La Guardia Civil sigue con la búsqueda de los narcos que intentaron llevar 3.000 kilos de hachís de Ceuta a Algeciras ocultos entre animales muertos
Catorce meses después, la investigación sobre uno de los métodos más insólitos para traficar con droga continúa sin detenidos ni identificados
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Algeciras/Han pasado catorce meses desde que un contenedor frigorífico cargado con 3.000 kilos de hachís, ocultos entre restos cárnicos y animales muertos, partiera desde Ceuta con destino a Zaragoza tras hacer escala en Algeciras. Un año y dos meses en los que la Policía Judicial de la Guardia Civil no ha logrado poner nombre ni rostro a los responsables de una de las operaciones de narcotráfico más sorprendentes de los últimos tiempos.
Según publica este domingo El Faro de Ceuta, no hay detenidos, ni investigados, ni rastro del cerebro que ideó un pase que, de no haber sido interceptado, podría haber tenido éxito sin dejar huella.
El 19 de diciembre de 2023, un contenedor de residuos Sandach (aquellos subproductos de origen animal no destinados al consumo humano), procedente de distintos establecimientos de Ceuta, fue precintado y embarcado con destino a la incineradora de Zaragoza. Entre los restos de carne y los animales muertos, los traficantes escondieron la droga en bolsas ubicadas en el centro de la carga. La inspección veterinaria, que revisa la mercancía antes del embarque, no llegó hasta esa zona, permitiendo que el envío superara los controles y llegara a la Península sin ser detectado.
La UDAIFF, unidad especializada en análisis de riesgos de la Guardia Civil, revisa los vehículos que embarcan en Ceuta, pero este pase no activó ninguna alerta. Los narcos conocían bien los protocolos y sabían que el peso del contenedor se revisaba, pero no su contenido. Escogieron un momento estratégico: justo antes de las Navidades, cuando el tráfico portuario se intensifica y los controles pueden relajarse. La confianza era tal que arriesgaron tres toneladas de hachís en una sola operación.
Pero algo salió mal. La droga fue descubierta en el Puerto de Algeciras antes de que pudiera ser descargada en la Península y desviada de su ruta oficial. Desde entonces, la investigación no ha dado frutos. Athisa Medioambiente, la empresa responsable del transporte, anunció la apertura de un expediente interno y colaboración con las autoridades, pero nada más se ha sabido.
El caso sigue siendo un misterio. Catorce meses después, los responsables continúan libres.
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