La Real Balompédica Linense ha debutado este domingo en la Primera RFEF con un emotivo y sacrificado triunfo sobre el Real Madrid Castilla (2-1). El choque respondió a la enorme expectación levantada y los albinegros, que se vieron por detrás en el marcador nada más comenzar, supieron primero voltear el marcador y más tarde administrar su renta. Los aficionados despidieron entusiasmados al conjunto de Antonio Ruiz Romerito.

El equipo de casa recibió un fuerte golpe nada más comenzar (4’). Después de que Nacho Miras replicase con un paradón a Arribas, el centro posterior fue cabeceado por Latasa sin la debida oposición al fondo de la red (0-1)

Lejos de intimidarse, el conjunto albinegro se fue a por el rival, alentado por su público. En el 10’ Antoñito botó una falta, Jesús Muñoz acarició el balón y Luis López se quedó a media salida. Era el empate.

Tampoco la igualada contentó a los de casa, que fueron muy superiores en una primera mitad eléctrica. Después de dos acciones de Antoñito y Koroma que pusieron a prueba al meta visitante, en el 15' la defensa evitó sobre la línea de gol el segundo, de Iván Martín.

Fue el penúltimo aviso antes de que en el 25’ Aly Coulibaly hiciese el segundo adelantándose a la defensa en un balón lateral.

El Castilla, que apenas podía superar el centro del campo con el balón controlado, llegó por segunda vez en el 38’ y otra vez Latasa fue más listo que la zaga, pero su remate se marchó fuera y con él prácticamente cayó el telón de un espectacular primer tiempo. El equipo de casa fue despedido con aplausos cuando se retitaba al vestuario.

La segunda parte fue menos eléctrica. La Balona, que perdió a Iván Martín en el descanso y poco después a Masllorens, expuso un poco menos, mientras que Raúl González ponía más artillería sobre el césped y su equipo pasaba a tomar el control del balón. En el 65’ un centro lateral de Aranda cargado de intención se paseó por el área pequeña sin que dos de sus compañeros llegasen por milímetros.

No tardó en replicar el equipo de casa, que tuvo la sentencia en el 69’, pero el cabezazo de Gerard Oliva, a dos metros del marco, le salió demasiado centrado y Luis López se la ingenió para sacar el balón de la trayectoria del marco.

El tramo final se transformó en una angustiosa batalla táctica a la que sobrevivió una Balona que demuestra que no está dispuesta a dejarse intimidar en esta atractiva categoría.