La impunidad aparca siempre en doble fila

Avenidas principales como Virgen del Carmen o de la Palma siempre se colapsan por estas imprudencias

Un vehículo en doble fila en la avenida Virgen del Carmen.
Un vehículo en doble fila en la avenida Virgen del Carmen.
M. E. Selva Algeciras

28 de febrero 2016 - 01:00

Esperar detrás de un coche, poner el intermitente para reincorporarse, invadir el carril contrario, esperar que cruce un coche, tocar el claxon. Y así a diario. Conducir en Algeciras puede ser en determinadas horas punta un auténtico caos, pero si a ello se le suma los coches que estacionan en doble fila en el carril derecho, la situación se agrava.

La circulación en la ciudad podría ser más fluida simplemente si estos conductores imprudentes no aparcasen en los carriles destinados de forma exclusiva a la circulación o si, en su defecto, las sanciones por estos casos fueran más determinantes.

Atravesar la avenida Virgen del Carmen es prácticamente imposible circulando exclusivamente por el carril derecho, ya que la probabilidad indica casi al 100% que habrá un coche aparcado con los cuatro intermitentes. Algo parecido ocurre en la avenida Virgen de la Palma, que se encuentran tanto al subir como al bajar, generando igualmente una situación de inseguridad.

Más graves aún pueden ser los colapsos que se generan en la avenida La Cañá, en la Bajadilla, o la 28 de febrero, en San García, donde solo hay un carril por cada sentido y es una práctica habitual dejar el coche en doble fila y tener que invadir el carril contrario para salvarlo, perdiendo minutos y generando situaciones de peligrosidad. Ocurre igualmente en la avenida Francia de San José Artesano o Embarcadero, del Rinconcillo. En todas las barriadas hay puntos negros, que suelen estar cerca de locales comerciales donde la gente estaciona rápidamente y realiza algún tipo de compra.

Los mayores colapsos de tráfico en la ciudad se generan por coches en doble fila, sumado a la falta de control de tráfico que sufren los conductores en los horarios de entrada y salida de los centros educativos.

El crecimiento de una ciudad es directamente proporcional al número de vehículos que registra y a veces este aumento deja en evidencia que su población crece más rápido que la propia ciudad. Y aunque se traten de adaptar las vías urbanas, el problema a veces está en los propios conductores.

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