MONUMENTOS Y EDIFICIOS HISTÓRICOS DE ALGECIRAS

Las fuentes públicas (siglos XVIII y XIX)

  • Capítulo 7. El desarrollo de infraestructuras para el abastecimiento de agua no impidió que los aguadores siguieran trabajando hasta bien entrado el siglo XX

La fuente del Tejarillo, luego denominada Fuente Nueva, en 1906. Véanse los seis caños, dos pilones para abrevadero del ganado y la lápida conmemorativa de la erección de la misma.

La fuente del Tejarillo, luego denominada Fuente Nueva, en 1906. Véanse los seis caños, dos pilones para abrevadero del ganado y la lápida conmemorativa de la erección de la misma.

Hasta la construcción del acueducto conocido como Los Arcos, entre 1777 y 1783, la población de Algeciras se abastecía de agua potable, por medio de aguadores, de algunas fuentes existentes en los alrededores, pero, sobre todo, de pozos excavados en los patios de sus casas que aprovechaban el abundante caudal freático que discurría por el subsuelo de la ciudad.

Sin embargo, el uso de pozos negros que contaminaban los pozos de agua dulce y el notable incremento de la población, hicieron necesario que las autoridades municipales decidieran promover la construcción del referido acueducto.

La llegada de los atanores con el agua de la sierra de Cobre a la zona occidental de la ciudad hizo posible que se pudieran habilitar varias fuentes en diversos puntos de Algeciras. Sin embargo, esta posibilidad no acabó con los aguadores que, hacia 1768, eran cinco y que distribuían el agua potable por medio de mulas.

Sin embargo, la construcción del acueducto y de varias fuentes públicas en el casco urbano no acabó con la centenaria labor desarrollada por los aguadores. Hasta bien entrado el siglo XX se tienen noticias de la existencia de personas que distribuían agua procedente de fuentes del entorno de Algeciras a domicilio en toneles de madera a lomos de mula. Aunque en 1896, siendo alcalde Manuel Navarrete, el Ayuntamiento firmó un contrato para el abastecimiento de aguas desde la Garganta de Botafuego con la compañía The Algeciras Water Works, como este servicio nunca se puso en funcionamiento el Consistorio le retiró la concesión en 1902.

Fuente de la Plaza Alta en una fotografía de 1870 tomada por G. W. Wilson. Véase la reja de hierro que la clausuraba desde 1854. Fuente de la Plaza Alta en una fotografía de 1870 tomada por G. W. Wilson. Véase la reja de hierro que la clausuraba desde 1854.

Fuente de la Plaza Alta en una fotografía de 1870 tomada por G. W. Wilson. Véase la reja de hierro que la clausuraba desde 1854.

Al año siguiente se llevó a cabo la sustitución de los atanores del acueducto por tuberías de acero, con lo que mejoró el servicio de abastecimiento de agua a una población que superaba ya las 15.000 almas, aunque que no logró solucionarlo definitivamente. Después de celebrada la Conferencia Internacional de Algeciras de 1906, el problema del abastecimiento de agua potable se agudizó. Según relata Pérez-Petinto, en 1907 “volvieron los tristes días del acarreo de agua de los pozos del campo y del río…, pero todo se reducía a esto: el barril de 16 litros de agua de los pozos de la Zorrilla, el Cajón y los Adalides, cuando no del río filtrada a través de un lienzo, llegó a costar una peseta.”

El proyecto de traída de agua a Algeciras por medio de un acueducto en 1777 se completaba con la construcción de varias fuentes públicas en el casco urbano, una de ellas en la Plaza Alta y otra en la Plaza Baja. Pero como las obras que debían conducir el preciado líquido hasta estas dos plazas eran muy complejas, pues la conducción debía salvar el cerro del Calvario mediante la excavación de una profunda mina y discurrir, luego, por la actual Avenida Blas Infante, la calle Ancha y la calle General Primo de Rivera hasta llegar a la plaza; entretanto, en 1784, se habilitó una fuente, que se llamó del Tejarillo (luego Fuente Nueva) en el lugar donde se había instalado el aljibe de almacenamiento de agua del acueducto, en el arranque de la actual calle San Francisco. El agua sobrante de esta fuente era conducida hasta la calle Matadero ―según manifiesta Emilio Santacana― donde se construyó un abrevadero, aunque en el año 1815 fue suprimido para trasladarlo al Secano donde aún se conservaba, ya sin uso, en tiempos del alcalde de la Conferencia.

La fuente del Mercado o de la Plaza Baja en una fotografía de principios del siglo XX. La fuente del Mercado o de la Plaza Baja en una fotografía de principios del siglo XX.

La fuente del Mercado o de la Plaza Baja en una fotografía de principios del siglo XX.

Como se puede apreciar en una de las fotografías adjuntas, contaba con varios caños y dos pilones para que pudieran abrevar las bestias. Con el paso de los años, el mejoramiento del sistema de abastecimiento de agua a la ciudad y el abandono del acueducto, esta fuente dejó de ser utilizada desapareciendo de la trama urbana. En el año 1807, cuando se urbanizó la Plaza Alta, se construyó una fuente en el lado oriental de la misma, frente a donde hoy se halla el Edificio Plaza, con el fin de que se pudieran surtir de ella los vecinos quedando la del obelisco sólo con una finalidad ornamental. Esta fuente estuvo en funcionamiento hasta el año 1854 cuando se construyó otra con abrevadero en el callejón del Muro y se cerró la de la Plaza Alta con una reja de hierro (véase la fotografía de George Washington Wilson de hacia 1870 que se adjunta). La fuente del Murillo se hallaba siempre muy concurrida, tanto por la presencia de vecinos de la zona que venían a llenar sus cántaros en ella, como porque de su caño se surtían los aguadores que distribuían el agua por la ciudad. En 1894, cuando se adoquinaron las calles que rodeaban la Plaza Alta, se procedió a demoler la fuente que había en su lado oriental entendiendo que, con la existente en el callejón del Muro se atendía suficientemente a los ciudadanos.

La fuente del obelisco, que tenía cuatro caños que surgían de bocas de leones, luego sustituido por la columna que se colocó entre 1827 y 1830, estuvo abierta al público y sin protección hasta 1813. En ese año, como la gente arrojaba inmundicias en ella ―en palabras de Santacana― se cerró con una verja de hierro circular que es la que aparece en las fotografías de principios del siglo XX. En 1893 se suprimió el flujo de agua de la fuente central de la plaza por motivos de higiene.

A lo largo del siglo XIX, según iba aumentando la población de Algeciras y surgían nuevos barrios, éstos fueron dotados de fuentes públicas que servían para que los vecinos pudieran acceder al agua potable sin tener que recurrir a los aguadores que recorrían con sus mulas las calles y plazas de la ciudad. Además de la fuente pública y la ornamental de la Plaza Alta, consta que desde finales del siglo XVIII estaba en funcionamiento otra fuente en la Plaza Baja para atender las necesidades de la parte sur de la ciudad. Esta fuente a principios del siglo XX era de hierro, contaba con un solo caño y estructura cuadrangular de mampostería en la base para recoger el agua sobrante, como se puede apreciar en las fotografías conservadas. En torno a 1890 su tubería se prolongó hasta la Marina y el arranque del muelle Comercial, donde se instaló otra fuente para abastecer a los vecinos y, sobre todo, para atender las necesidades de agua del Puerto que tomaba en ella las cantidades con que abastecía a los barcos que solicitaban aguada mediante una manguera y, desde 1910, por medio de una barcaza-aljibe adquirida para tal fin.

Existieron otras fuentes distribuidas en la trama urbana de Algeciras, como la del puente de la Conferencia, la de los Barreros y la del Cuervo. Esta última se hallaba situada en el paseo del Calvario. En sesión del Ayuntamiento celebrada el 28 de agosto de 1914, el concejal señor López Mañeto denunciaba el que para regar el paseo del Calvario se cortaba el agua de esta fuente ocasionando perjuicio al vecindario que durante las horas de riego no podía coger agua.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios