Algeciras pierde otro contenedor de basura: amaneció arrancado junto al monumento a la Madre
Entre precintos, malos olores y un cono naranja como epitafio, la calle Radio Algeciras se ha convertido en un pequeño cementerio de contenedores soterrados
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La madrugada del viernes al sábado, en la calle Radio Algeciras, a la altura del monumento a la Madre, ocurrió lo que nadie esperaba y muchos temían: uno de los contenedores soterrados amaneció arrancado y arrojado sobre la acera, como un soldado caído y oxidado en una guerra contra la basura que nadie libra pero todos pierden.
El difunto era de metal, de esos que prometen reducir malos olores y bacterias. Una promesa incumplida: en esa esquina hay ocho contenedores, pero sólo tres siguen en activo (un 37,5%). El resto permanecen precintados desde casi un año, tras un misterioso fallo mecánico que el Ayuntamiento resolvió con la solución más económica de la historia de la ingeniería: ponerles una cinta, como quien tapa una herida y se olvida del paciente.
Los tres supervivientes apenas dan abasto. En ocasiones rebosan residuos; en otras, la gente —que también tiene lo suyo— prefiere dejarlos fuera, inaugurando el cubismo orgánico a pie de acera. El recién caído, mientras tanto, ha recibido un homenaje discreto: un cono naranja colocado por Algesa junto a sus restos, como si fuera una cruz improvisada sobre una tumba sin nombre.
Las causas del deceso siguen siendo un misterio. Hay quien habla de un coche que perdió el control; otros, de un acto de vandalismo nocturno. Quizás el contenedor, cansado de esperar su turno en la cadena municipal de mantenimiento, decidió fugarse por sus propios medios.
Lo cierto es que la situación no es nueva. Vecinos y comerciantes de la zona llevan meses denunciando la suciedad y el abandono. Un propietario de un negocio en la cercana calle Bailén lo expresó con claridad en este periódico: “Los contenedores llevan meses precintados. Mientras tanto, en la calle Convento, al lado del antiguo hotel Alarde, se limpian a diario. ¿Por qué aquí no?”.
El misterio continúa: ¿volverán a funcionar algún día los soterrados de la calle Radio Algeciras? ¿O seguiremos sumando bajas en este cementerio urbano de contenedores? Por ahora, la única certeza es que el monumento a la Madre convive con un hijo pródigo de la desidia municipal: un contenedor arrancado y un cono que lo vela.
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