Algeciras

Las indemnizaciones de Metalsa, en el aire aún al cabo de casi nueve años

  • Los extrabajadores ya no salen en los medios, pero continúan esperando El problema añadido es que los bienes de la empresa valen ahora menos que la deuda con la que quebró

Si se busca, incluso en internet, noticias o información sobre Metalsa, cualquiera podrá comprobar que no aparecen documentos o resultados sobre la actividad que tenía esta fábrica de litografía y fabricación de envases metálicos y compuestos. Pareciera que la tierra, o la red, se ha tragado cualquier signo de lo que hubo. Muchas noticias en realidad surgen en la búsqueda, pero todas de la reivindicación que mantuvieron sus trabajadores para poder cobrar sus indemnizaciones.

Y es que, efectivamente, puede ser normal que queden pocos rastros del funcionamiento de una empresa que cerró en marzo de 2006. Dicho de otra manera, con las cuentas hechas, hace ocho años y medio, camino de los nueve. Lo que no es normal, o más bien no debería serlo, es que los extrabajadores de Metalsa, 52, continúen esperando sus indemnizaciones. Los peores temores se han cumplido. Cerró la fábrica, quiebra de lo que fue una seña de identidad de Algeciras, y los empleados se quedaron sin nada. O casi nada.

El ERE de Metalsa contempló finiquitos de 40 días por año trabajado, alrededor de 80.000 euros por empleado. La situación de insolvencia de la empresa impidió que se hicieran efectivos. Los bienes de la compañía fueron embargados por el juzgado y salieron a subasta en julio de 2009 a un precio de salida de 4,1 millones de euros, pero quedó desierta.

Tras mucho pelear, muchas concentraciones y movilizaciones, más de cinco años después, en octubre de 2011, el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) aprobó el expediente de la empresa. Cada trabajador percibió unos 30.000 euros con la cantidad liberada por el organismo del ministerio de Trabajo.

Los exempleados sólo pueden aspirar a hacerse con los 50.000 euros restantes con lo que se pueda conseguir con la venta de los bienes de Metalsa como acreedores de la empresa en la que trabajaron. El problema es que todo ha coincidido con la crisis y los bienes valen ahora menos que la deuda con la que se fue a pique.

La explantilla de Metalsa ha desaparecido de los medios, pero ahí sigue esperando. La situación de la fábrica, en Los Pastores, testimonia el fin de lo que ya no sale ni en internet.

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