El Museo Municipal de Algeciras recibe a los visitantes con goteras, nueve cubos, manchas de humedad y desconchones
Pese a las reformas y los contratos de reparación, la lluvia sigue filtrándose en el antiguo Hospital de la Caridad, convertido en museo en 2015
El nuevo museo en la capilla del Cristo de la Alameda en Algeciras sufre palpables problemas de humedad al mes de su apertura

Algeciras/La escena tiene algo de instalación artística involuntaria. En el patio principal del Museo Municipal de Algeciras, nueve cubos estratégicamente distribuidos recogen el agua de las goteras que se filtra desde la cubierta. Un visitante desprevenido podría pensar que forma parte de una exposición contemporánea sobre la decadencia, la humedad o el olvido institucional. Pero no. Es solo la realidad filtrándose, literalmente, por los techos de un edificio que, al igual que sus contenidos artísticos y patrimoniales, merece mejor suerte.
La lluvia arrecia este jueves sobre Algeciras. Las nubes de la borrasca Konrad descargan con furia sobre la ciudad y en el museo, como un organismo vivo que reacciona a la intemperie, las paredes exudan humedad y las cubiertas gotean. Los desconchones en las salas expositivas no necesitan más explicación. Tampoco las bolsas de humedad ni las manchas que trepan por los muros como una enfermedad que avanza sin resistencia. Algo aquí se está desmoronando, aunque la delegación de Cultura intente maquillar la escena: tras la visita realizada el día anterior por Europa Sur, alguien ha decidido retirar los cubos del patio, como quien esconde la basura bajo la alfombra antes de recibir visitas. En lugar de los cubos hay ahora charcos de agua, lógico. Los carteles de advertencia de suelo resbaladizo se mantienen con más razón.
Tras la visita de este periódico, la delegación de Cultura retiró los cubos del patio principal a pesar de que continúan las filtraciones
El edificio que alberga el museo fue en su día el Hospital de la Caridad, una construcción de mediados del siglo XIX. En 2015, bajo el mandato del actual alcalde, José Ignacio Landaluce, y de su teniente de alcalde delegada de Cultura, Pilar Pintor, el Ayuntamiento decidió que este inmueble sería el refugio de los fondos museísticos de la ciudad. Se eliminaron entonces barreras arquitectónicas, se reordenaron las salas y se repuso la cubierta. Al menos sobre el papel. El resultado es un museo con una estructura compleja, pero bien resuelta: cuatro salas expositivas en la planta baja, seis en la primera, espacios dedicados a exposiciones temporales, actividades, biblioteca y consulta. En la segunda planta, oficinas, almacenes y restauración. Y filtraciones. Muchas filtraciones.
No es la primera vez que se intenta poner remedio a este problema. A lo largo de los años, el edificio ha sido sometido a rehabilitaciones y reformas, pero su estructura original y su ubicación en la zona baja de la ciudad juegan en su contra. El nivel freático elevado y la antigüedad de los materiales de construcción generan un cóctel perfecto para las filtraciones. Se han instalado sistemas antihumedad, mecanismos de disipación de agua, tratamientos de evaporación. Nada ha sido suficiente.
Una obra con catorce meses de retraso
El último intento data de enero de 2024, cuando el Ayuntamiento adjudicó un contrato de casi 27.000 euros a la empresa Carrillo Dávila, con un plazo de ejecución de 35 días. Sin embargo, catorce meses después, la obra sigue sin ejecutarse. A preguntas de este periódico por la situación del museo, el gobierno local alega por escrito que "cuestiones ajenas al proyecto" -sin concretar cuáles- han impedido su inicio y que las actuaciones de reparación comenzarán "una vez que el tiempo mejore". El argumento se antoja endeble, dado que la empresa ha tenido más de un año y una sequía de por medio para realizar las tareas encargadas.
El plan pasa por llevar a cabo actuaciones menores para acabar con las filtraciones, reparar las fachadas y las carpinterías exteriores, sustituir cubiertas ligeras y sellar juntas en la montera de policarbonato que cubre el patio central. Exactamente la misma zona donde, a día de hoy (de ayer, para ser exactos), los cubos seguían recogiendo el agua de la lluvia.
En cualquier caso, el deterioro no se limita a la edad del edificio, sino también en las filtraciones prolongadas, el desgaste en los sistemas de impermeabilización y las posibles fugas en antiguas conducciones. La estructura acumula cicatrices que probablemente las pequeñas reformas no lograrán tapar. Mientras tanto, la imagen es elocuente: goteras en el museo y el anuncio de futuras exposiciones en la calle.
Este mismo jueves, mientras la lluvia insistía en poner a prueba el tejado del museo, la teniente de alcalde ha presentado junto a la directora del museo, Rosabel O'Neill, una nueva exposición temporal, La creación que no cesa, del artista Vicente Vela, que llegará al viejo Hospital de la Caridad. El acto se ha celebrado en el Ayuntamiento ya que el museo, con su patio encharcado, no es un escenario presentable. La muestra podrá visitarse del 9 de mayo al 15 de septiembre. Es un alivio que se inaugure en época seca. De lo contrario, a la lista de piezas expuestas habría que sumar una colección de cubos de plástico llenos de agua.
El mismo problema a escasos metros
El deterioro del Museo Municipal no es un caso aislado. Apenas han transcurrido dos meses desde que la vecina capilla del Santo Cristo de la Alameda reabriera sus puertas como museo y las paredes del edificio también muestran signos evidentes de deterioro. Filtraciones de agua, manchas, pintura desconchada y un ambiente cargado de humedad afectan especialmente a las salas 4 y 5 del recinto, donde se exponen reproducciones de las obras de la colección Antonio Viñas de Roa, cedidas a la ciudad y cuyos originales se custodian en el museo municipal.
A pesar de que estos problemas eran conocidos desde antes de la inauguración, el Ayuntamiento de Algeciras tampoco adoptó una solución definitiva antes de su apertura.
¿Dónde está el Museo Municipal?
Un paseo virtual por la red, con la búsqueda "museo municipal Algeciras" en Google, revela una cartografía desactualizada y confusa. La primera parada lleva a una vieja página oficial del Ayuntamiento, donde se describe al museo como una entidad bicéfala: la sección de Historia y Arqueología, alojada en la antigua Casa de Los Guardeses de Villa Smith, un edificio decimonónico; la sección de Arte Sacro, integrada en la misma sede. Además, se menciona una sala permanente en el Edificio de La Caridad, que exhibe la colección municipal de lozas y azulejos.
La segunda búsqueda conduce al portal de Turismo de Andalucía, dependiente de la Junta, donde la brújula informativa parece perder el norte. Aquí, el museo se describe nuevamente en dos secciones: la Histórico-Arqueológica, con sede en la Casa de los Guardeses de Villa Smith; y la de Arte Sacro, ubicada en la capilla del Santo Cristo de la Alameda. En este mapa, el Hospital de la Caridad ni aparece señalado, sumiendo al navegante en un mar de incertidumbre.
Ambos portales parecen haberse quedado anclados en el tiempo, sin actualizarse durante una década. Y es que, en 2015, bajo el timón del alcalde José Ignacio Landaluce, el Museo Municipal zarpó hacia un nuevo y actual destino: el antiguo Hospital de la Caridad. Este traslado no fue un simple cambio de coordenadas, sino una metamorfosis que buscaba integrar y revitalizar el patrimonio cultural de la ciudad.
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