Un algecireño de corazón al frente de la lucha contra la piratería, el tráfico de drogas y de armas en el Cuerno de África

Fernando García Rodríguez, comandante naval de Algeciras, se trasladará a Rota para dirigir la Operación Atalanta

"Algeciras me ha acogido de maravilla y me voy con mucha pena tras hacer grandes amigos"

Fernando García, comandante naval de Algeciras, asciende a Jefe de Estado Mayor de la Operación Atalanta en Rota

Fernando García Rodríguez, el comandante naval de Algeciras, ante la enseña nacional, la Virgen del Carmen y la placa de sus predecesores
Fernando García Rodríguez, el comandante naval de Algeciras, ante la enseña nacional, la Virgen del Carmen y la placa de sus predecesores / Claudio Palma

Fernando García Rodríguez (Cádiz, 1972) ha sido desde 2023 comandante naval de Algeciras. Ahora, tras dos años y medio en la ciudad bañada por la bahía, ha sido designado como nuevo Jefe de Estado Mayor del Cuartel General Operación Atalanta con base en la Base Naval de Rota. Esta operación militar de la Fuerza Naval de la Unión Europea (EUNAVFOR) lucha contra la piratería en el mar frente al Cuerno de África, frente a las costas de Somalia, y el océano Índico occidental.

La operación que dirigirá García Rodríguez a partir del 7 de julio coopera de forma paralela con dos misiones de la Unión Europea en Somalia, la Misión de Desarrollo de las Capacidades en Somalia (EUCAP Somalia), que se encarga de asesorar, formar y equipar a la Fuerza Federal de Policía de Somalia y la Misión de Formación para Somalia (EUTM Somalia), que proporciona asesoramiento y formación a nivel estratégico a las autoridades somalíes.

García Rodríguez conoce bien aquella zona, durante su dilatada carrera militar ha estado embarcado durante seis meses en el Estado Mayor en el Cuerno de África y también ha sido oficial de enlace de la operación en la embajada española de Etiopía, en Adís Abeba. Este hecho no le ha impedido empaparse de la historia y cultura de Algeciras, tal y como nos lo demostró al recibirnos en el edificio de la Comandancia Naval.

El comandante naval, desde la torre de la comandancia, con vistas al puerto
El comandante naval, desde la torre de la comandancia, con vistas al puerto / Claudio Palma

Su paso por Algeciras le ha dejado huella, como demuestra al hablar de las instalaciones. "Es un edificio emblemático en el paisaje de Algeciras, es de esos edificios que se hacen con espíritu de permanencia, con una cúpula que se ve desde casi cualquier punto de la ciudad", ha compartido orgulloso. La sede de la Armada de Algeciras, que comparte parte del inmueble con la Oficina Delegada de Defensa, es una construcción de mitad del siglo XX, entre 1957 y 1963, con características arquitectónicas propias de la época, que trataba de recuperar el estilo herreriano: escasa ornamentación, semicolumnas clásicas, almohadillados, arcos de medio punto, frontón triangular de la fachada y los pináculos en las esquinas superiores.

A nuestra llegada, García Rodríguez nos recibe en el patio central del edificio, que dispone de una exposición que fue visitable en unas jornadas de puertas abiertas el día de las Fuerzas Armadas. Estandartes, instrumentos náuticos, maquetas de insignes buques de la historia naval española y una placa con los comandantes designados en el puesto desde que se empezó a registrar, en 1932, con la bandera española y la Virgen del Carmen, la patrona de la Armada y los marinos.

La sociedad de Algeciras me ha acogido de maravilla. He hecho muchos amigos. Y la verdad es que me voy con mucha pena

Para el comandante, este punto, junto a la torre y cúpula son los preferidos del edificio. Desde la cúpula, alineada estratégicamente hacia el Peñón de Gibraltar. "Originalmente, el mar llegaba hasta aquí, se tenía un control de toda la bahía", explicó señalando el desarrollo del puerto.

En su despacho, otro signo de mimo y curiosidad por la tierra: una revista Almoraima del Instituto de Estudios Campogibraltareños (IECG). Sobre su estancia en este destino hace un balance muy positivo "tanto personal como profesionalmente": "En la parte personal, la verdad es que la sociedad de Algeciras me ha acogido de maravilla. He hecho muchos amigos. Y la verdad es que me voy con mucha pena, porque ha sido una etapa muy bonita en la parte personal".

Exposición del patio-recibidor de la comandancia naval
Exposición del patio-recibidor de la comandancia naval / Claudio Palma

"En la parte profesional, era un área de la Armada en la que yo no había trabajado nunca. He estado casi siempre en destinos de la Fuerza, de la Fuerza embarcada y el tratar con la comunidad marítima, civil, con todas esas agencias, instituciones, organizaciones del primer puerto de España (Algeciras) y tercero o cuarto de Europa ha sido muy enriquecedor. Y es una forma muy interesante o muy positiva de conocer cómo es todo el asunto de la industria marítima, el comercio marítimo y el tráfico marítimo en un puerto de gran relevancia. He aprendido mucho", confesó.

Su paso por este punto estratégico de la geografía internacional ha contribuido a enriquecer su trayectoria, que tiene 30 años. El capitán, de estirpe marina, desarrolló que desde Algeciras "mantenemos la vigilancia, el conocimiento de lo que sucede en el entorno marítimo, en todos los aspectos de seguridad, de defensa, por supuesto, y lo trasladamos con nuestra evaluación de lo que está pasando. Recabamos información y trasladamos las directrices que recibimos de la Armada". Previamente, también había asumido cargos de suma importancia para el nuevo puesto en Rota, "llevaba la seguridad marítima en el Océano Índico para la OTAN, en un cuartel de la organización en el Reino Unido", añadió.

La operación Atalanta ahora tiene dos tareas más: la lucha contra el tráfico de drogas y el embargo de armas

"El nuevo destino es un desafío importante porque es un cuartel general multinacional en el que el personal es de una operación de la Unión Europea. Son personal de todos los países de la Unión Europea y algún país extracomunitario, como por ejemplo Colombia o Corea del Sur, que también participan en la operación. Y el coordinar el trabajo de todas esas personas para mandar una operación que se desarrolla en el Océano Índico con buques y aeronaves también de diversos países, pues es quizás el mayor desafío", adelantó.

La operación mantiene estrechos lazos con países del entorno que colaboran, como pueden ser Seychelles, Kenia, Omán o Yibuti, donde se halla un destacamento aéreo español, además de ser uno de los puertos logísticos fundamentales para las unidades navales de la operación.

Fernando García, en su despacho de Algeciras
Fernando García, en su despacho de Algeciras / Claudio Palma

"La operación Atalanta, aparte de la piratería, que es como empezó (en 2008), ahora tiene dos tareas más, que es la lucha contra el tráfico de drogas y el embargo de armas para evitar que lleguen a terroristas yihadistas en Somalia. Digamos que se ha ampliado el foco de la operación". A esta cuestión, se añade los actuales conflictos de Israel con los grupos hutíes en Yemen, Hamás en Palestina e Irán, que comprometen la seguridad del mar Rojo y el estrecho de Ormuz. "Es una situación nueva, muy reciente, de inestabilidad y yo creo que todavía hay que esperar un poco a ver hacia dónde evoluciona antes de poder evaluar el riesgo que hay. Genera desequilibrios, eso es un hecho, y la inestabilidad, pues, normalmente acarrea riesgos, pero quizás a día de hoy y desde donde estoy todavía es un poco prematuro el poder decir hacia dónde va eso", especificó.

El operativo militar se enfrenta a fuerzas irregulares, principalmente, embarcaciones pequeñas mandadas por "señores de la guerra, por así decirlo", que mandan a sus equipos a por navíos no protegidos para ataques de este tipo. "Es una ganancia fácil para un país como Somalia, que está en una situación compleja", detalló.

Puedo decir que he cumplido mi sueño, he elegido la mejor profesión del mundo

"A nivel profesional es un desafío, es un desafío muy bonito y para el que tengo mucha ilusión y mucha vocación", ha dicho García Rodríguez. La profesión de marino la lleva en el ADN, "es una vocación desde pequeño, sí. Yo desde los ocho años quería ser marino y estar en submarinos. Puedo decir que he cumplido mi sueño, he elegido la mejor profesión del mundo", contó, con una sonrisa que le iluminaba la cara.

A los jóvenes que aspiran a seguir sus pasos les dejó un mensaje claro: "Mi mayor consejo es que no pierdan nunca ni la ilusión ni la vocación y que se entreguen, que trabajen para la gente que trabaja para ellos. O sea, que se entreguen a sus subordinados y eso yo creo que es el mejor camino para el éxito".

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