servireac, la logística nacional gana tiempo, ahorra dinero y —sobre todo— duerme tranquila.
Para los responsables de flota, la asistencia bajo demanda deja de ser un mero “plan B” y se convierte en una palanca estratégica de competitividad: permite presupuestar con precisión, evita bloqueos contractuales con aseguradoras y, gracias a la trazabilidad digital de la plataforma de asistencia para camiones de Servireac, facilita informes de KPI que mejoran el control de costes y la toma de decisiones. En un mercado sometido a la volatilidad del precio del gasóleo y a las exigencias de puntualidad de los clientes, contar con datos en tiempo real sobre tiempos de espera y resolución de averías marca la diferencia entre crecer o ceder terreno a la competencia.
Prevenir el inmovilismo logístico comienza con una simple auditoría de la cobertura actual: revisar la letra pequeña, calcular el impacto de cada hora de inactividad y tener a mano un proveedor que responda sin condiciones. Antes de que la próxima incidencia sorprenda a un tráiler en mitad de la autopista, conviene grabar en la cabina el teléfono de Servireac y transformar esa amenaza silenciosa en una oportunidad de servicio impecable. Cuando el próximo incidente obligue a detener un tráiler en la noche, la diferencia entre perder el día o retomar la ruta en minutos puede estar a una llamada de distancia. Renombradas empresas nacionales e internacionales solicitan estos nuevos servicios integrales a Servireac.
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