La Guardia Civil intercepta más de 38 kilos de hachís en dos coches y detiene a tres personas a las puertas de la Navidad
Los arrestos se produjeron tras sendos operativos en Ceuta para embarcar a Algeciras, donde los agentes hallaron la droga oculta en un depósito de gasolina y en un reproductor de música
Un Mercedes cargado de hachís y el olfato de la Guardia Civil: final en prisión para un traficante rumbo a Algeciras

Algeciras/La Navidad no llegará para tres hombres que pretendían cruzar el Estrecho de Gibraltar con una carga prohibida. En la última operación antidroga desarrollada en Ceuta, la Guardia Civil ha interceptado algo más de 38 kilos de hachís destinados a desembarcar en Algeciras. Tres detenidos, dos vehículos y un aroma a resina que ni siquiera el frío nocturno del 23 de diciembre pudo disimular.
El primer hallazgo se produjo cuando el can detector de sustancias estupefacientes marcó con insistencia el depósito de gasolina de un Renault Master de matrícula nacional. En su interior, los agentes encontraron 36,7 kilos de resina de hachís. El conductor, un hombre de 44 años, marroquí pero residente en España, fue detenido en el acto.
La misma tarde, en otro operativo, un Seat León despertó sospechas. Tras el reproductor de música del vehículo, los agentes localizaron casi dos kilos de la misma sustancia. Esta vez, los arrestados fueron dos jóvenes españoles, de 21 y 27 años, cuyo nerviosismo y falta de sincronía terminaron delatándolos.
Los tres detenidos enfrentan cargos por delitos contra la salud pública, aunque solo el primero de ellos ingresará en prisión preventiva, dado el volumen de la droga transportada.
Tres filtros y mil escondites
La droga viaja desde Marruecos atravesando la frontera de Ceuta, el control de embarque y, finalmente, el puerto de Algeciras. Tres filtros, tres posibilidades de que el negocio naufrague y los involucrados terminen esposados.
Las organizaciones del narcotráfico no escatiman en ingenio: doble fondos, huecos en el salpicadero, ruedas y depósitos de gasolina se convierten en improvisados almacenes de hachís. A menudo, las redes usan a cabezas de turco: jubilados con deudas, jóvenes manipulados o autónomos asfixiados por la crisis que acceden a ser las piezas descartables del engranaje.
En lo que va de año, los controles han desmantelado numerosos intentos, aunque pocas veces con cargamentos de gran peso como el del Renault Master. "Hay mil maneras de esconder la droga y otras tantas de descubrirla", señalan los agentes de la Guardia Civil, que seguirán vigilando el Estrecho como un tercer ojo de la Navidad.
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