David Morales invita al flamenco más puro con su 'Cuarto de cabales'
El bailaor y coreógrafo linense abre en Algeciras un recorrido que le llevará por distintos lugares de la provincia de Cádiz
El bailaor y coreógrafo linense David Morales y quienes le acompañan en Cuarto de cabales ofrecieron este jueves una sesión de flamenco plena en su estreno en el Centro de Interpretación Paco de Lucía. Abrieron en Algeciras un recorrido que le llevará por distintos lugares de la provincia de Cádiz.
La zambra Niña de fuego sirvió para abrir boca, sin el bailaor todavía sobre el escenario. Sonaron guitarras y voces. Luego Morenito de Íllora entonó un martinete, con Morales sentado en silla de enea, provisto de bastón. Callaron entonces las guitarras y el cante y el baile se fundieron en quejíos, taconeo intenso, racial, acompañando unas livianas, con el bailaor moviéndose al ritmo. El pasaje acabó con Morales sentado, rematando una toná, componiéndose con mucho sabor flamenco.
Morenito de Íllora cantó luego por tangos con hondura, como hizo también El Tarasco. Cuarto de cabales no dejó lugar a dudas en cuanto a su propósito, que no es otro que degustar el flamenco puro con la quietud y el mimo con el que uno se imagina que se hacen los canastos más duraderos.
El algecireño Salvador Andrades fue destilando su manejo a la guitarra con su maestría tan habitual, y con guiños a Paco de Lucía, como pedía la ocasión.
También hubo espacio para la melodía de una copla en las guitarras de Andrades y Rodríguez, para adentrarse a continuación en los terrenos de una soleá, con Morales de nuevo sobre las tablas. El linense se enseñó como bailaor de cuerpo entero, como tiene que ser, y así lo demostró con movimientos lentos, plenos de fuerza, saboreando el flamenco.
Se le notó muy a gusto, con piernas que mueve con intensidad que transmite, y bien acoplado todo el grupo. Todo expresado por soleá y bulerías.
Silencio solo roto por los palillos que hizo Morales con sus dedos, silencio en la platea para escuchar el taconeo que resuena, sosteniendo solo el linense el compás. Las palmas y los olés del público terminaron siendo la respuesta justa a la sesión.
El bailaor y coreógrafo terminó cogiendo el micrófono para repartir agradecimientos, respondido por la concejal de Cultura y parlamentaria andaluza, Pilar Pintor.