Jorge Próspero de Verboom, padre de la Algeciras moderna

Algeciras, una ciudad portuaria en el estrecho de Tarifa (siglos VIII-XIX)

Jorge Próspero de Verboom organizó el Cuerpo de Ingenieros Militares y proyectó fortificaciones estratégicas en Ceuta, Gibraltar y la bahía de Algeciras

El ingeniero flamenco diseñó la nueva Algeciras con un trazado urbano ordenado y defendido, precursor del urbanismo neoclásico español.

Verboom: aniversario de un plan urbanístico incumplido

Plano de la ciudad como se hallaba el 29 de junio de 1736.
Plano de la ciudad como se hallaba el 29 de junio de 1736. / Archivo General de Simancas. G.M. Leg. 3618.

Jorge Próspero de Verboom había nacido en Amberes (Flandes) en el año 1665, donde su padre ostentaba el cargo de Ingeniero Mayor de los Países Bajos. A la muerte de su progenitor, en 1692, estuvo ostentando dicho cargo hasta que, en el año 1709, el rey Felipe V reclamó su presencia en la Corte, en plena Guerra de Sucesión Española, y, al año siguiente, le encargó que organizara el Cuerpo de Ingenieros Militares Españoles, nombrándolo, el 13 de enero de 1710, “Ingeniero General de todos los Reales Ejércitos, Plazas y Fortificaciones”. Se considera, por tanto, el primero y el fundador del “Real Cuerpo de Ingenieros Militares de España”.

Participó en la Guerra de Sucesión formando parte de las tropas borbónicas en la batalla de Almenar, en la que fue herido y hecho prisionero por los austracistas, permaneciendo preso en Viena hasta el año 1712. Tras la firma del Tratado de Utrecht, en 1713, volvió a España y entre 1721 y 1727, como Ingeniero General de los Reales Ejércitos, Plazas y Fortificaciones, proyectó importantes obras de fortificación, entre ellas la mejora de las defensas de Ceuta y la erección de fuertes y baterías en el litoral de la bahía de Algeciras para hacer frente a la presencia inglesa en Gibraltar, así como la restauración urbana de Algeciras y su proyecto de fortificación a “la moderna”.

Su proyecto urbanístico para la nueva Algeciras

Jorge Próspero de Verboom visitó la nueva población de Algeciras en el verano del año 1721, cuando arribó al fondeadero de la Isla Verde para hacer aguada en el río de la Miel después de una visita de inspección a las fortificaciones de Ceuta. Cuando fondeó frente a las ruinas medievales de la ciudad, cuyas murallas y algunas torres se conservaban, quedó sorprendido por las cualidades poliorcéticas de aquellos monumentales vestigios -como dejó recogido en sus cartas-. Pensó que si los ingleses habían logrado tomar la ciudad de Gibraltar, era necesario erigir una nueva ciudad, al otro lado de la bahía que sirviera de contrapeso a la fortaleza gibraltareña.

En 1724 retornó a Algeciras para preocuparse por su desarrollo urbanístico, documentar el proyecto que estaba elaborando, hacer un estudio de las murallas y de sus posibilidades de refortificación “a la moderna” (con baluartes, revellines, fosos y muros en zig-zag), analizar sus condiciones portuarias y redactar un memorial para enviarlo al rey de España y que se pusieran las bases de un desarrollo ordenado de la nueva población que acabara con el desorden de calles y edificios existente hasta esa fecha. (Minuciosamente analizado y publicado por el profesor Juan Carlos Pardo).

En octubre de 1721 envió una carta al marqués de Castelar en la que, entre otras cosas, le decía: “Están las Algeciras en un sitio, no sólo de lo más a propósito para servir de antemural contra los moros africanos, sino también de los demás enemigos que Su Majestad puede tener en Europa. Y es de forma que haciendo de él (de las Algeciras) una plaza de armas, tal que con tanta facilidad se puede establecer, juntamente con uno de los mejores puertos de todo el Mediterráneo, sirviéndose de lo que la naturaleza le ha dado”.

Jorge Próspero de Verboom.
Jorge Próspero de Verboom.

En otra carta remitida al mismo marqués de Castelar en agosto de 1725 hace alusión al desorden con que se estaban levantando las casas sin seguir ninguna planificación ni diseño de calles y plazas. Dice Verboom lo siguiente: “Entendiendo lo mucho que se ha aumentado la población de las Algeciras y el ardor con que cada día va continuando la erección de edificios, y considerando yo lo importante que es que estos se coloquen y repartan con la simetría de plazas y calles que conviene a una ciudad renaciente como esta, me ha parecido inexcusable obligación presentar a Vuestra Señoría que, habiendo a mi vuelta de Ceuta, abordado a aquella ciudad y considerando con toda atención el terreno circuido por los vestigios de su recinto, encontré un desorden tan notable en la colocación de las chozas y casas ejecutadas que sin embargo de ser ya numeroso el vecindario, no se había formado siquiera una calle, por haber ocupado cada uno el terreno que le había parecido.”

Más adelante Verboom, decidido a lograr que se levantara en aquel estratégico lugar una ciudad bien diseñada, se quejaba de que, aunque hay casas de “buen porte” y “hasta una iglesia empezada” (de Nuestra Señora de la Palma), sus advertencias y peticiones remitidas a la Superioridad para que se pusiera remedio a ese desorden no habían tenido respuesta y nada se había hecho. En un plano que había mandado trazar, en enero de 1724, se muestran son gran detalle el recinto defensivo medieval arruinado y el medio centenar de casas y chozas que, hasta esa fecha, se habían erigido o estaban en construcción en la ciudad, comprobándose que, en efecto, todos los edificios se habían levantado sin seguir ningún planeamiento. La mayor parte de las edificaciones se localizaba en la parte baja de la ciudad, en torno al cuartel de caballería (luego Gobierno Militar) y algunas viviendas ubicadas en las calles Cánovas del Castillo y Alfonso XI.

Plano de Algeciras levantado por Verboom en enero de 1724 con su propuesta de urbanización de la nueva ciudad.
Plano de Algeciras levantado por Verboom en enero de 1724 con su propuesta de urbanización de la nueva ciudad. / Archivo General de Simancas. G.M. Leg. 3618.

De la misma fecha data un plano en el que se representa el proyecto de repoblación de la nueva ciudad, siguiendo una planificación de características precursoras del urbanismo neoclásico, en el que Verboom proyecta una serie de edificaciones y calles que se adaptan al marco de las antiguas murallas, exceptuando el cerro donde luego se erigió la barriada de San Isidro. El ingeniero militar diseña una ciudad hipodámica, en cuadrícula, con manzanas cuadradas o rectangulares separadas por calles anchas que se cruzan en ángulo recto y que dejan dos espacios libres: la Plaza Baja y la Plaza Alta.

El novedoso proyecto de Verboom se desarrolló posteriormente en la zona baja de la ciudad y en la meseta que hoy ocupa la Plaza Alta, la calle Radio Algeciras y las calles Regino Martínez, Alfonso XI y Coronel Ceballos, aunque no en el resto de la población. Aunque es muy probable que el referido proyecto se redactara lejos de Algeciras, pues su redactor parece ignorar la abrupta orografía de una pate de la ciudad disponiendo las calles y manzanas como si todo el solar fuera llano y no con una fuerte pendiente en la ladera que une la parte baja de lo poblado con la meseta donde se halla la Plaza Alta (calles General Castaños, Prim, Cánovas del Castillo, Colón y Rafael de Muro).

Esta característica de la orografía de Algeciras impedía la construcción de las viviendas cruzándose las calles la línea recta, pues en esos lugares las edificaciones necesariamente se tenían que adaptar a las curvas de nivel y ocupar parcelas aterrazadas. En la actualidad, solo las calles que van desde la Plaza Virgen de la Palma hasta el antiguo cauce del río y las calles Sevilla, Regino Martínez, Alfonso XI, San Antonio, Coronel Ceballos y Saenz Laguna siguen el proyecto que diseñó el ingeniero flamenco.

Plano de la resurgida Algeciras levantado por Verboom en enero de 1724 (Archivo General de Simancas, G.M. Leg. 3618).
Plano de la resurgida Algeciras levantado por Verboom en enero de 1724 (Archivo General de Simancas, G.M. Leg. 3618). / Archivo General de Simancas, G.M. Leg. 3618.

Sobre las cualidades portuarias de la nueva Algeciras

Además del diseño de la renacida Algeciras, Verboom proyectó o propuso la erección de fortificaciones en el litoral de la bahía (la Línea de Contravalación de Gibraltar, la Batería de San Antonio y los fuertes de San García y la Isla Verde). En referencia a este último escribe en el informe que elevó al rey en el año 1725: “Del islote de que he hecho mención, que hace cabeza al puerto siendo este el que se había de fortificar primero, porque defiende los frentes de las dos Algeciras y asegura todo su puerto, además de apartar de él y de las costas vecinas los navíos enemigos”.

De la inspección que llevó a cabo en el año 1724 surgió el informe que elevó al rey de España en 1726 y en el que hace relación de las excelencias portuarias de la ciudad. Entre otras cosas, dice lo que sigue: “Este puerto se halla precisamente en frente de la boca del río de la Miel, entre las dos ciudades, cubierto, como queda dicho, de todos los vientos… Y siendo solamente el sudeste el que más le había de combatir, por dirigirse de lleno a ese paraje, parece que la naturaleza se esmeró en atravesar cinco órdenes de peñas estrechas casi paralelas entre sí, con distancia de cosa de 20 toesas (39 metros) una de otra, que tirando de suroeste al nordeste como tantos otros muelles, donde rompen las olas, le defienden enteramente por elevarse estas peñas a la altura de la marea alta, además de un islote llamado de la Palomilla (Isla Verde). El plan del puerto es de un surgidero de lama y arena bien limpio… Hasta la desembocadura del río de la Miel. El fondo es considerable, pues aunque la playa es muy llana, pueden a 20 toesas de la orilla llegar los botes y lanchas, y a 40 (78 metros) hay ya más de una brasa de agua a marea alta; y entre las dos ciudades enfrente del río de la Miel, a 70 toesas (136 metros) tiene tres brasas (5 metros), correspondiendo la mayor hondura a la parte septentrional de dicha ciudad, bahía adentro, que es donde pueden mantenerse los navíos de alto bordo, y más afuera el fondo va siempre en aumento”.

Plano del proyecto de fortificación de la ciudad “a la moderna” elaborado por J.P. de Verboom (año 1724). Señalados con la letra A revellines o baluartes exteriores y con la letra B la barrera exterior en zig-zag.
Plano del proyecto de fortificación de la ciudad “a la moderna” elaborado por J.P. de Verboom (año 1724). Señalados con la letra A revellines o baluartes exteriores y con la letra B la barrera exterior en zig-zag. / Archivo General de Simancas, M.P. y D. XXII-79

Por los relevantes méritos contraídos, Felipe V le concedió el título de marqués de Verboom en el año 1727. Ascendió al rango de capitán general en 1737, cuando desempeñaba el cargo de gobernador de la Ciudadela de Barcelona, cuya refortificación le había encargado el rey. Falleció en Barcelona el 19 de enero de 1744.

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