Tres compañías acuarteladas en Algeciras
EL SEXENIO DEMOCRÁTICO EN ALGECIRAS (1868-1874)
Las autoridades españolas mantienen la actividad portuaria y las comunicaciones con Gibraltar pese a los rumores de cuarentena y a la creciente tensión política
Los jóvenes algecireños recurren a diversas alegaciones para evitar el servicio militar mientras el gobierno prepara el viaje de Amadeo I y refuerza la guarnición local ante posibles disturbios
Los quintos algecireños se fugan por Gibraltar
Independientemente a la alarma suscitada sobre los barcos provenientes de Gibraltar, recogida en el anterior capítulo, la realidad era que la normalidad en los fondeaderos de la Bahía se mantenía con el diario intercambio de pasajeros y mercancías entre los diferentes puertos: vapor María capitaneado por J. Romero que llegó de“Cádiz á Algeciras con carga general para Gibraltar. En contraria dirección, el bergantín británico Victory, siendo su capitán J. Mooloney en lastre para Algeciras; o el vapor portugués: Lisboa, al mando de E. Silva que llegó desde la capital lusitana hasta Algeciras con café para la colonia británica. Haciéndose cargo de la carga la firma Levy & Co. La fuente del rumor se le achaca a “cierto telegrama que han recibido las autoridades de Gibraltar del Ministerio del Interior español ordenando que todas las llegadas á puertos españoles provenientes de Gibraltar se someterán á cuarentena de tres días”.
Siguiendo con temas relacionados con la vecina colonia en aquel noveno mes del reinado de Amadeo I en España, se anuncia oficialmente que “la comunicación telegráfica entre España y Gibraltar está completada; la línea ha sido probada y considerada satisfactoria, y los habituales mensajes de felicitación han pasado entre los Gobernadores de Algeciras y Gibraltar. El funcionamiento correcto de la línea solo depende únicamente de las autoridades de Madrid”.
Y buscando también el funcionamiento correcto de la política nacional tras la amnistía general aprobada dos meses antes, y entendiendo que la tensión social está más calmada, el gobierno organiza un viaje real para acercar la figura de Amadeo I a los españoles de provincias. Para ello, “Ruiz Zorrilla dirige una circular á los gobernadores civiles encargándoles que no se hagan festejos oficiales en el próximo viaje de don Amadeo, y diciendo que así es la voluntad de este señor [...] así tendrán más valor las manifestaciones y costarán menos [...] nueva dinastía á la que no puede negarse la cualidad económica. Bien seguro es que gastaban más los príncipes españoles en un viaje que la familia de Saboya en diez excursiones”.
Y no precisamente como excursión entendían los jóvenes algecireños el servicio militar, alegando para librarse de tal obligación cuantas circunstancias rodearan sus vidas aunque fuesen inciertas: “Francisco Jiménez Calvente, alegó ser hijo único de padre impedido y pobre, quién mantiene pues, aún cuando tiene otros hermanos, son menores de 17 años. Reconocido el padre,los facultativos manifestaron se encuentra en aptitud para trabajar, y como que respecto de la otra excepción resultó que disfruta el mismo de una renta líquida mayor de tres reales diarios, la Comisión acordó conforme el fallo del Ayuntamiento; declarando al quinto soldado. El siguiente fue: Juan Calvente Triguero alegó padecer fractura de una pierna. Reconocido por los facultativos manifestaron se encuentra útil para el servicio militar y la comisión lo declaró soldado”.
Al mismo tiempo que los mozos algecireños intentan ganarle la partida a las excepciones incluidas en la impopular Ley de Reemplazos, los enemigos de don Amadeo, que no de la monarquía, intentarán lo propio con la Casa de Saboya criticando abiertamente tan próximo viaje, expresando: “Las provincias por donde ha de pasar don Amadeo se despoblarán de tropas y Guardia Civil que acudirán á cubrir la visita. Exageradas precauciones que tiene el inconveniente de dejar expuestos á los pueblos á los ladrones é inseguros á los caminos. Es indudable que así como los contrabandistas de la frontera se aprovechan de la concentración de carabineros, así los malhechores del interior se aprovecharán de la concentración de la Guardia Civil”.
Coincidiendo con el cumplimiento de la denostada Ley de Reemplazos, se dan por enterados los gobernadores civiles de la visita real programada. Mientras, una información ocupa y preocupa a los vecinos de nuestra ciudad al conocer la pronta llegada de tres compañías del Regimiento de Infantería Albuera. Las cuales, lejos de trasladarse a las posesiones del norte de África o Ultramar “quedaran de guarnición en aquella plaza”, indicaba el telegrama oficial. ¿Acaso se esperaba una revuelta popular alentada por los republicanos por el asunto de las quintas?. Sea como fuere en aquel “complicado” septiembre, las tropas recién llegadas quedaron acuarteladas en Algeciras.
Continuando con la relación de los algecireños que presentaron distintas alegaciones para ser excluidos del servicio militar, nos encontramos con “Rafael Orozco Palomo, alegó ser quebrado y cojo. Resultando de la declaración facultativa debe presentar expediente y ser observado y curado en el Hospital. La Comisión acordó pasar á Caja con el objeto indicado dirigiéndose oficio al Alcalde de Algeciras para que instruya el expediente de que carece el quinto y lo remita á este Cuerpo provincial para la resolución que proceda. De igual modo procedió: Antonio Vera Reyes, alegó padecer de la boca. Reconocido, fue declarado útil para el Servicio y la comisión lo declaró soldado”.
El siguiente expediente necesitó de un dictamen más esmerado: “Antonio Parra Fabesa, alegó ser nieto único de viuda pobre á quién mantiene. Resultando del expediente y justificaciones presentadas, que la abuela aparece como arrendataria de dos molinos, razón por la cual el Ayuntamiento no le consideró como pobre. Resultando que, por la parte del mozo se trata de justificar que la abuela hace tres años hizo cesión del arrendamiento. Considerando que este extremo no se justifique más que por un documento privado é informal. Considerando que en este acto (el Comisionado) del Ayuntamiento interrogado por la Comisión ha manifestado que los cesionarios son individuos de una misma familia y viven todos juntos, siendo uno de ellos yerno de la abuela arrendataria. Considerando que las certificaciones presentadas carecen de las circunstancias prevenidas en el reglamento de 10 de Febrero de 1855. artº 4º número 5º y 6º. La Comisión se atiene á los documentos oficiales y comprendiendo que nadie mejor que el Ayuntamiento puede conocer la verdad de los hechos confirma el fallo de la Corporación Municipal y lo declara soldado”.
La familia Parra tenía los susodichos molinos en el sitio denominado Hueco del río de la Miel de nombre San Bernardo, teniendo como vecinos la llamada Mojea de Comares. El domicilio familiar se encontraba en el número 7 de la calle Alta. Años más tarde y para superar una crisis económica aquellos molinos fueron hipotecados por la cantidad de 3.594 pesetas, siendo el prestamista-acreedor el gibraltareño Adolfo Gómez de la Granja.
(N. del A. Con esta entrega nos despedimos hasta el próximo enero, no sin antes desearles que pasen unas felices fiestas).
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