Los 'vovis' tienen lista de espera
La asociación de desempleados PM-40 acumula una bolsa de casi 100 personas que aspiran a trabajar en la ordenación de los estacionamientos. La cifra se ha duplicado con la llegada de la crisis económica
La asociación de desempleados PM-40 (Vovi-Al), que gestiona los vovis en la ciudad, tiene registrada una bolsa de algo menos de 100 personas que desean formar parte de la plantilla de 40 individuos que están distribuidos por diferentes puntos del municipio para ordenar los aparcamientos. Las cifras se han duplicado con la llegada de la crisis económica.
Las jornadas de estos aparcacoches siguen siendo igual de duras que hace unos años, pero ahora hay más necesidad. Este colectivo recuerda que soportan el frío, el calor y la lluvia para dar un servicio a los ciudadanos que es voluntario.
Hay días que se dan mejor que otros, pero ahora van a echar de menos la temporada de playas, donde también se han desplegado. "Esto es una esperanza", surayan desde PM-40, que reconoce que las peticiones les desbordan. El problema es que no hay tantas plazas libres como la demanda. Reciben las solicitudes y se les llama cuando hay algún hueco. La fecha de llegada se tiene en cuenta. No todos los que llegan sirven. Prueban y algunos no regresan. Predominan los inmigrantes, también hay españoles, pero son los menos. Cobran según lo que acumulan.
La asociación indica que estos empleos han de ser tomados como un puente mientras pueden acceder a otra cosa mejor, más estable, aunque hay quienes llevan varios años en esta labor para no estar parado. "Es una ayuda para mejorar su vida". Hay quienes están la jornada completa y otros a media. Hay flexibilidad por si pueden aprovechar el tiempo para compatibilizarlo con otros ingresos o simplemente para buscar otro empleo.
PM-40, creada en 1994, colabora también con el reparto de alimentos al formar parte del Banco. Antes las empresas acudían a este colectivo en busca de personal, ahora apenas por la carencia y por las empresas intermediarias. También eran frecuentes los cursos de formación. Los desempleados acuden a la sede hasta con los propios hijos, pero es que donde no hay no hay.
A las condiciones metereológicas se les suma la competencia desleal que tienen que sufrir de los varillas. Los hay en el Llano Amarillo y en otros puntos donde trabajan. PM-40 lo tiene claro y así se lo traslada a su gente: huir de los posibles incidentes. Cuando el diálogo no es posible, suelen llamar a la Policía Local, que se presenta y se acaba el problema, pero sólo hasta que la patrulla se marcha. "Los policías nos ayudan bastante", reconoce el colectivo, que se muestra preocupado cuando se reducen los espacios para estacionar.
Los propios varillas se pelean por diferentes zonas de aparcamientos. Desde la llegada de los vovis han descendido.
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