Muere Domingo Alcuña 'El Piri', alma del pub Pentagrama y leyenda de la noche algecireña

Domingo Alcuña Luque, más conocido como “El Piri”, ha fallecido este sábado 10 de mayo a los 80 años, dejando huérfano al mundo de la hostelería algecireña y a varias generaciones de vecinos que lo consideraban mucho más que el regente del pub Pentagrama. Era un símbolo. Un pionero. Un hombre que supo hacer de la noche un refugio, y de su trato afable, un modo de vida.

La noticia de su fallecimiento, anunciada por el alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, ha provocado una oleada de mensajes de cariño y pesar. No es para menos: “El Piri” era una de esas figuras que deberían ser eternas en las ciudades.

Nacido el 3 de diciembre de 1944 en Periana, Málaga, Domingo llegó a Algeciras con apenas 14 años, donde se afincó primero en La Bajadilla y luego en la Carretera del Cobre. Su historia es la de un trabajador incansable. Recién llegado comenzó a trabajar en la fábrica Corcho Extremeño. Más tarde, tras un breve paso por Barcelona, cruzó el Canal de la Mancha para perseguir a su amor de infancia, Antonia Zafra Rasco, una joven algecireña que había emigrado al Reino Unido. Allí vivió 12 años, se casó y formó una familia con Antonia, con la que tuvo a sus hijos Francisco y Ángeles.

Su regreso definitivo a Algeciras se produjo en 1979. No tardó en volver a la hostelería, su verdadera vocación. Tras regentar durante años un bar-cafetería y el pub Tú y Yo en El Cobre, en 1987 fundó el que sería su gran legado: el pub Pentagrama. Lo hizo en un paseo marítimo de Getares aún sin urbanizar, siendo el primer negocio en abrir sus puertas en aquella zona. Visionario, acogedor, inquieto, “El Piri” dotó al Pentagrama de una identidad propia: música en vivo, disc-jockeys, karaoke y ese aire british que trajo consigo de Inglaterra.

El Pentagrama no tardó en convertirse en un punto de encuentro imprescindible para la vida nocturna de Algeciras. Allí, Domingo lo era todo. Estaba en cada detalle, en cada copa servida con mimo, en cada saludo cálido desde las mesas del local. Aunque desde hace unos años sus hijos Francisco y Ángela asumieron la gestión, “El Piri” seguía siendo presencia viva del pub. Siempre ahí. Siempre cercano.

El pasado mes de enero, el Ayuntamiento de Algeciras le rindió un emotivo homenaje en vida, entregándole la distinción de Establecimiento con Solera. Fue una celebración íntima y merecida, en la que se reconoció su trayectoria y su aportación a la vida económica, cultural y social de la ciudad. “Agradecemos a ‘El Piri’ y a todos los establecimientos que, como él, son parte de nuestra identidad”, dijo entonces el alcalde.

La ciudad pierde a un algecireño de adopción que se sentía “tan de aquí como el que más”. Un pionero que trajo un pedazo de Inglaterra al sur andaluz, y lo mezcló con hospitalidad y duende. Su legado vive en el Pentagrama, pero también en cada noche que fue más alegre gracias a él. En Getares, desde hoy, el paseo sabe un poco más a ausencia.