Al sur del Sur

Algeciras, una ciudad no tan segura

  • Qué bueno sería que hablásemos del principio de autoridad no solo en términos de seguridad ciudadana, sino también del principio de autoridad de la cultura, de la educación y de la convivencia como valores supremos de la sociedad

La calle Antonio Machado, en El Saladillo, escenario del segundo asesinato de la semana en Algeciras.

La calle Antonio Machado, en El Saladillo, escenario del segundo asesinato de la semana en Algeciras. / Jorge del Águila

En las últimas elecciones municipales –mayo de 2019– el 50,92% de las personas inscritas en el censo electoral de Algeciras no acudieron a votar. Tan alta abstención se puede llamar falta de interés en las propuestas de los partidos, rechazo a todo lo que suene a política o cero credibilidad en el sistema, hay para elegir, pero el fenómeno es sangrante, especialmente en las zonas más empobrecidas de la ciudad. La baja participación fue sencillamente escandalosa en la mayor parte de las mesas electorales situadas en el IES García Lorca (66,11%); CEIP Campo de Gibraltar (66,92%); Colegio Huerta de la Cruz (63%); CEIP Andalucía (69,71%), CEIP Virgen del Pilar (64,89%) o CEIP Tartessos (62,84).

A poco que preguntemos a los vecinos de todas esas barriadas o prestemos atención a lo que expresan a través de las redes sociales, veremos cómo ha calado un sentimiento de abandono más que justificado, aunque sus calles sean tan algecireñas como las del centro, San García o Los Pinos.

Los tiroteos que desde el pasado mes de agosto se han sucedido en diferentes puntos de la ciudad y aledaños (como ocurrió el martes en Palmones), culminados con las dos muertes violentas habidas esta semana, han generado una alarma más que justificada a la que las autoridades deben dar respuesta de forma inmediata, sin paños calientes. ¿A alguien le habría extrañado que el pasado martes, en la celebración de los Santos Ángeles Custodios en la Plaza Alta, se hubiese hecho mención al asesinato el día anterior de un joven de 19 años en La Piñera? Se equivocó José Ignacio Landaluce, de todas todas, al enarbolar una vez más y en ese preciso momento el mantra de que Algeciras registra “los índices de seguridad más altos de España y Europa”. Cualquiera que se maneje por estos pagos sabe que si en la ciudad y en el resto de la comarca se registran menos delitos comunes –hurtos, robos, etc...– que en otras zonas es porque a quienes optan por vivir al margen de la ley les basta con trapichear con tabaco o con colocarse como punto con un teléfono móvil en la mano, sin que esas actividades se vean reflejadas la mayor parte de las veces en la estadística de criminalidad.

En el mismo acto chirrió la ausencia en los discursos de toda referencia al luctuoso suceso y, sobre todo, se echó en falta el necesario y obligado pésame. El tan traído y llevado principio de autoridad hay que defenderlo y demostrarlo cada día porque el narcotráfico aprovecha cualquier fisura para abrirse paso.

Hizo falta que el jueves por la noche hubiese un segundo asesinato, con varios tiros a quemarropa contra José, un joven trabajador del puerto de 26 años en El Saladillo, para que el alcalde y el resto de autoridades tomasen nota de que no estamos ante hechos aislados. Esta vez sí hubo pésames. El regidor, a iniciativa suya y del PSOE, ha acertado al convocar para mañana, lunes, a la Junta Local de Seguridad para analizar la situación y tratar de poner soluciones. Es evidente la necesidad de aumentar la presencia policial en las calles de Algeciras como método de disuasión y persecución del delito, aunque esa medida no basta por sí sola.

Desde confesiones religiosas distintas, pero con el conocimiento común que da el trabajo hecho a pie de calle, el cura Pedro Gómez Mancilla y Dris Mohamed Amar, presidente de la Asociación Intercultural Saladillo, coinciden en gran medida en el diagnóstico y en el tratamiento: únicamente con seguridad, sin medidas de carácter social en un amplio abanico de materias, será imposible mitigar el narcotráfico y los miles de problemas que acarrea. ¿Dónde quedó la Mesa de Algeciras Sur? ¿Qué fue de los siete foros de trabajo creados por el Ayuntamiento de Algeciras y la Junta de Andalucía con el fin de combatir la exclusión?

Solo trabajando desde diversos frentes se podrá revertir la situación. Qué bueno sería que hablásemos del principio de autoridad no solo en términos de seguridad ciudadana, sino también del principio de autoridad de la cultura, de la educación y de la convivencia como valores supremos de la sociedad. Quizá así lográsemos que en los próximos comicios municipales no se quedasen en casa los miles de algecireños descreídos que se abstuvieron hace tres años y medio. Salvo que la intención final sea justamente esa, que continúen al margen, sin opinar y sin votar.

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