La asociación Gaia de Algeciras ha conseguido en varias jornadas en Larache un aspecto tan sencillo como que varias mujeres marroquíes encuentren su propio espacio. Dicen que han hallado su autoestima y que han despertado su conciencia de mujer.

Era uno de los objetivos que se propuso este colectivo algecireño cuando hace varios días emprendió el viaje con rumbo a Marruecos. Fueron siete voluntarios los que volvieron a trabajar con la Asociación de Madres Cherif Idrissi. En la sede de esta asociación se impartieron clases de yoga, biodanza, masaje y psicoterapia. Para poder llevarlas a cabo se alquiló un equipo de música y las dependencias se habilitaron con alfombras por el suelo.

Sirvió para que las veinte mujeres que participaron se encontraran un poco más a sí mismas. De ellas algunas pertenecían a la asociación de madres, otras no. Al final algunas de ellas adquirieron el compromiso de echar una mano a este grupo en sus necesidades. Algunas tan cotidianas como una rotura de gafas.

La presidenta de Gaia, Curra Berrocal, explicó que el trabajo que han realizado ha buscado abrir las mentes de las alumnas. "Tiene como objetivo descubrir que son posibles otras realidades. Todo depende del ángulo desde donde se mire. Las técnicas ayudan al cuerpo, la mente y el espíritu. Da igual la cultura y la religion las necesidades del ser humano son las mismas y para eso no existen fronteras. El trabajo va encaminado al autoconocimiento y el desarrollo de la autoestima, ya que la mujer necesita herramientas para su desarrollo".

El resultado ha sido satisfactorio para ambas partes. Hasta tal punto ha llegado el entusiasmo de la asociación de madres que ha solicitado a los voluntarios que regresen antes de verano. Sí es seguro que volverán durante los meses veraniegos para permanecer allí diez días. Impartirán unas nuevas jornadas dedicadas tanto a las mujeres como a los niños.

Antes de estos talleres, Gaia se desplazó para introducir a las mujeres en las modalidades. Aquello fue un viaje de divulgación, mientras que el último ha servido para profundizar conocimientos. Del primero las voluntarias ya llegaron con buen sabor de boca, entre otros aspectos, por los logros personales y sociales que se trajeron. Hablaron por ejemplo de que reunieron a diferentes capas sociales en torno a actividades como el yoga o la biodanza.