El puerto algecireño: proyectos de obras de 1843, 1847 y 1853
Historia del puerto de Algeciras (XiX)
Historia. El 20 de octubre de 1851 se creó el Ministerio de Fomento, que fue un paso decisivo para la agilización de la administración y gestión portuaria
E l historiador algecireño Manuel Pérez-Petinto analiza con total acierto lo acontecido en la década central del siglo XIX en torno a la construcción del puerto que con tanta insistencia solicitaban las autoridades locales de Algeciras y que parecía que nunca se iba a hacer realidad. Refiere el historiador que "nada práctico se obtenía por la resistencia del Gobierno central a conceder una obra que los políticos de la provincia entendían había de lesionar sus intereses".
El 20 de octubre de 1851 se creó el Ministerio de Fomento, que fue un paso decisivo para la agilización de la administración y gestión portuaria de España. Sólo dos meses después se aprobaba el Real Decreto sobre "administración y servicio de construcción y limpia y conservación de los puertos mercantes de la Península e islas adyacentes", lo que constituyó la primera legislación moderna sobre puertos y el precedente con el que se inició la actual administración de los puertos españoles. Estas normas jurídicas fueron las que regularon las obras y la actividad de los puertos hasta el año 1868. Entre otros asuntos, establecían los denominados "impuestos" de Fondeadero y de Carga y Descarga para dedicarlos exclusivamente a la limpia, conservación y obras, y se asumía directamente la responsabilidad sobre los puertos que sería ejercida, en esta primera fase, por el cuerpo de ingenieros de caminos, canales y puertos y sus demarcaciones provinciales.
Con la aparición de las Juntas de Obras de los puertos, siendo la primera la del puerto de Barcelona, creada el 11 de diciembre de 1868, como dice el investigador J. Alemany, "se constituía la primera organización de tipo descentralizado y moderno para la gestión portuaria que tanta influencia iba a tener en los siguientes ciento veinte años en España".
En cuanto a los proyectos que se redactaron y reformaron en relación con las obras portuarias de Algeciras entre los años 1843 y 1859, es necesario decir que, pese al esfuerzo de las autoridades municipales, al interés de los servicios provinciales y regionales y a la dedicación de los técnicos encargados de la redacción de los citados proyectos, muy poco se consiguió que no fueran algunas obras menores de reconstrucción del muelle-embarcadero de madera que existía en la margen izquierda del río de la Miel, de conservación de las escasas instalaciones existentes y de la limpia de los fondos para permitir la entrada en el curso bajo del río de los faluchos y barcas pescadoras. En las Consideraciones Generales de su Proyecto de un Puerto de Arribada y Refugio en Algeciras del año 1859, el ingeniero Juan Martínez Villa, hace referencia a que "existe, sin embargo, una memoria del año 1843 en que se indica el proyecto de esta obra (el puerto de Algeciras) que se promovió por dicha Junta (de Armamento y Defensa) aprovechando la circunstancia de su instalación como uno de los objetos de mayor interés público á que sus individuos dieron la importancia que se merece, consagrándose á la adquisición de los datos y noticias que juzgaron necesarios para la formación del croquis o pequeño plano que como ilustración acompañaron á su referida memoria".
Posteriormente a la redacción de la citada memoria, el Ayuntamiento, haciendo hincapié en la urgente necesidad de que se acometieran las mejoras en el muelle-embarcadero, elevó una nueva petición al Gobierno de la Provincia. Éste contestó autorizando al Consistorio a la imposición de un arbitrio de muellaje que tenían que pagar todos los pasajeros que embarcaran o desembarcaran en Algeciras.
Este arbitrio tenía como finalidad recaudar las cantidades necesarias para financiar los intereses y el capital invertido en las obras del futuro muelle. A los pasajeros que, de ordinario embarcaban o desembarcaban a su costa en la playa a hombros de los marineros por no estar operativo el arruinado embarcadero, se les exigía además, al poner el pie en la playa, una cuota de muellaje -aunque no había muelle- por persona y otra por bulto, aunque éste fuera un simple sombrero, según denuncia el señor Martínez Villa.
En el año 1847 el Gobierno encargó, a través del Distrito de Sevilla, al ingeniero Canuto Carroza -autor, unos años más tarde, del proyecto del faro de Chipiona- un proyecto para la construcción, sobre el muelle-embarcadero existente, de un muelle de madera sobre estacada con una longitud de unos 100 metros y unos 3 de anchura y con una plataforma o frente de cabeza para el atraque de los barcos. El presupuesto ascendía a 127.508 reales. El proyecto fue aprobado aquel mismo año por la Dirección General de Obras Públicas, aunque el Ayuntamiento, considerando que dicho proyecto no satisfacía las aspiraciones de la ciudad, además de tener un carácter provisional, lo rechazó, solicitando al Gobierno que se modificara o sustituyera por otro que presentase y ofreciese mayores garantías de estabilidad y permanencia. Atendidas estas alegaciones por la Dirección General de Obras Públicas, se ordenó, el 19 de junio de 1852, la reforma del proyecto, encargándose de su redacción el ingeniero de la provincia señor Martín Recarte. En el mes de junio del año siguiente estuvo el señor Recarte en Algeciras para llevar a cabo los necesarios reconocimientos y estudios sobre el terreno. Estos reconocimientos permitieron al citado ingeniero proponer la realización de un proyecto más ambicioso que condujera a la ejecución de un puerto completo y no sólo a la ampliación del viejo muelle-embarcadero. El día 1 de diciembre de 1853 presentó el señor Martín Recarte su proyecto con los informes favorables de las autoridades de Marina de Algeciras y del Ingeniero Jefe del Distrito de Sevilla. El 19 de enero de 1854 se dio lectura en el Ayuntamiento de Algeciras de un oficio del Ingeniero Civil de la Provincia acompañado de planos y del presupuesto de construcción del muelle-embarcadero.
En sesión celebrada el 3 de marzo de aquel año, el Consistorio emitió un voto favorable al proyecto aprobado en diciembre de 1853, aunque acordó añadir una modificación que consideraba de interés que consistía en que el espigón del muelle arrancase en el lado sur del río (donde luego se construyó el muelle de Madera), en vez de hacerlo en el lado norte.
También se comprometía a pagar 240.000 reales cada uno de los seis años que se calculaban necesarios para la terminación de la obra. Pero, sometido a examen de la Junta Consultiva del Cuerpo el 10 de julio de 1855, ésta dictaminó que, antes de la aprobación del citado proyecto, se revisara, reformara y actualizara, siendo el ingeniero Juan Martínez Villa, por entonces destinado al servicio de la provincia y dedicado al montaje de los nuevos aparatos de los faros de Cádiz, Tarifa y Ceuta, el encargado de su redacción. Pero el asunto se alargaba sin que los algecireños vieran iniciarse las obras del puerto que tanto anhelaban.
Antonio Torremocha. Doctor en Historia Medieval. Académico de número de la Academia Andaluza. Director del Museo de Algeciras (1995-2007)
También te puede interesar
Lo último