Cómo vivir anhelando un deuvedé
Muchos sanroqueños echan en falta en su colección la película 'El precio de la muerte', de Carol Reed l recuerdos de cine El director graba un thriller en 1963 cuyos protagonistas, Lee Remick y Alan Bates, dejan huella en San Roque.
Los campogibraltareños somos conscientes de que los directores de cine españoles y extranjeros han puesto su set de rodaje en la comarca para contar historias en localizaciones que nos rodean y en no pocas películas. Hay múltiples ejemplos de ello. Pero en el pasado esta atracción también tuvo frutos. La semana pasada con motivo del 303 aniversario de San Roque el canal local puso en su parrilla El precio de la muerte, un thriller cuyo título originario es The Running Man.
Esta película, que fue rodada en 1963 en San Roque principalmente, cuenta también con localizaciones en La Línea y Algeciras y fue dirigida por Carol Reed que tiene entre sus obras maestras: El Tercer hombre y Oliver, por la que ganó en 1968 el Oscar.
El piloto de aviones británico Rex Black, interpretado por Laurence Harvey y su mujer, Stella, protagonizada por Lee Remick, ponen en marcha un plan para estafar 50.000 libras a una compañía de seguros. Rex finge con éxito su muerte en un accidente aéreo, cambia su apariencia y utiliza un pasaporte robado. Vuela a España y Stella se reúne con él. Rex empieza a cambiar y la llegada de un joven investigador de seguros, Stephen, interpretado por Alan Bates, le perturba. Su mujer, asustada, intenta seducirlo para no correr peligro. Rex, convencido de que Stephen ha descubierto el fraude, intentará eliminarlo.
Durante todas las secuencias sorprende que son reconocibles numerosos rincones de San Roque, con el café (bar Torres) entre ellos. Debe ser que la ciudad ha mantenido parte de su fisonomía y sus casas 47 años más tarde siguen ahí. El espectador que viera por primera vez el fin de semana pasado El precio de la muerte en la televisión de San Roque se quedó atrapado como en el día de la marmota. Acto seguido buscó en Internet datos de la película y se quedó aún más sorprendido de ver los foros de la película y la cantidad de anécdotas. Desde muchos sanroqueños que la tienen en VHS y que piden a quien la posea en deuvedé que le informe sobre dónde adquirirla, hasta el que cuenta que Bates paraba en la casa de su madre atraído por el olor a puchero donde se tomó más de un vasito. Asimismo, hay personas anónimas en los foros que reconocen que salieron de niños en la película y que desean comprarla. Por la gente que anhela tenerla en su colección, la respuesta a su comercialización al menos en la comarca sería más que positiva.
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