
Restaurado un traje clásico de buzo de la primera mitad del siglo XX que se usaba en el Puerto de Algeciras
El Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico se ha encargado de recuperar la pieza, que se podrá ver en el futuro centro de interpretación del Puerto de Algeciras en el Lago Marítimo
El Puerto de Algeciras deposita para su restauración una escafandra de buzo de los años 50
Algeciras/El Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), dependiente de la Consejería de Cultura y Deporte, ha dado a conocer este jueves en el auditorio Millán Picazo de Algeciras los resultados de la restauración de un traje clásico de buzo de la primera mitad del siglo XX, propiedad de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras, que lo depositó en 2022. A la conferencia de presentación han asistido el subdelegado del Gobierno en el Campo de Gibraltar, Javier Ros; la delegada territorial de Turismo, Cultura y Deporte, Tania Barcelona; el presidente de la APBA, Gerardo Landaluce, y el director general del IAPH, Juan José Primo. El traje completo formará parte del futuro museo y centro de interpretación del Puerto de Algeciras que estará situado en las instalaciones del Lago Marítimo, en el Llano Amarillo.
Los trabajos del IAPH han permitido, por un lado, solventar el deterioro de las piezas -provocado por la fragilidad de los materiales y el paso del tiempo- y, por otro, mantener la estructura y forma del traje para su exposición en vertical, de manera que quien lo contemple pueda verlo tal y como si lo vistiera un buzo.
Debido a la diversidad de los elementos constitutivos, las actuaciones se han abordado en las dos sedes del IAPH, en Sevilla y Cádiz. Mientras que el Centro de Intervención, en sus talleres del Monasterio de la Cartuja, ha llevado a cabo los tratamientos en el textil y reforzado el traje internamente con espuma de polietileno, el Centro de Arqueología Subacuática (CAS), también dependiente del IAPH, se ha encargado de la limpieza, estabilización de corrosión y protección de las piezas de metal.
Los criterios de restauración se han basado en el estudio previo y conocimiento exhaustivo del traje, además del máximo respeto a su integridad y valores culturales. La recuperación del equipo de buzo se ha logrado con una intervención mínima, estrictamente necesaria, que ha empleado métodos reversibles y materiales testados en conservación del patrimonio.
Las investigaciones del Instituto apuntan a que el conjunto pudo ser fabricado de forma íntegra en Barcelona por la empresa Gimeno Carbonell, proveedora de equipos de buceo para la Armada Española a mediados del siglo XX y principal contribuyente al desarrollo de esta actividad en nuestro país. Esta hipótesis está confirmada en el caso de las escafandras, que cuentan con las correspondientes marcas de autoría. Probablemente, el soporte textil también fuera elaborado por la misma compañía, que entre 1953 y 1957 se publicitaba como fabricante de “traje estanco para inmersiones submarinas”.
El equipo fue utilizado por el personal de buceo de la antigua Junta de Obras del Puerto de Algeciras, organismo que había sido creado en 1906. Sus trabajos consistirían en reparaciones de embarcaciones, construcciones portuarias y recuperación de buques y objetos sumergidos.
El traje clásico de buzo de Algeciras es una pieza singular y única en el patrimonio cultural de Andalucía. En España se conservan escasos ejemplares, algunos en colecciones de museos como el Massó de Bueu en Pontevedra y el Marítimo de Barcelona. Todos se inspiran, aunque evolucionados y perfeccionados, en el hito que supuso el primer traje de buceo cerrado, inventado en 1837 y patentado por Augusto Siebe.
Tanto el subdelegado, Javier Ros, como la delegada territorial, Tania Barcelona, han destacado la profesionalidad del IAPH en estos y otros trabajos en el Campo de Gibraltar, con proyectos emblemáticos como la actuación paisajística en la ensenada de Bolonia, en el entorno del Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia. Además, han agradecido la colaboración de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras en la recuperación del patrimonio, ya que este traje es una pieza singular de la que podrán disfrutar las futuras generaciones.
El traje, confeccionado con lona impermeabilizada mediante caucho natural vulcanizado, presenta unas dimensiones de 147 x 189 cm. Se completa con dos escafandras o cascos de bronce y latón, dos botas y un escapulario de plomo, cuyos pesos servían como lastre para permanecer en el fondo del mar sin ascender a la superficie.
En la abertura del cuello cuenta con una junta de goma y doce orificios para encajar con las tuercas y pernos soldados en los cascos. De esta forma el conjunto quedaba estanco y el buceador podía trabajar en cualquier posición, seco y aislado del frío.