Un padre va a prisión por usar a su hija de 14 años para pasar droga hasta Algeciras a cambio de un iPhone

La Guardia Civil sorprendió a la menor con tres kilos de hachís adosados al cuerpo cuando embarcaba en Ceuta

La Guardia Civil detiene a una abuela de 81 años y su nieto con 65 kilos de hachís ocultos en un coche rumbo a Algeciras

La adolescente fue interceptada por la Guardia Civil con tres kilos de hachís pegados al cuerpo mientras trataba de embarcar con su madre rumbo a Algeciras.
La adolescente fue interceptada por la Guardia Civil con tres kilos de hachís pegados al cuerpo mientras trataba de embarcar con su madre rumbo a Algeciras. / Guardia Civil

En el inagotable catálogo de historias que deja el narcotráfico en el Estrecho, la realidad vuelve a superar cualquier ficción. La última escena se ha escrito en Ceuta y tiene como protagonista a una niña de 14 años, utilizada como mula por su propio padre a cambio de un teléfono móvil. La adolescente fue interceptada por la Guardia Civil con tres kilos de hachís pegados al cuerpo mientras trataba de embarcar con su madre rumbo a Algeciras.

La intervención se produjo este martes, 23 de julio, durante un control rutinario en la terminal marítima. La actitud de madre e hija levantó las sospechas de los agentes, que procedieron a cachearlas. La menor llevaba la droga enfajada al torso, en pequeños bloques que delataban una clara intención de transporte ilícito. Ambas fueron detenidas y puestas a disposición judicial, según ha informado El Faro de Ceuta.

En sede judicial, la adolescente confesó que fue su propio padre quien la convenció para transportar la droga. A cambio, le había prometido el último modelo de iPhone. La declaración dio pie a una segunda operación de la Guardia Civil, que se saldó con la detención del progenitor y su posterior ingreso en prisión preventiva a la espera de juicio. La madre, por su parte, ha quedado en libertad con medidas cautelares, entre ellas la retirada del pasaporte.

La menor también deberá responder por un delito contra la salud pública, aunque su edad y el hecho de haber sido instrumentalizada por un adulto podrían pesar en su defensa. El caso vuelve a poner sobre la mesa la creciente utilización de adolescentes como correos humanos para el tráfico de hachís entre Ceuta y la península. En los últimos años, las autoridades han detectado un aumento preocupante de menores implicados en estos delitos, a menudo captados mediante engaños o promesas de regalos.

La droga viajaba con la abuela

El mismo tribunal que investiga este caso ha dictado recientemente sentencia en otro episodio que también roza lo insólito. Un hombre de 36 años ha sido condenado a tres años y diez meses de prisión por intentar cruzar con casi 60 kilos de hachís ocultos en su coche. Lo más llamativo del caso: lo acompañaba su abuela de 81 años.

El suceso ocurrió el pasado 30 de junio, también en el puerto de Ceuta. A bordo de un Citroën C3 Picasso, el acusado intentaba embarcar rumbo a Algeciras cuando fue interceptado por la Guardia Civil. Los agentes localizaron un total de 161 bloques de hachís escondidos en dobles fondos practicados en el suelo y el salpicadero del vehículo.

Aunque inicialmente se detuvo también a la anciana, finalmente no se continuó ninguna acción judicial contra ella. El hombre, que ya tenía antecedentes por tráfico de drogas, ha sido condenado con la agravante de reincidencia y deberá pagar una multa de 242.000 euros. En caso de impago, la sanción se sustituirá por tres días adicionales de privación de libertad. La condena se ha dictado en firme tras la confesión del acusado y su acuerdo con el Ministerio Fiscal, lo que ha evitado la celebración de juicio.

Ambos casos reflejan una tendencia que alarma a las autoridades: el uso de perfiles inesperados, desde menores hasta ancianos, para sortear los controles policiales en la frontera marítima.

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