Roma se prepara para el cónclave bajo la lluvia y la mirada de los papas del pasado

La cuenta atrás para el cónclave ha comenzado. Bajo una lluvia constante y con el cielo encapotado, Roma bulle de actividad, entre paraguas y sotanas, en los días previos a la elección del nuevo papa. Desde la basílica de San Pablo Extramuros, una de las cuatro grandes basílicas papales, el algecireño José Ángel Cadelo relata para Europa Sur el ambiente que se respira en una ciudad que no pierde ni solemnidad ni expectación.

"San Pablo Extramuros tiene un elemento que llama poderosamente la atención", explica Cadelo. "Una galería con los retratos de todos los papas, desde Pedro hasta Francisco. Y sí, hay sitio para más". En los últimos días se han difundido en redes sociales algunas profecías apocalípticas que sugerían que no quedaban espacios para nuevos pontífices. Pero la realidad es bien distinta: no solo quedan huecos libres en la galería, sino que incluso se han habilitado nuevas secciones para seguir ampliando la lista. "¿Quién ocupará ese espacio junto a Francisco? Nadie lo sabe, pero será uno de los 135 cardenales que este domingo han celebrado misa en su iglesia titular", añade el cronista.

Los cardenales, que se encuentran estos días en Roma, participan en las llamadas congregaciones, encuentros previos al cónclave en los que se conocen, comparten impresiones y afinidades. Este año, por primera vez, todos llevan colgado al cuello un carné identificativo con su nombre, como símbolo de transparencia y cercanía en tiempos de comunicación global.

La ciudad eterna vive estos momentos con una mezcla de recogimiento y entusiasmo. El Vaticano es ya un hervidero de operarios y técnicos. En el interior de la basílica de San Pedro se han instalado miles de sillas de metacrilato transparente frente a pantallas gigantes que retransmitirán en directo la ceremonia. También en la plaza, donde se alzan andamios, gradas y estructuras para las televisiones de medio mundo. Cada detalle está pensado para el momento culminante: desde la fumata blanca que anunciará la elección del nuevo pontífice hasta el instante en que el camarlengo pronuncie el tradicional habemus papam y revele al mundo el nombre del sucesor de Francisco.

"Desde la fumata hasta el anuncio del nuevo papa pasarán unas dos horas", explica Cadelo. “Tiempo suficiente para que los romanos lleguen desde cualquier rincón de la ciudad hasta la plaza de San Pedro para vivir el momento en directo”. Y es que, tras el puente festivo que ha vaciado parcialmente la ciudad —muchos huyeron a las playas de Ostia o Fiumicino—, los romanos están regresando y la expectación crece por momentos.