En busca del antiguo caserío

El mayor atractivo del sendero San Carlos del Tiradero es la ribera del bello arroyo en el que finaliza l senderos Parte por una vereda de la antigua carretera Facinas-Los Barrios, a 12 kilómetros del cruce de la pista forestal con la A-381

Imagen de uno de los enclaves que recorre el trazado.
Imagen de uno de los enclaves que recorre el trazado.
E. C. / Algeciras

12 de abril 2012 - 01:00

El Arroyo de San Carlos del Tiradero es un sendero circular cuya longitud alcanza los 2,6 kilómetros. Su dificultad es baja por lo que resulta apropiado para los niños y el tiempo estimado para recorrerlo es de una hora. El atractivo mayor de este sendero es el paseo por un frondoso bosque de quejigos en un espacio natural en el que domina el alcornoque y, por otro lado, la ribera del bello arroyo en el que finaliza. La abundancia de agua, las temperaturas suaves, el sol moderado y el tipo de suelo han hecho posible este quejigal cuya visión contrasta con el bosque en galería de alisos que flanquean su curso.

El recorrido arranca en las inmediaciones de las ruinas del caserío de San Carlos del Tiradero o Tejas Verdes. El sendero discurre por un pinar y luego entre acebuches. Finalmente se adentra en un bosque de galería por el que discurre el arroyo, que cuenta con agua todo el año.

El carril está compactado y la sombra es más que frecuente. Es necesario llegar a la antigua carretera CA-7200 (Facinas-Los Barrios, hoy considerada pista forestal) a unos 8 kilómetros de la A-381 (Jerez-Los Barrios, salida 77) donde parte a la izquierda un carril en el que encontrará el antiguo caserío San Carlos del Tiradero, punto de inicio de este maravilloso escenario en el parque natural de Los Alcornocales.

La Consejería de Medio Ambiente de la Junta detalla que además de fresnos, avellanillos, durillos o laureles, el árbol más representativo de estas gargantas es el aliso, cuyas raíces aguantan las fuertes torrenteras. El aliso puede llegar a tener una altura de quince metros. Su fruto en forma de pequeñas piñas era utilizado como reclamo para la caza de conejos y la fabricación de tinte negro. Las alisedas proporcionan sombra a una rica y variada vegetación entre la que destaca el helecho real. El camino discurre paralelo al lecho del río en cuya orilla conviene detenerse a sentir el viento fresco, frecuente en esta garganta, y el sonido continuo de los saltos de agua. El acebuche, símbolo de la eternidad debido a su longevidad, es el árbol representativo del bujeo. El antiguo bosque de acebuches fue poco a poco transformado en zona de cultivo y de pastos, por lo que no es de extrañar ver ganado vacuno de raza retinta en sus inmediaciones.

El sendero además coincide en parte con el sendero GR-7, que une Tarifa con Andorra y continúa hasta el Peloponeso griego.

Envía tus convocatorias a viviraqui@europasur.com

stats