'Cartel de Feria de 1979', la Algeciras de Ramón Puyol

Próximos a la edición 175 de la Feria Real de la ciudad de Algeciras, evento anual que obtuvo el reconocimiento y nombramiento como tal por parte de su majestad la reina Isabel II, según Real Orden firmada el 15 de febrero de 1850, Algeciras prepara con ánimo e ilusión los actos previos para la mayor y más importante de sus tradiciones.

Testigos de las sucesivas ediciones han sido los propios algecireños, sus distintas portadas (alguna de ellas homenajeada), sus festejos taurinos, sus reinas y damas, las previas jornadas taurinas y, como no, la obra de artistas amantes de esta tierra que plasmaron en un lienzo los elementos que caracterizan a nuestra fiesta especial para convertir su creación en cartel.

En 1979, Ramón Puyol Román, haciendo un magistral uso de esa paleta con la que llenó sus obras de luz y colorido, firma el cartel de la Feria Real de Algeciras celebrada entre el 9 y el 17 de junio de aquel año, creando con manchas de color y pequeñas pinceladas una obra llena de movimiento, de clara inspiración impresionista.

Sobre un lienzo de 98,5 centímetros de altura y 79 centímetros de anchura, en el que destacan las imágenes de dos figuras femeninas portando abanico y ataviadas con traje festivo al más puro estilo andaluz, aparecen símbolos y elementos del patrimonio local como el acueducto de Los Arcos o la Piedra de Belmonte con la bahía de Algeciras y el Peñón de Gibraltar como fondo, en el que también se aprecian las líneas luminosas que describen los fuegos artificiales. En la parte inferior, a la derecha, un grupo de personas baila con alegría los ritmos típicos de estas fiestas y un jinete con garrocha conduce al ganado. Este óleo, procedente del legado de Luis Carlos Gutiérrez Alonso, se conserva en la Colección de Bellas Artes del Museo Municipal con el número de inventario 2.667 y forma parte del contenido expositivo de la Sala Manos que trabajan cuyo discurso está centrado en la etnología.

La obra pictórica de Ramón Puyol Román (Algeciras 1907-1981) se fundamenta en una clara voluntad de vanguardia que le llevó a romper con los postulados academicistas en los que se había formado. En sus orígenes, su actividad creativa estuvo vinculada a su militancia en el Partido Comunista y realizó abundantes trabajos dedicados a la propaganda política. A partir de 1939 su vanguardismo radical fue sustituido por una pintura con marcados postulados tradicionales de preferencia costumbrista, describiendo y recreando escenas populares, fiestas y paisajes urbanos.

La obra Cartel de Feria que hoy acercamos a esta columna es un ejemplo de sus últimas creaciones en las que Ramón Puyol recoge escenas del pasado de la ciudad, aseverando: “Creo que el propósito de mi paleta es de tipo narrativo, dando lugar a extenderme en motivaciones, sin erudición ni pedantería, pero tratando de subrayar lo que estuvo ayer y hoy comprobamos que ha desaparecido”. Con ello tuvo una intención de perpetuarlos en la memoria, ayudando al espectador a conocer la antigua panorámica de Algeciras.