Salvador Perpiñá, guionista y escritor

Salvador Perpiñá: "Los escritores no se molestan porque les hagan una adaptación infiel sino mala"

Salvdor Perpiñá, guionista de la serie 'Reina Roja'.

Salvdor Perpiñá, guionista de la serie 'Reina Roja'. / José Velasco/ Photographerssport (Granada)

Salvador Perpiñá  (Granada, 1963) es un hombre de conversación inabarcable, prolija e ingeniosa, de verbo rápido como un látigo pero de reflexión certera. Quizás por eso ha terminado escribiendo en vez de dirigiendo, a pesar de su vocación inicial. Un oficio que practica en casi en todas sus modalidades, tanto en redes sociales, como blog, libros y sobre todo guion. En esta última modalidad, ha firmado los de series de tanto éxito como Arrayán, Periodistas, Los Serrano, Pelotas, Isabel o La Peste y se aguarda su trabajo en uno de las más esperadas de los últimos años: la ficción basada en Reina roja, que estrenará Amazon Prime en una fecha aún por determinar. La trilogía de Juan Gómez-Jurado cuenta con una guardia pretoriana de fieles lectores, lo que convierte la adaptación en una tarea que se examinará con lupa. Una cuestión que no escapa ni la fina mirada del autor de la versión televisiva ni a la avezada productora pero que no ha impedido las oportunas licencias como explica el guionista.

-Firma cinco de los siete de los cinco episodios de los que constará la serie y también la biblia, el documento que describe la trama estructurándola capítulo a capítulo para que todos terminen en alto. ¿Ha sido un trabajo difícil?

-Es fácil porque la historia ya está escrita y además Juan Gómez-Jurado es un escritor muy visual. Pertenece a una generacionalmente se ha criado viendo películas y series, su sistema de referencias es audiovisual. Escribe prácticamente como si lo hiciera para cine. No obstante en la adaptación de una novela al medio televisivo siempre hay que añadir cosas. 

-¿En una adaptación de una novela no hay quitar mucho?

-También, pero en este caso más añadir. En una novela puedes describir lo que piensa el personaje en su interior. En la serie hay que buscar equivalencias visuales, lograr con viejos trucos de guionista que el espectador sienta lo que está sintiendo. La cadena nos animó a que en algunas ocasiones fuéramos un poco infieles y hay novedades respecto al libro: algún personaje que estaba en segundo plano aquí tiene más peso. Y, por cierto, en eso Juan Gómez-Jurado ha sido muy generoso. Le ha molado. 

-Hay adaptaciones completamente infieles como la de El corazón de las tinieblas y Apocalipsis Now o la famosa versión cinematográfica de la novela de Skármeta, El cartero y Pablo Neruda, que cambian las localizaciones o incluso las épocas y los resultados son fantásticos. ¿Él es de los escritores que entienden sin problemas que el libro y su adaptación son dos narraciones diferentes? 

-Creo que los escritores no se molestan porque les hagan una adaptación infiel sino mala. Pero hay que tener en cuenta a los fandom. Cuando se hizo en Madrid la presentación de los protagonistas de la serie había una cola de chavales y no tan chavales que llevaban desde la seis de la mañana esperando para verles la cara, porque era efecto sorpresa. Todo eso se tiene en cuenta y hay cosas intocables porque forman parte del ADN de la novela. 

-Hovik Keuchkerian ya sería el Jon Gutiérrez de la mente de muchos lectores antes de su presentación. 

-Pues Vicky Luengo también está fantástica. Yo veo los brutos y los dos resultan estupendos. Suena a pelota pero es que es verdad, son muy buenos. Es una actriz con una intensidad en la mirada que, sin hablar, trasmite muchísimo. Y verlos a los dos juntos, ese físico descomunal de él y esa fragilidad de ella, creo que ha sido un hallazgo de casting fabuloso. No puede uno imaginarse otro Jon y otra Antonia distintos. 

-Esas equivalencias visuales para adaptar el pensamiento de Antonia Scott, la mujer más inteligente del mundo, ¿han sido especialmente complicadas? ¿Tienen muchos efectos especiales estilo Sin límites, en la que Bradley Cooper también tiene una mente portentosamente acelerada? 

-Ha sido muy divertido plasmar el funcionamiento de su mente, ese mundo interior de Antonia Scott, y visualmente es muy vistoso. Va a estar muy bien aunque no se puede adelantar mucho más. 

-También tiene pendiente una película escrita a cuatro manos con Tacho González, batería de 091 y compañero habitual en sus guiones.

-Sí, uno nunca sabe cuando van a salir las cosas pero probablemente rodemos para verano. Dirigirá Carlos Theron y contará con actores de lengua inglesa. No sé donde se rodará finalmente, pero se llamará Locked y es un thriller prácticamente en tiempo real que se sitúa en un rascacielos de Benidorm en la noche de Navidad. 

-¿Será una Jungla de cristal a lo español, una película de acción?

-Sí y no. Va sobre delincuentes irlandeses y hay acción, porque es un thriller, pero lo interesante son las relaciones humanas, las tensiones que se establecen entre ellos. 

-¿Por qué se hacen ahora tantas adaptaciones y remake? Porque falta de creatividad no hay, ¿se busca el valor seguro?

-Un libro como Reina Roja, que ha vendido cientos de miles de ejemplares, puede ser un valor seguro pero a veces se adaptan otras novelas en las que no es ese el caso. Creo que se hace porque los productores confían más en una novela que en una idea de un guionista. Y a veces se hacen muchos remake innecesarios -aunque los hay buenísimos- por lo mismo, es una cuestión de inseguridad. Las películas son muy caras y el cine atraviesa una crisis tremenda. Juegan a lo más seguro y creen que lo que funcionó una vez puede funcionar una segunda. 

-Como guionista, ¿eso frustra?

-No, acepto el mundo y el mercado como es. A veces pataleo, pero solo cuando estoy a solas. 

-Trabaja mucho con Tacho González pero, ¿hay algún director con el que le gustaría formar un tándem a lo Azcona-Berlanga?

-En el cine este será mi primer largo y es una idea de Tacho y mía en ese orden. Y los realizadores de televisión hace años no eran tan importantes. Ahora sí, como es el caso de Koldo Serra, que antes de dirigir Reina Roja había hecho muchas películas. Hasta no hace tanto las series eran solo televisión: una imagen muy iluminada, todo muy estandarizado... Ya se parecen más al cine porque se cuidan los aspectos formales, hay un sentido de la realización más interesante, hay más riesgo... 

-Ahora que se hacen tantas, ¿puede vivir la burbuja de las series un estallido como la del ladrillo?

-Eso se dice porque llevamos ya 20 años escuchando eso de que "esta es la edad de oro de las series". Algún día explotará, en primer lugar por las propias plataformas, porque hay demasiada competencia entre ellas. Y en segundo, porque quizás hay demasiadas series. Tampoco pasará nada, se hacen muchas y algunas no merecen la pena, que se queden las mejores. Francamente, a veces me desespero con eso de "¿tú has visto esa serie?". Pues no. "Oiga que tengo una vida". Hay libros que leer, botellas de vino que beber y películas que ver. 

-Hablando de libros, está terminado su tercer volumen de relatos? 

-Sí, va a salir en en primavera en la editorial catalana Milenio. El libro se titulará Koniec, que es fin en polaco. En mi infancia se ponían en televisión muchos dibujos animados del Este y al final en vez de "The end" salía eso. Como la mayoría de los cuentos tratan sobre muertos -no tanto fantasmas como la influencia de personas fallecidas sobre las vidas de los que siguen aquí- me parecía que los que pillasen el sentido del título se reirían. 

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios