Algeciras

La sede del PSOE de Algeciras acoge la presentación del libro 'Putas de campo'

  • Es un homenaje a miles de mujeres violadas y prostituidas en el campo de concentración de Ravensbrück

La presentación del libro.

La presentación del libro. / E. S.

La investigadora manchega Fermi Cañaveras ha presentado este jueves en la sede el PSOE de Algeciras el libro Putas de campo, que recoge el drama humano de las aproximadamente 130.000 mujeres que pasaron por el campo de concentración de Ravensbrück, de las cuales se calcula que entre 30.000 y 90.000 fueron asesinadas. Mujeres, unas 400 de ellas españolas en el exilio posterior a la Guerra Civil española que “además de los sufrimientos que padecieron los hombres, tuvieron que soportar delitos específicos de género, como la prostitución y la violación sistemática”.

La autora ha estado arropada por la secretaria general del PSOE de Algeciras y candidata al Parlamento Andaluz, Rocío Arrabal, el secretario de Memoria Histórica de la agrupación, Luis García López; e Irene Camacho, de la editorial Molinos y Gigantes.

Arrabal ha defendido la necesidad de recuperar la memoria histórica de las mujeres, de “rescatarlas de los márgenes de los libros de historia”, y de tener muy presente “algo que nunca deberíamos olvidar: que los pueblos que no conocen las atrocidades de su pasado están condenados a repetirlas”.

La secretaria general socialista reivindicó las leyes de Memoria Histórica y Memoria Democrática aprobadas por los socialistas, y que “la derecha pretende que no se apliquen”, advirtió sobre los peligros que conllevan “los discursos de odio que de un tiempo a esta parte se vierten o se justifican desde la ultraderecha, que ahora pretende hacerse con el gobierno de Andalucía”. A este respecto, Arrabal abogó por hacer frente, sin titubeos, a “todos esos estereotipos que la ultraderecha utiliza para cuestionar los derechos de las personas por pertenecer a un determinado colectivo, género, origen, raza, ideología o condición sexual”.

“Lamentablemente, hoy en día volvemos a ver cómo en Europa, y también en nuestro país, y aquí, en nuestra tierra, se propagan discursos de odio contra quienes piensan de manera distinta, y se buscan chivos expiatorios a los que culpar de todos los males de nuestra sociedad. Eso es muy peligroso, porque lleva a la deshumanización de las personas, y a la justificación de la violencia, y así empezaron y se propagaron todos los fascismos, incluido el el que durante cuarenta años sufrimos en España”, advirtió la también candidata al Parlamento Andaluz.

Mujeres esclavas, en pleno siglo XXI

Durante su intervención, Arrabal recordó que todavía hay muchas mujeres que son víctimas de explotación sexual, también en nuestro país, y que todavía hay quienes se aprovechan de su situación de vulnerabilidad para obtener beneficio de ella, incluso en condiciones que podrían ser consideradas de esclavitud.

Precisamente, para acabar con esta lacra que recuerda otros tiempos, pero que se produce en pleno siglo XXI, el PSOE ha impulsado una Ley contra la explotación sexual y la trata de seres humanos, la inmensa mayoría de ellos mujeres en situación de vulnerabilidad. “Por mucho que haya quien pretenda darle otra lectura, los socialistas consideramos que la prostitución es, en sí misma, una forma de violencia sobre las mujeres. Creemos que ha llegado el momento de dar un paso más y combatir con firmeza el proxenetismo y a quienes pretenden obtener beneficios mercantilizando el cuerpo de las mujeres”.

“Lo que no se cuenta, no ha sucedido”

Durante el acto de presentación de la novela, la editora defendió el rigor histórico y el exhaustivo trabajo de investigación que hay detrás de una obra “durísima”, y alabó también la “sensibilidad” mostrada por la escritora a la hora de abordar unos hechos tan dramáticos, que era preciso sacar a la luz, porque “lo que no se cuenta no ha sucedido”.

Con respecto al título de la obra, que ya va por la tercera edición y que ha generado alguna que otra controversia en presentaciones anteriores, Irene Camacho consideró “curioso” que a veces escandalicen más las palabras que los hechos en sí.

Por su parte, Fermi Cañaveras compartió con los asistentes algunas anécdotas sobre cómo se gestó la investigación que dio origen al libro. “Empecé a tirar del hilo para saber, porque, tras tropezarme con el nombre de Isadora, la protagonista, no me podía quedar sin conocer su historia, ni la de todos esos nombres que empezaron a salir, todos ellos de personas reales, españolas represaliadas que habían acabado en aquel campo que llamaban ‘el infierno’, y donde se cometieron tantas atrocidades… Esa historia tenía que contarla”.

“La verdad, la justicia y la reparación sirven para que los nombres no se borren de la historia, que es lo único que podemos hacer ya por quienes sufrieron lo indecible en los campos de exterminio nazis o murieron aquí, en las cunetas. El olvido es el exterminio de la memoria”, comentó la autora en otro momento de la presentación, en el que aclaró que la novela tiene muchas capas, y muchos guiños a protagonistas significativos de la Memoria. “La mayoría de aquellas mujeres murieron en el exilio, no pudieron volver, y ya era hora de rescatar su historia”, añadió antes de firmar ejemplares a los asistentes.

Sobre la autora

Fermina Cañaveras de Vivar, cuya vida está dedicada a la investigación, cursó estudios de Geografía e Historia en la UNED. Nacida en Torrenueva (Ciudad Real) hace cuarenta y cuatro años, vive a caballo entre Madrid y Ciudad Real. Tras un viaje a Polonia y una visita al campo de concentración de Auschwitz, la historiadora sintió la necesidad de contar lo que sucedió en aquellos campos de exterminio, sobre todo a las mujeres. Fue en 2014 cuando empieza a indagar y a centrarse en Ravensbrück, situado a 90 Km de Berlín, un campo para mujeres, uno de los más duros y siniestros, el gran olvidado.

Después de cuatro años de investigación, con todo el horror y la barbarie que descubrió, Cañaveras decidió escribir su primera novela: “Putas de campo”, como homenaje a miles de mujeres olvidadas, denigradas, violadas y vejadas, prostituidas y usadas como “cobayas”, que perdieron su condición de seres humanos en una época terrible.

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