Hasta la cima de la Silla del Papa

El recorrido permite contemplar extraordinarias vistas de Bolonia, Los Lances, Facinas, Barbate o Zahara l rapaces La zona próxima de la Laja de las Algas se abre a la observación de rapaces como buitres leonados o halcones peregrinos

Desde lo alto de la Silla del Papa se contempla Zahara de los Atunes y al fondo el acantilado de Barbate.
Desde lo alto de la Silla del Papa se contempla Zahara de los Atunes y al fondo el acantilado de Barbate.
Carmen González / Algeciras

11 de diciembre 2011 - 01:00

El esfuerzo que hay que hacer para ganar la cima merece la pena por las espectaculares vistas que desde la Silla del Papa se pueden disfrutar, en pleno Parque del Estrecho. A medida en que se va ascendiendo por la pista a la que se accede desde Bolonia, en concreto pasados los restos arqueológicos de Baelo Claudia, el horizonte se hace cada vez más impresionante, y más en un día de Poniente. En un primer plano se alza imponente San Bartolo. Más allá se divisa la playa de Los Lances, e incluso la Isla de Tarifa y al fondo el Jebel Muza.

La ruta puede comenzar perfectamente junto a unas pequeñas viviendas, ya a 205 metros sobre el nivel del mar. La senda, en la mayor parte del recorrido hormigonada pero en mal estado, va ascendiendo en algunos tramos con un gran desnivel, bastante duro para los ciclistas. Algunos pasan al senderista con cara de sufrimiento y hay quien al final decide bajar de la bicicleta.

Pero una vez arriba, en la zona más alta de la Sierra de la Plata, coronada por distintas antenas de telefonía, la vista se pierde en la lejanía pudiendo recorrer con nuestra vista un ángulo de 360 grados sin tener ningún obstáculo delante. Marruecos, Bartolo, Bolonia, Zahara de los Atunes, acantilados de Barbate, Vejer, Benalup, Facinas, son solo unos ejemplos. Pero además del paisaje, la zona es interesante pues allí se localiza un yacimiento arqueológico prerromano, junto a las torres de comunicaciones.

Estamos ya a unos 450 metros de altura y en lo más alto se eleva el punto geodésico que corona la Sierra de la Plata. Desde el año 1975 estos vértices están protegidos por la Ley sobre Señales Geodésicas y Geofísicas. En esta zona trabajó un equipo interdisciplinar de científicos de distintas instituciones para estudiar la evolución histórica de dicho enclave.

Muy cerca de la zona se encuentra la Cueva del Moro, un enclave que hace años era de acceso libre y en el que el arte rupestre allí localizado apenas tenía protección. Fue gracias al espeleólogo alemán, tarifeño de adopción Lothar Bergman, que se procedió a la protección de dicho enclave.

Tras retroceder por el mismo camino tomado para llegar a la Silla del Papa y como complemento a lo ya visto, se puede continuar el camino hasta llegar a la Laja de las Algas, o como se conoce más popularmente la Laja de la Zarga. Un maravilloso entorno que permite observar la población ornitólogica que allí se concentra.

Se trata de una roca arenisca en cuyas paredes se alojan colonias de una de las rapaces más grandes de la Península Ibérica, el buitre leonado.

Según explica un cartel próximo a un observatorio de aves allí instalado, a veces se han podido contabilizar a más de sesenta parejas reproductoras. Desde este observatorio se observa el majestuoso vuelo de estas aves, de una envergadura de más de 2,5 metros.

El buitre leonado comparte aquí espacio con otras rapaces como cernícalos, halcón peregrino o el águila perdicera. En las oquedades más bajas de la laja pueden observarse rapaces nocturnas como lechuzas o mochuelos.

A medidas que ascendemos, más allá del observatorio encontramos restos de lo que fue un antiguo poblado habitado por trabajadores del campo antes o durante la Segunda República, prácticamente desaparecido. Tan solo quedan algunas piedras que nos ayudan a imaginar el contorno de las construcciones.

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