Un negocio que nunca duerme
Los bazares chinos, abiertos a cualquier hora, ofrecen productos baratos de toda condiciónl adictos al trabajo Los establecimientos chinos de Algeciras no cierran durante los días de fiesta, como el día de la Virgen del Carmen, ayer.
Juguetes, comida, productos de limpieza, artículos de estudio, ropa de playa, decoración… Todos estos enseres se pueden encontrar a muy buen precio en los bazares chinos de nuestra comarca. Incluso en días de fiesta o fines de semana, estos establecimientos, abren para recibir a los ciudadanos que necesitan cualquier producto a última hora. Desde muy temprano y cerrando a horas muy entradas en la noche, los trabajadores de estos bazares atienden desde detrás del mostrador.
La productividad de esta línea de negocios está en alza y va de la mano con el esfuerzo y la filosofía de vida que defienden: trabajar, sobre todo en tiempos de crisis. Así nos lo explica un dependiente de uno de estos comercios de Algeciras: "No hay dinero, así que hay que trabajar, aunque sean muchas horas". Descansando pocos días al mes, manifiesta que cerrar el local un día de fiesta es algo disparatado. Sin embargo, el volumen de trabajo que cargan sobre sus espaldas se ha considerado "explotación" por muchos.
Codo con codo en el almacén con miembros de su familia o amigos, los incansables trabajadores de estos bazares vienen a España y copan gran parte del pequeño comercio del país. Según el Instituto Nacional de Estadística, se calcula que en 2011 fueron más de 166.000 los chinos residentes en España. Quienes vienen a trabajar a nuestro país, ya tienen familiares con negocios abiertos y vienen a ayudar, aprender el idioma y lucrarse. Buscando rentabilidad económica y nuevas oportunidades laborales, desde hace muchos años España ha dado la bienvenida a muchos residentes chinos que venían a nuestro país a montar sus negocios y ayudar al crecimiento financiero y a la inflación.
Adictos al trabajo, estos residentes se toman muy en serio la gravedad de la crisis. Por ello, suele ser muy extraño ver uno de estos bazares cerrado. Según explica el dependiente, mientras atendía a los algecireños que entraban, "cerramos poco, ya sea para descansar un día o una tarde o por asuntos más graves". Sin embargo, es de extrañar cómo muchos comercios han tenido que cerrar por la crisis, mientras vemos cómo aparecen más bazares chinos. El secreto de estos negocios es vender productos de toda condición a precios muy bajos, por lo que el ciudadano prefiere acercarse a este establecimiento para conseguir lo que quiere pagando menos.
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