Sostiene el protocolo que a los presidentes del gobierno y a los matadores de toros (a estos como maestros) hay que mantenerles el trato cuando abandonan sus funciones. Es obligado advertir y con carácter de urgencia a quien promulga dicha norma que a Alfredo Gallardo habrá que seguir dirigiéndose por toda la eternidad como presidente de la Real Balompédica Linense. No solo porque se lo ganó en sus dieciséis años de gestión, sino porque así lo reclamaron, con su presencia, un millar de linenses/balonos -qué difícil resulta a veces separar ambas condiciones- que acudieron al homenaje de que fue objeto este viernes en el Municipal y que había sido auspiciado por la asociación de veteranos de la entidad.

Emotivo a más no poder. Sentido. Con tantas caras conocidas que hay que asumir que alguna se quedará en el tintero. Exfutbolistas, exentrenadores (Diego Rodríguez, Carlos Ríos. David Rico, Juan Mari Sánchez, José Luis Burgueña, Rafa Escobar, Gabriel Navarro Baby, Raúl Procopio, Juan Enrique Díaz Canto y hasta Jaco Zafrani, que nunca estuvo bajo su mando), aficionados, informadores... todos se dieron cita para reconocerle al eterno presidente lo mucho, muchísimo que hizo por el club.

El acto fue conducido por el informador Juan Miguel Novo y en el transcurso del mismo tomó la palabra Rafael Almansa, linense al frente de los servicios deportivos de Cope en Sevilla. Otra de las presencias destacadas fue la del exfutbolista Juan Merino, que ahora ha regresado a la secretaría técnica del Real Betis.

La consecuencia de este homenaje es que Alfredo Gallardo tendrá que ampliar su casa para poder dar cabida a los innumerables regalos que le fueron entregados. Pero por mucho que la agrande nunca será suficiente para acoger al cariño que le demostraron los balonos. Sus balonos.

Se sumaron al más que merecido reconocimiento clubes de la comarca (San Roque, UD Los Barrios, Juventud de Palmones), el Cádiz Club de Fútbol (señaladísimas las palabras de Manolo Botubot) colegio de árbitros, particulares, Federación Gaditana y Andaluza, por supuesto los diferentes estamentos de su propio club y la ciudad de La Línea, en la persona de su alcalde, Juan Franco.

El actual mandatario, Raffaele Pandalone, aseguró en su alocución que en este viernes de agosto no se sentía presidente. "Porque estoy delante del presidente. Solo puedo darte las gracias por confiar en mi", dijo.

Tan significativa como elogiable, la presencia del eterno rival, el Algeciras Club de Fútbol, que dejó una vez más constancia de su grandeza. Hasta tres presidentes de la entidad de La Menacha (el actual, Ricardo Alfonso Álvarez y dos de sus antecesores, Bernardo Martín y Manuel Ortega) acudieron a la cita y entregaron presentes a Gallardo. Ortega se atrevió a decir que Gallardo es alguien “muy querido en Algeciras”.

El actual entrenador albirrojo, Emilio Fajardo, se enfundó la camisola de la Real Balompédica para participar en el partidillo entre veteranos que acabó con la cita. No en vano, fue uno de los primeros fichajes del homenajeado, al poco de desembarcar en el cargo.

Gallardo, rodeado en todo momento por su familia, no pudo hacer nada para ocultar su emoción. En su discurso, breve pero muy sentido, se limitó a dar las gracias una y otra vez. Alfredo se equivocó. Agradecidos estaban todos los presentes y lo estarán siempre todos los balonos.

¡Ah! Por cierto, después de que José García [Pepe El Masa] dirigiese una coral interpretación del himno del club se jugó un partido entre los veteranos de la Balona y del Cádiz (ganaron los locales con un tanto de Ismael Chico) y los protagonistas compartieron un ágape con el expresidente y los suyos.