Con un criadero de gatos en casa

El amor por los animales se puede demostrar de muchas formas: apuntándose a una asociación, protestando en manifestaciones callejeras o, incluso, marchando desnudo por las avenidas de las ciudades para reprochar a las autoridades la permisividad por el uso de pieles para la confección de ropa. Pero siempre hay alguien que va un poco más allá y que, sin publicidad, apuesta por defender sus convicciones sin ni siquiera cruzar el umbral de la puerta de su casa.

Es el caso de Carmen Romero, una vecina de Algeciras que desde hace un lustro habilitó en su propio hogar un criadero para gatos -en concreto, de la especie Bosques de Noruega-, al que denominó Baelo Claudia. "En 2005 adopté al primero y actualmente ya conviven con nosotras doce felinos", explica Carmen, que junto a su hija Lucía se encarga del cuidado de los animales. Y lo que es aún más importante, de gestionar los procedimientos de adopción de los integrantes de las nuevas camadas. "Llevamos un control exhaustivo de quién quiere acoger a un gato y el porqué. De hecho, yo me encargo de conocerlo personalmente y cuando se los llevan seguimos en contacto con sus nuevos dueños", subraya Carmen.

Y es que cada año los gatos del criadero suelen tener dos camadas -de entre cuatro y siete felinos cada una aproximadamente-, que se suman a los integrantes de esta gran familia. Por lo que estas personas llegan a convivir con más de una quincena de felinos. "O más, incluso. Por que este año, por ejemplo, se nos juntaron dos camadas y llegamos a tener en casa a 22 animales a la vez", indica Carmen. Además, Lucía es la encargada de ponerle los nombres a los gatitos recién nacidos, que responderán toda su vida a una temática concreta. De hecho, los apelativos de los personajes de las series de televisión Pokémon, Hannah Montana o Las chicas de Gilmore fueron los elegidos para denominar a los felinos.

Porque una de las grandes beneficiadas de esta iniciativa es Lucia, que puede disfrutar de una experiencia tan gratificante como la convivencia directa con animales. "Mi hija ha aprendido lo que es la responsabilidad y la implicación", explica Romero, que también añade que a veces se hace muy duro separarse de los gatitos, pero que desde el primer momento se conciencian de que los están cuidando para sus nuevos dueños.

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