Los peritos psiquiatras exponen ante el tribunal las diferencias en sus diagnósticos sobre el estado mental de Yassine Kanjaa
Juicio en la Audiencia Nacional
Todos coinciden en que el autor confeso del asesinato de Diego Valencia, que se negó a declarar en la vista oral, sufre un cuadro psicótico, pero difieren sobre si era o no consciente de sus crímenes y sus consecuencias
Uno de los policías locales de Algeciras que detuvo a Yassine Kanjaa: "Dijo que había sido liberado por su Dios"
Los psiquiatras que este miércoles comparecieron en calidad de peritos ante la Audiencia Nacional, en el juicio que se sigue contra Yassine Kanjaa por el asesinato de inspiración yihadista del sacristán Diego Valencia, pusieron de relieve las diferencias en sus diagnósticos sobre el estado mental del autor confeso del crimen, cometido en Algeciras el 25 de enero de 2023. Si bien todos coincidieron en que el acusado -que se negó a prestar declaración- padecía y padece un trastorno patológico de tipo esquizoide, difirieron a la hora de evaluar en qué medida afectó la enfermedad a su capacidad para distinguir entre el bien del mal.
En una comparecencia peculiar, llevada a cabo de forma conjunta, los forenses ratificaron de forma unánime que, en el momento de perpetrar sus ataques, Kanjaa tenía una percepción "absolutamente alterada de la realidad" y que si bien tenía pensado llevar a cabo su acción desde días antes, el altercado que protagonizó en las horas previas en la iglesia de San Isidro -cuando discutió con una feligresa- pudo ser el desencadenante que le dio "la autorización" que buscaba.
Cuatro de los ocho peritos (los dos designados por el juzgado instructor y los dos de la acusación particular) se inclinaron por mantener que Kanjaa llevó a cabo su proceso de radicalización de forma "consciente y voluntaria". Por tanto, pudo optar por "el camino del bien", al igual que hacen otros pacientes con idéntica patología diagnosticada que deciden tratarse médicamente para sanarse.
"No hay pruebas objetivas; el paciente puede decir una cosa y no ser así", afirmó uno de los comparecientes
A juicio de estos peritos, el hecho de que Kanjaa ocultase en un falso techo de su vivienda el machete con el que mató al sacristán de la iglesia de La Palma y trató de asesinar al cura de San Isidro, el párroco Antonio Rodríguez Lucena, demuestra que no era un elemento defensivo, que era consciente de la ilicitud de su posesión y que iba a hacer uso de él.
La acusación particular, ejercida por el abogado algecireño Manuel Barberá, incidió en un argumento clave: ¿El proceso delirante experimentado por Kanjaa en el tiempo le hizo no ser conciente de lo que hacía? La respuesta de los psiquiatras: en el momento del asesinato de Valencia, el acusado padecía "una grave alteración de su percepción de la realidad", lo cual no quita que durante dos meses hubiera iniciado un proceso de autoradicalización consciente de carácter yihadista.
"En psiquiatría no hay certezas", afirmó otro de los forenses, que durante dos meses lo trató en el hospital sevillano donde estuvo ingresado. "No hay pruebas objetivas; el paciente puede decir una cosa y no ser así". Kanjaa, en concreto, decía estar poseído por el diablo, aunque jamás mostró arrepentimiento alguno de lo que hizo ni arribuyó sus crímenes a circunstancias ajenas a su voluntad.
Otro dato: Yassine Kanjaa llevó a cabo un recorrido a pie organizado a la hora de cometer sus ataques, desde la iglesia de San Isidro a la de La Palma. Además, apagó su móvil para no ser encontrado. ¿Indica eso que era consciente de sus acciones? "Puede haber episodios psicóticos con conductas organizadas", respondió uno de los peritos forenses. "Nada es blanco o negro en determinadas situaciones psiquiátricas complejas", concluyó.
Casuística diversa
La abogada de la asociación 11-M, que ejerce a acusación popular, se preguntó cómo Kanjaa puede ser esquizofrénico si, a su juicio, no cumple el patrón clásico de la enfermedad: no presentó síntomas desde la adolescencia, no estaba diagnosticado, no cuenta con antecedentes de problemas mentales y el proceso de la supuesta enfermedad fue exprés, apenas seis meses, cuando lo habitual es que se produzca poco a poco en un periodo medio de cinco años. Uno de los forenses la rebatió al sostener que la casuística es diversa.
Kanjaa tiene un plan trazado "para cuando termine el juicio", detalló otro de los comparecientes: acudir a Roma para cometer otro atentado y al golfo Pérsico para matar a "los falsos profetas". En esa línea, se ve a sí mismo como "una figura mesiánica, una suerte de salvador del mundo". Eso indicaría que padece un estado delirante continuado.
Visionado de su testimonio
La negativa del acusado a prestar testimonio ante el tribunal llevó a que, a petición de la Fiscalía, se llevase a cabo el visionado de la declaración que prestó ante el Juzgado de Instrucción nº 6 de la Audiencia Nacional, el 30 de enero de 2023, cinco días después de que tuvieran lugar los hechos. En la grabación se pudo ver a Yassine Kanjaa -sentado y esposado con las manos a la espalda- afirmando de forma reiterada y clara que su intención fue siempre degollar a los sacerdotes de San Isidro y La Palma. "Alá es el más grande", dijo.
Aunque no estaba previsto en el calendario inicial un cuarto día de vista oral, este jueves el juicio concluirá con las conclusiones finales de las acusaciones particular y popular, la defensa y la Fiscalía.
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