Carnaval

El tablero del Florida y sus dos Torres

  • Juan Manuel y Jesús Torres abren la fiesta de Don Carnal con un emotivo recorrido por su historia

El sino de la familia Torres Román es la salvaguarda del algecireñismo. "Por San Isidro que bebo los vientos/ La Bajadilla que me dio sentimiento/ El Rinconcillo mi bendita playa que bañó mi infancia/ Con mi patrona Virgen de la Palma que a mí siempre me acompañará". Juan Manuel y Jesús Torres Roman evocaron anoche en su pregón en el Teatro Florida el carnaval de los noventa. El de su adolescencia. Los pregoneros partieron del año 1983 -el del cénit de Cine Cómico en el Teatro Falla- para trazar el eje cronológico de más de treinta años de raíces carnestolendas en la ciudad.

Pasadas las 20:40 Juan Manuel y Jesús accedieron al escenario a telón cerrado. Ambos hermanos compartieron camerino y se esforzaron en aplacar juntos los nervios de la más primerísima cita del carnavalero que se precie: su pregón.

Al inicio, una marcha de Semana Santa. Error común, habida cuenta de que "esta gente están metidas en todos lados". El regidor del Teatro Florida recibió la llamada del añorado Juan Torres, padre de los pregoneros. Torres le pidió que pinchase en el sonido de pea del auditorio un extracto del pregón que él mismo diera en 2010. "Que lo abran pronto, que el que espera desespera y el Florida es patrimonio de un pueblo que, ilusionado, espera que su teatro sea por fin inaugurado", se escuchó de Juan. Lágrimas en los rostros de Juan Manuel y Jesús al escuchar la voz de su padre como preludio del pregón.

El grupo que los dos hermanos han formado para la ocasión tomó parte de las tablas a oscuras. Interpretaron el pasodoble de la chirigota compuesta por los pregoneros Vamos a montar un pollo (2004). Se hizo la luz y los hermanos, caracterizados de arlequines, recibieron el aplauso del público asistente y alguna que otra arenga. Juntos comenzaron a tejer la historia de esa Algeciras "deseada por muchos, maltratadas por otros". "Aquella Isla Verde conquistada por el Rey Alfonso XI y luego arrasada por las ansias de conquistas".

En San Isidro empezó todo. Los hermanos nacieron en la calle Buen Aire del antiguo barrio La Matagorda. "Ese mismo barrio donde Pepe Marín desglosaba todo su arte y su amor incondicional por esta ciudad de la bella bahía". Los años les hicieron arribar a La Bajadilla, donde perduran. "Algecireño de la capital, de ese barrio maletilla que es La Bajadilla. Sobra lo demás", afirmaron parafraseando la copla de la comparsa algecireña Sin salir de la miseria.

Y palo a los algecireños, cómo no podría ser de otra forma en esta fiesta. "¿Por qué sacamos a hombros al que llega de fuera y enterramos al que nace en esta tierra?/ ¿Por qué las coplas de uno de aquí no se cantan igual si el que te las narra es de más allá?/ ¿Por qué nos cuesta tanto darle a lo nuestro nuestra bendición?/ Es por eso que acertó de lleno el que con el nombre de especiales nos bautizó".

Los hermanos Torres salpimentaron su pregón con la interpretación de pasodobles de su antología. Qué sabio de No me pierdo ni una (2003), chirigota con la que alcanzaron su primera final, y que recibió un especial aplauso por la contundencia del mensaje. "Pero como tú en verano aquí te aburres, mejor tira para Tarifa/ Por eso me muero de risa cuando reclamamos novena provincia", dice el final de la letra.

Rememoraron al Dios Momo Turri y a las chirigotas callejeras. Y a Cine Cómico de forma especial. Tributo a sus componentes desaparecidos con gesto emotivo a la postre. Una cajilla bajó del cielo para recordar al recientemente fallecido Antonio del Moral Toto. "El Juani ha llamado por teléfono al Toto y lo ha convencido para que este año le dé compás con caja a su repertorio". También hubo versos en memoria de la locutora Juana Mari Moreno y de Juan Gómez Melgar.

Y llegó la Plaza Alta, la calle. "Cuánto me gustaría volver a vivir aquellos años dorados de estribillo por la calle Ancha, Crisel y la marea humana de grupos que arremolinaban en la Plaza Alta y de forma espontánea deleitaban a mis paisanos con parte de su repertorio". Y la calle tomó el escenario. Presente y pasado de las agrupaciones familiares de la ciudad se turnaron para cantiñear sus letrillas, frescas y de antaño. La gente de la artista algecireña Beatriz Calderón, de Paco Cortinas y la callejera de Adolfo Becerra deleitaron con sus coplas, cargadas del más canalla sentido del humor. Sin parapetos. La transparencia de la calle.

Emocionados, los hermanos Torres se retiraron. Antes interpretaron a solas un pasodoble inédito compuesto para la ocasión. Sin más compañía que la voz de su hermano Jesús, Juan Manuel se dio al carnavalero de Algeciras. Solo con el abrigo de su hermano Juan Manuel, Jesús entregó su corazón a un público en pie. Son los hermanos más conocidos de la fiesta carnestolenda. Y desde ayer un asiento más en el privilegiado registro de anunciadores de Don Carnal.

Tras el pregón se produjo la entrega de distinciones de los personajes del Carnaval Especial. Antonio Benítez, Emilio Monfillo, Antonio Malia, Francisco Javier Ríos, Jorge Carrasco y Alberto Espinosa compartirán desde ayer página en la historia del carnaval algecireño.

Los cinco fueron distinguidos como chirigotero Bueno, Joven chirigotero, Antifaz de Oro, comparsista Bueno, Joven comparsista y Personaje Popular, respectivamente.

El primero en subir fue Alberto Espinosa. El periodista algecireño agradeció su nombramiento y centró su discurso en una clave: "Yo nací en Guadiaro pero desde hace muchos años soy algecireño".

Muy emotiva fue la distinción a título póstumo que recibió el popular chirigotero Juan Manuel Molina, apodado Metales. Siguió la imposición de las bandas a las diosas y ninfas de esta edición, Ana Isabel Fernandez Diaz, María Monfillo Velasco y Ana Aroa Martín Rossi, respectivamente. La diosa se atrevió desde el atril a arengar al público algecireño. "El concurso es una parte muy importante, pero el corazón de nuestro carnaval está en la calle", dijo la joven, que provocó la ovación unánime de los asistentes.

El Dios Momo de este carnaval, José Luis Delgado Calvente, recordó su currículum al recoger su distinción. En su hoja de servicio por la fiesta, entre otros, se halla haber sido presidente del jurado calificador de 2013. Este puesto en esta edición lo ocupa Manuel Torres Señor, quien repite por segundo año consecutivo. Se sucedieron las entregas y los comparsistas distinguidos, Francisco Javier Ríos y Jorge Carrasco, recogieron su réplica de la Plaza Alta. A ellos les siguieron los chirigoteros, Emilio Monfillo y Antonio Benítez.

A la postre a Antonio Malia le fue impuesta la insignia que le acredita que como Antifaz de Oro. La sorpresa de la noche fue el homenaje a la escritora tinerfeña Ana Rosa Meana, fuera de guion. También se reconoció la labor de la Asociación Cultural Carnavalesca de Algeciras (ACCA) y la del Estanco Roldán, fundado en 1939 y ubicado en la Plaza Alta, sobre el que recayó la distinción de Comercio con Solera.

El alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, cerró la gala desde el atril. Landaluce fuera de micrófonos apostilló: "Ayer fue mi cumpleaños y este es mi mejor regalo". Recibió las felicitaciones atrasadas de los presentes con los que charlaba. El broche de oro del acto lo puso la comparsa de Juan Antonio Pozo Acuña,Los comandantes. Pasodobles y cuplés de Pozo que sirven para abrir el Carnaval Especial 2018. Algeciras ya luce su careta.

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