Diez días, kilos de atún y dieciséis maneras de contarlo en Algeciras

Algeciras vuelve a saborear el mar desde el pasado jueves y hasta el próximo domingo, 15 de junio. Como calentamiento a los excesos de la Feria Real, la ciudad celebra la quinta edición de su ya consolidada Ruta del Atún, una cita imprescindible en el calendario gastronómico del Campo de Gibraltar que transforma bares y restaurantes en templos del atún rojo. Durante diez días, dieciséis establecimientos locales rinden homenaje a este manjar con tapas y platos que cruzan fronteras sin perder el sabor de casa.

Organizada por Apymeal (Asociación de la Pequeña y Mediana Empresa de Algeciras), con la colaboración de entidades públicas y privadas, la ruta llega este año con más fuerza que nunca: más locales, más variedad y una apuesta decidida por la innovación, pero siempre con los pies –y los fogones– bien anclados en la tradición marinera algecireña.

La lista de participantes incluye a Milabar, El Perro del Hortelano, Hotel Alborán, Tapería de Lola, La Perseverancia, Baires, Surban, El Mexicano, La Taberna del Loco, La Yaya, Q’Ros, Puro Estrecho, Punta Getares, Especiality, La Estraza y De Camino. En sus cocinas, el atún se transforma en experiencias: desde guisos de toda la vida a tatakis, tartares y otras delicias con influencias asiáticas, latinas o mediterráneas. Una ruta que es también un viaje: por los sabores del sur, por la memoria del puerto, por la modernidad de una hostelería que no para de reinventarse.

Porque en Algeciras, como en todo el litoral gaditano, el atún no se pesca: se celebra. Desde que a finales de abril o principios de mayo suena la primera levantá en las almadrabas, comienza una liturgia que llena los mercados, las mesas y ahora también las rutas gastronómicas. Y es que, aunque el atún forma parte del ADN culinario andaluz, no siempre fue tan versátil ni tan codiciado como hoy. Hasta hace unos años, la cocina del atún se limitaba al encebollado, el tomate o la conserva. Pero el intercambio cultural –especialmente con Japón– ha cambiado la historia: los cortes nobles como el morrillo, la parpatana o la ventresca han ganado protagonismo, y el respeto por el producto crudo ha abierto nuevas puertas a los cocineros locales.

Así, la Ruta del Atún de Algeciras no solo sirve para llenar estómagos: también ensalza una forma de entender la gastronomía que conecta con el mar, con la historia y con el futuro. Una oportunidad para saborear el talento de la ciudad… y repetir plato.