El FC Andorra celebró este sábado el empate cosechado por la Real Balompédica en su visita a Villarreal. Bueno, igual no fue exactamente así, pero casi. Los jugadores del equipo tricolor se habían impuesto 1-0 al UCAM y necesitaban que el filial del submarino amarillo no venciese para que se consumase su ascenso a Segunda división. Como quiera que el choque en el Mini Estadi se prolongó casi 100 minutos, la plantilla de Eder Sarabia hizo piña durante alrededor de siete minutos en torno a una tablet en la que se veían las imágenes del Villarreal B-Balona hasta que el árbitro decretó el final y se produjo el lógico estallido de júbilo.

El propietario de la entidad, el futbolista del Barcelona Gerard Piqué, vio desde el palco como su club hacía historia. “Juntos hasta la cima” reclamaba una pancarta en la Tribuna del Estadi Nacional. Fue como una premonició.

Ahora buena parte del futuro de la Balona está precisamente en manos del conjunto andorrano. Será su último rival en esta primera temporada en Primera RFEF y solo la victoria el próximo sábado (18:30) asegura la permanencia a los de Alberto Monteagudo.