El día en el que Algeciras empezó a renacer: 1 de octubre de 1721

Observatorio de La Trocha

La ciudad celebra el 6 de septiembre su día al reconocerse en dicha fecha la independencia de su Ayuntamiento del de San Roque, pero ya existía una población que se había formado trabajosamente desde la primera visita de Verboom, y su posterior e intensa gestión para resucitar a la ciudad

El desorden urbanístico de Algeciras (y II)

El trazado de las calles de Algeciras, planificado por Verboom y solo cumplido en parte.
El trazado de las calles de Algeciras, planificado por Verboom y solo cumplido en parte. / E.S.

El 1 de octubre se cumplieron 304 años de la llegada a las ruinas de Algeciras del Ingeniero General de la corona, Jorge Próspero de Verboom. El notable personaje, entusiasmado por las posibilidades de reconstruir la ciudad, inició inmediatamente todas las gestiones necesarias para ello, siendo creador de la Algeciras moderna. El resurgimiento fue en apenas tres años y poco más tarde, en 1726, la nueva población ya reclamó su antiguo término municipal, iniciando las reivindicaciones culminadas en 1755 con la plena independencia municipal.

Por lo tanto, Algeciras debe eterna gratitud al máximo artífice de su resurrección, Jorge Próspero de Verboom.

El Ingeniero General Jorge Próspero de Verboom.
El Ingeniero General Jorge Próspero de Verboom. / E.S.

Pero recordemos un poco: tras su conquista en 1344, gracias a una cruzada internacional y bajo la inteligente y decidida dirección de Alfonso XI, tras el famoso asedio de 1342-1344, la ciudad fue cristiana durante 25 años, siendo recuperada por el mundo islámico en 1369, a consecuencia de estar su guarnición ausente a causa de la guerra civil castellana. Apercibido fácilmente de esto el sultán de Marruecos, que controlaba Ceuta y Gibraltar, avisó al sultán de Granada, sugiriéndole la recuperación de Algeciras, ya que a él no le era posible al estar atendiendo a una rebelión en su reino. El de Granada, Muhammad V, se excusó alegando su debilidad militar, pero el marroquí lo convenció tras ofrecerle ayuda económica, eso sí, reservándose la gloria de la reconquista, cosa que luego no reconoció el granadino, adjudicándose todo el mérito de la fácil “conquista”.

El rey de Ganada llegó hasta la desguarnecida Algeciras y ante la desproporción de fuerzas, su alcaide, Alfonso Fernández Portocarrero, se vio forzado a capitular y según lo acostumbrado en la época, la población pudo salir sana y salva, con aquello que pudiera transportar. Con ello se evitó un combate que a nadie convenía, pues pese a la exigua guarnición, dadas las entonces formidables defensas de Algeciras, indudablemente el asalto hubiera supuesto un número indeterminado de bajas al ejército nazarí, que no estaba para muchos esfuerzos.

La repoblación granadina fracasó y cuando el sultán pudo ocupar Gibraltar, cedido por los Mariníes de África en 1374, la prefirió por su fácil defensa antes que la extensa Algeciras, practicamente despoblada y con casi cinco kilómetros de recinto amurallado que defender. El sultán, para que la ciudad no fuera ocupada por sus rivales, ya fueran cristianos o africanos, destruyó Algeciras inutilizando sus murallas y cegando el puerto interior y así condenar a la que había sido orgullosa urbe, a la más absoluta ruina y desolación. Esto fue exactamente en 1375, y esta fecha no se debe a ninguna deducción, sino simplemente a figurar en una fuente que consultamos por casualidad, (Gómez de Avellaneda, Almoraima 48, 2018) la continuación de la Crónica del arzobispo Jiménez de Rada: "1375. En este año derribaron los moros Algezira por suelo según esta oy dia". Escrito al margen de esta frase: Algeciras fue todo asolada.

Algeciras en las primeras décadas del siglo XVIII.
Algeciras en las primeras décadas del siglo XVIII. / E.S.

Esta tragedia causó desolación en la cristiandad, no olvidemos que Algeciras era la “Cruz del Mundo” al ser la llave de dos mares y dos continentes, tal como la denominó un cronista castellano del siglo XIV en una fuente casi olvidada y puesta de actualidad (Rafael Sabio González, “Loor de Algeciras” Caetaria, 6-7, 2009). Rafael Sabio había resuelto años antes el secular error de considerar a la actual villa vieja como la más antigua (Sabio, “Villa Vieja, Villa Nueva…”, Almoraima 29, 2003). Por el contrario, según demostró en base a las fuentes y a noticias arqueológicas y fue confirmado más tarde por las revisiones de dos grandes investigadores, Rafael Pérez-Camino Álvarez y José María Tomassetti Guerra (“Allende el río…” Almoraima, 33, 2006), en la Edad Media el núcleo más antiguo fue un enclave portuario surgido en el estuario, en época bizantina, paralelo o independiente de la antigua Julia Traducta, situada en la actual Villa Vieja. Esta población se llamaba Mesopotamenoi o Mesopotaminoi, según los estudios de José Soto Chica y la arqueóloga algecireña Ana Maria Berenjeno, en un trabajo poco o nada divulgado en Algeciras. Sobre este apasionante tema, que además puede proporcionar la solución a otro enigma histórico, prometemos informar a la mayor brevedad.

Ingeniero del siglo XVIII utilizando una alidada de pínulas sobre plancheta provista de trípode.
Ingeniero del siglo XVIII utilizando una alidada de pínulas sobre plancheta provista de trípode. / E.S.

La Algeciras arrasada en 1375 atravesó más de tres siglos reducida a una economía rural, destacando la ganadería y los regadíos del río de la Miel estando su solar solo habitado por algunos cortijos fortificados, a raíz de la conquista de Gibraltar en 1462. La comarca resultó conmocionada por la conquista austracista de Gibraltar en 1704, y la mayoría de sus habitantes se estableció en la colina del actual San Roque y en la “Alcaria de Los Barrios”, mientras que en las ruinas de Algeciras, al contrario de lo que se ha creído solo vinieron algunos grupos de pocos individuos, muy pobres, que se acogieron a la protección de los escasos cortijos existentes, sin que significaran un incremento poblacional, que fue muy lento y poco significativo a lo largo de esas primeras décadas del siglo XVIII, pese a algunos fallidos proyectos de repoblación y la preocupación pastoral del Obispo Lorenzo Armengual de la Mota, por aquel grupo de cristianos abandonados.

Pero todo cambió el 1 de octubre de 1721, pues en las galeras del Rey y tras cinco días reconociendo Ceuta, arriba a las ruinas de Algeciras, el Ingeniero General de la Corona, Jorge Próspero de Verboom. Uno de sus objetivos era buscar un buen fondeadero con posibilidad de aguada para suministrar a Ceuta todo lo necesario, ya que además la plaza sufría un prolongado asedio por parte del Sultán de Marruecos y era difícil de abastecer desde la pérdida de Gibraltar diecisiete años antes.

Posiblemente Verboom había recibido instrucciones reservadas del propio ministro Patiño, a fin de evaluar técnicamente las posibilidades de reedificación de la antigua ciudad, en relación con el proyecto promovido por Bartolomé Porro desde 1720, en principio con apoyo de la corona por medio de una Real Cédula, para fundar una nueva provincia en el extremo sur peninsular, con dos nuevas poblaciones, en las ruinas de Algeciras y en las de Bolonia. A lo largo de toda la extensa documentación generada por Verboom sobre Algeciras, no aparece la menor referencia sobre el mencionado proyecto, que incluso fue iniciado con gran rechazo de Tarifa y San Roque, pero que se disolvió con la caída en desgracia y fallecimiento de su promotor.

Salvador Amaya trabajando en la escultura del Marqués de Verboom.
Salvador Amaya trabajando en la escultura del Marqués de Verboom. / E.S.

Independientemente de las controvertidas ideas de Porro, el ingeniero Verboom quedó maravillado de las posibilidades que presentaban Algeciras y su fondeadero, convirtiéndose durante años en el mayor valedor de la reconstrucción de la ciudad, que se debe a él en mayor medida que a nadie, y por lo que le debemos nuestro respeto y agradecimiento. Quien mejor ha estudiado a Verboom es el historiador algecireño Juan Carlos Pardo González, en su libro La fortaleza inexistente, (1995, IECG), donde publica prácticamente toda la documentación tanto escrita como gráfica generada por el interés de Verboom sobre Algeciras.

Precisamente y organizado por la Universidad de Cádiz y el Ayuntamiento de Algeciras, se celebrará, a partir del 13 de noviembre, el seminario “Verboom: 300 años del plan de urbanización y fortificación de Algeciras”, dentro de los XXVIII Cursos de Otoño de la UCA, al cual concurrirán los mejores especialistas sobre el tema. El evento, bajo la coordinación de Juan Carlos Pardo y Rosabel O’Neil Pecino, tendrá lugar los días 13 y 14 de noviembre en el Museo Municipal de Algeciras. Más adelante se informará en detalle sobre este acontecimiento cultural a cuya asistencia invitamos a todos los interesados.

Se considera como día de Algeciras el 6 de septiembre, fecha en la cual fue reconocido oficialmente el Ayuntamiento de Algeciras como independiente del de San Roque, esto es exacto desde un punto de vista institucional, como punto de partida del Ayuntamiento, pero ya existía una población que se había formado trabajosamente desde la primera visita de Verboom, y su posterior e intensa gestión para resucitar a la ciudad.

Por ello no debemos olvidar aquellos esfuerzos y recordar el 1 de octubre de 1721 como verdadera fecha inicial del renacimiento poblacional y urbanístico de la Algeciras moderna, sin entrar en colisión con el 6 de septiembre de 1756, cuando se consiguió la independencia municipal, tras los esfuerzos de dos décadas.

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