Cada calle algecireña, su significado

¿Quién es Pablo Díaz?. Muchos pueden ser los jóvenes que transitan por las calles de la ciudad de Algeciras sin saber quién es la persona cuyo nombre denomina a la calle por la que pasan. Algunos conocidos como Séneca no necesitan presentación, pero son muchas las calles que conservan el recuerdo de determinados personajes que han sido de influencia para los propios vecinos o la práctica totalidad de la población.

En la zona de Aguamarina hay una calle llamada Pablo Díaz. El historiador Antonio Torremocha en su obra Calles y Plazas de Algeciras aporta la información que recuerda quién fue este hombre. En el libro ampliamente documentado recuerda que fue un maestro albañil que dirigió las obras del acueducto conocido como Los Arcos entre 1777 y 1783 en colaboración con el maestro Antonio Ruiz Florindo, desarrollando el proyecto elaborado por el arquitecto Pablo Casaus, el mismo que proyectó la torre de la iglesia parroquial Nuestra Señora de la Palma.

Otros casos curiosos se dan con otras denominaciones, como la avenida La Cañá. Ésta es la vía de comunicación urbana que sirve de eje a la barriada de La Bajadilla. Hasta el establecimiento del régimen democrático se conocía como Avenida 18 de julio, pero una vez instaurada la democracia se rebautizó con el antiguo nombre de Avenida de la Cañá, una forma coloquial de decir cañada.

Según explica Torremocha en sus investigaciones realizadas en torno a esta avenida, el nombre se relaciona con la función que esta vía tuvo en el pasado como cañada real que atravesaba los extrarradios de Algeciras para conducir por ella el ganado en dirección al matadero de la ciudad. Las mandas de reses entraban en la ciudad por el llamado Hotel Garrido, siguiendo por la Avenida La Cañá, luego por la Perlita, calle Navarra y calle Andalucía hasta desembocar en la actual calle Gesto por la Paz y el matadero.

Muy cerca de la avenida está la Agustín Bálsamo, su denominación se puso en memoria del filántropo de origen italiano Agustín Bálsamo Cabrera, que fue un gran benefactor de Algeciras al donar el producto vitalicio de sus bienes raíces a los necesitados de la ciudad, según testamento fechado el 6 de abril de 1865. Este vial a principios del siglo XX se llamó Camino de la Estación, porque era una calle estrecha y sin adoquinar.

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