El exjugador de la Real Balompédica Linense Diego Galiano cree saber cuál es la clave para que el equipo de La Línea logre una permanencia en Primera RFEF que de hecho se muestra convencido que conseguirá. “Es el momento de que todos, los que están dentro y los de fuera, estén más unidos que nunca”, dice con rotundidad. No habla de oídas. El exdefensa jerezano viene de obrar poco menos que un milagro deportivo al lograr la salvación del Atlético Antoniano en Tercera RFEF. Llegó al histórico conjunto de Lebrija en enero con el equipo penúltimo e inmerso en una racha en la que sumó un empate en ocho encuentros. De los últimos doce disputados los rojiblancos han ganado seis, empatado cuatro y solo han concedido dos derrotas.

Diego Galiano desembarcó en la Balona procedente del Logroñés en el verano de 2008 y vivió aquella anómala temporada que acabó con el descenso a Tercera de los albinegros, que además estaban envueltos en un profundo problema económico, que, afortunadamente, ahora se antoja de otra época.

El zaguero siguió su carrera (Lleida, Ejido, Portuense...) hasta que colgó las botas en el Guadalcacín y se hizo cargo del equipo, al que dirigió dos temporadas, la segunda de ellas, envuelto en la pelea por el ascenso. Galiano inició la presente andadura en el conjunto de la pedanía jerezana, pero le llegó la posibilidad de dirigir al Antoniano, en Tercera RFEF, y aunque el reto era más que difícil, lo aceptó “porque era una oportunidad para entrenar en Tercera”. Conseguida la permanencia, ahora tiene la oferta de renovación sobre la mesa. “Ya nos sentaremos”, dice, paciente.

Llama poderosamente la atención el conocimiento que tiene Diego Galiano de la actualidad de una Balona de la que guarda “buenos recuerdos” aunque sin dejar pasar que fue “un año raro, complicado".

"Hubo problemas de cobro, el equipo no cumplió los objetivos deportivos y está claro que parte de culpa fue nuestra, de los jugadores, pero de todo se aprende”, valora

“Al final se olvida lo malo y se coge cariño a las personas, a las instituciones, a la ciudad”, abunda. “Lo que no se te va de la memoria es que había gente sana, muy trabajadora, que miraba por los intereses del club”, recalca. “Aún veo de vez de en cuando a Pepe [García, el masajista] dando esas arengas...”

“Después de aquello la Balona se ha labrado la imagen de ser un club serio, en el que se cumple, que trabaja bien y por eso lleva tanto tiempo en Segunda B y ahora en Primera RFEF con equipos competitivos”, recalca. “Y además tiene detrás a esa afición, que es exigente, pero que la acompaña siempre”.

Tras ese análisis, el entrenador del Antoniano analiza desde fuera el futuro en la competición de los albinegros: “Estoy totalmente seguro de que la Balona tiene profesionales que saben mejor que yo lo que hay que hacer, pero la receta no tiene secretos: cuando las cosas están mal es cuando más unidos hay que estar”.

"Estoy convencido de que la Balona no desciende, ni mucho menos"

“En estos momentos es cuando más hay que creer en el compañero, dejar para después de la liga cualquier diferencia interna y por supuesto creer en el entrenador, en lo que se trabaja día a día y no buscar excusas”, reflexiona. “A mí si algo me ha enseñado el fútbol es que cuando las cosas van mal la forma de resolverlo es a base de trabajo y dejarse la vida en cada partido, en cada entrenamiento”.

“Yo estoy convencido de que la Balona no va a descender, ni mucho menos”, dice con rotundidad.

“En estas circunstancias hay una cosa muy importante, que la Balona depende de sí misma”, subraya Galiano. “En estas situaciones esto supone una ventaja muy grande. Ahora no toca pensar que tuvo un inicio de temporada muy bueno, esta categoría es muy dura, ha habido por medio un cambio de entrenador y lo único que hay que tener claro es que quedan 15 puntos, que tiene tres de ventaja y que cuenta con futbolistas para salir adelante y alcanzar la permanencia; si puede ser antes, mejor que después”.