Breve historia del Puerto de Algeciras (siglos X al XX)

Historia del Puerto de Algeciras (1906-1980)

El último capítulo de esta serie repasa la evolución del puerto de Algeciras desde su origen en el siglo X como base naval de Abderramán III, su auge y destrucción en la Edad Media, siglos de estancamiento por causas políticas y de aislamiento, y su progresivo desarrollo entre 1907 y 1980 hasta convertirse en un puerto estratégico de ámbito internacional

Compañías de navegación entre los años 1965 y 1980

Fotografía aérea del puerto tomada en el año 1964.
Fotografía aérea del puerto tomada en el año 1964. / Archivo de la APBA

Este es el último capítulo de la serie Historia del Puerto de Algeciras (1905-1980) que ha venido publicando el diario Europa Sur desde el mes de agosto del año 2024 hasta hoy, 21 de junio de 2025. Lo dedico a analizar con brevedad las diferentes etapas por las que ha pasado el puerto de Algeciras desde que fue la base de la escuadra del emir Abderramán III, a principios del siglo X; su auge en los siglos XIII y XIV; la destrucción de la ciudad y el cegamiento de su puerto por el sultán de Granada en torno al año 1380; hasta su resurrección a principios del siglo XVIII, con un largo período agónico de urbe secundaria, de escasa relevancia —debido a diversas circunstancias históricas, políticas y económicas— que se prolongó, al menos, hasta las últimas décadas del siglo XIX. Una larga etapa que estuvo determinada por el secular aislamiento que sufría la población debido a las deficiencias en las comunicaciones terrestres y marítimas (inexistencia de un puerto como el que hizo de la ciudad, durante la Edad Media, el enclave portuario más importante de la orilla norte del Estrecho).

Fotografía coloreada tomada en el año 1900.
Fotografía coloreada tomada en el año 1900. / Archivo de la APBA

Las circunstancias históricas, los imponderables políticos y la inacción de unas administraciones nacionales y provinciales que miraban para otro lado, provocaron que una ciudad, destinada a ser el nudo de las comunicaciones y de la expansión económica y demográfica de la región meridional de España, viera frustrado un desarrollo que, a lo largo del siglo XIX, gozaron otras urbes situadas en el litoral meridional.

La Edad Media y los siglos XV al XIX

A principios del siglo X Abderramán III estableció en el puerto de Algeciras la escuadra emiral. Desde entonces y hasta la destrucción de la ciudad por el sultán de Granada, el puerto algecireño fue el principal enclave portuario del litoral norte del Estrecho, perdurando en los veinticinco años de dominio castellano entre los años 1344 y 1380. Sus abrigadas aguas y su arsenal dieron cobijo a las galeras de guerra y a las embarcaciones de comercio del califato de Córdoba, del reino hammudí y, posteriormente, de almorávides, almohades, nazaríes y meriníes hasta que la ciudad fue conquistada por el rey Alfonso XI en marzo de 1344. Mas, durante los veinticinco años de dominio castellano, el puerto algecireño siguió ejerciendo de base de la flota cristiana. Este monarca tenía la intención de hacer de Algeciras el puerto clave y la principal ciudad del sur, solicitando al Papa la creación de un Obispado e instituyendo un Concejo formado por doce caballeros regidores. Dicho Concejo tenía la obligación de atraer pobladores y mantener en su puerto dos galeras de guerra pagadas por la ciudad para que se unieran a la flota castellana cuando el rey las requiriera.

Durante los siglos XV, XVI y XVII la ciudad dejó de existir. Gibraltar, Cádiz y Málaga la sustituyeron en las actividades portuarias que antes desarrollaba Algeciras. Hasta que, tras la pérdida de Gibraltar, tomada la ciudad por los ingleses, Algeciras pudo renacer, aunque tímidamente, entre los años 1704 y 1724.

Difíciles comienzos. Los primeros proyectos portuarios fallidos

En el año 1756 Algeciras logró, del Consejo de Castilla, su emancipación e independencia de las autoridades de San Roque. Pero esa decisión no lograría devolver a la ciudad su antiguo esplendor. Sin buenas comunicaciones terrestres, escasa población, ningún poder político cerca de las instancias superiores, el territorio militarizado por causa de Gibraltar y careciendo de las mínimas estructuras portuarias, la ciudad estaba condenada a soportar un difícil tránsito hacia la modernidad y el desarrollo poblacional y económico.

Algunos de los motivos que hicieron posible su largo estancamiento durante los siglos XVIII y XIX, fueron: el aislamiento debido a la carencia de aceptables vías de comunicación y, como se ha referido, el escaso poder político de las autoridades comarcales, supeditadas en todo a los Gobernadores Civiles de Cádiz y a los órganos directores de los partidos políticos establecidos en la capital de la provincia. Y, menos mal, que en nuestra comarca las autoridades actuaban con cierta independencia gracias a los Gobernadores Militares nombrados por el Gobierno que, como demuestra la documentación conservada, en no pocas ocasiones apostaron por defender proyectos vinculados con la ciudad o su puerto.

Plano de Algeciras levantado en el año 1857 por el Servicio Cartográfico y Geográfico del Ejército.
Plano de Algeciras levantado en el año 1857 por el Servicio Cartográfico y Geográfico del Ejército. / E.S.

Entre los años 1859 y 1895 se redactaron varios proyectos para la creación de un puerto “de arribada y refugio” en la ciudad de Algeciras, cuyos textos se encuentran depositados en el Archivo de la Autoridad Portuaria, que nunca se llevaron a cabo. En el año 1859 el ingeniero Juan Martínez Villa redactó el primer Proyecto de un puerto de arribada y refugio en Algeciras, que durmió el sueño de los justos en algún cajón del Ministerio de Fomento. En los años 1887, 1891 y 1895 se redactaron y enviaron al Ministerio de Fomento otros tres proyectos, aunque, como los anteriores, debieron quedar en el olvido en los despachos ministeriales. Pérez-Petinto analiza con total acierto lo acontecido en aquellas décadas del siglo XIX en torno a la construcción del puerto que con tanta insistencia solicitaban las autoridades locales y que parecía que nunca se haría realidad. Refiere el cronista-historiador: “Nada práctico se obtenía por la resistencia del Gobierno central a conceder una obra que los políticos de la provincia entendían habría de lesionar sus intereses.” En el año 1875, viendo el Ayuntamiento de la ciudad que los años pasaban y las autoridades se desentendían de las necesidades portuarias de Algeciras, construyó a sus expensas, en la margen izquierda del río, junto a la Marina, el llamado muelle Comercial o Viejo, de muy escasa superficie y calado. Y así se llegó al siglo XX, sin que la ciudad de Algeciras tuviera el tan ansiado puerto.

Creación de la Junta de Obras y primera etapa de desarrollo (1907-1936)

Por fin llegó el año 1906 y, por Real Orden de 10 de agosto de ese año, el Gobierno de la Nación creó la Junta de Obras del Puerto de Algeciras, con sede en el Ayuntamiento de la ciudad, organismo encargado de la gestión de las actividades portuarias, obtener y distribuir los ingresos necesarios por medio del sistema de tarifas y, sobre todo, proyectar y ejecutar las obras de infraestructuras necesarias. Liberado el organismo portuario de la dependencia y el control de los Gobernadores Civiles de Cádiz y de la Delegación de Ingenieros de Sevilla, comenzaron a acometerse las primeras obras, iniciándose, así, el primer período de desarrollo portuario de la ciudad después de casi un siglo de vanos intentos. En 1913 empezó la construcción del muelle de la Galera; en 1919 las obras del Rompeolas de la Isla Verde para lograr aguas abrigadas que posibilitaran el fondeo y el atraque de navíos de mediano y gran porte; se trasladó la línea del ferrocarril (operativo en la banda sur del río desde 1894) hasta el muelle de la Galera entre 1924 y 1926. Y se asistió al auge del sector pesquero con la llegada de compañías de pesca procedentes del norte de España a partir del año 1920; comenzó a desarrollarse, desde el año 1927, por la Compañía Trasmediterránea, el tráfico de pasajeros con Ceuta y Tánger, además del ya existente con Gibraltar, y fue creciendo el tráfico de mercancías con la arribada de mercantes españoles y extranjeros.

El muelle Viejo o Comercial y, detrás, el muelle de Madera de la Compañía del Ferrocarril. Año 1908.
El muelle Viejo o Comercial y, detrás, el muelle de Madera de la Compañía del Ferrocarril. Año 1908. / Archivo de la APBA

Primera gran crisis (1936-1950)

Con el estallido de la Guerra Civil se truncó el importante desarrollo que, desde principios de los años veinte, se estaba produciendo en el puerto de Algeciras. En las obras del muelle de la Galera, del Rompeolas de la Isla Verde y del muelle Pesquero faltaban el cemento y el hierro desde que comenzó la guerra (como se recoge en las Actas de la Junta de Obras) y el nuevo Gobierno de Burgos carecía de dinero para poder seguir financiando las obras portuarias en curso. A estos graves inconvenientes para que el puerto pudiera continuar con la etapa de desarrollo de infraestructuras y de los tráficos, vino a sumarse, desde el mes de septiembre del año 1939, el inicio de la Segunda Guerra Mundial con la paralización total del tráfico mundial de pasajeros y de mercancías. Por todo ello, los años que van desde 1936 a 1950 se han de considerar de crisis y retroceso en las grandes obras que estaban en marcha o esperaban ser aprobadas.

Segunda etapa de desarrollo portuario (1950-1980)

A partir del año 1950, pero sobre todo desde principios de la década de los sesenta con la instauración de los Planes de Desarrollo del Campo de Gibraltar, el puerto de Algeciras adquirirá un enorme crecimiento, impensable tan solo unos años antes, pasando de ser un puerto de ámbito regional, a un pujante puerto de carácter y alcance internacional por medio del comercio realizado con portacontenedores (desde el año 1976) y ser paso obligado para los miles de viajeros que cruzaban el Estrecho.

Fotografía cenital del puerto. Año 1987.
Fotografía cenital del puerto. Año 1987. / Archivo de la APBA

Los grandes avances en todos los órdenes del puerto de Algeciras en esta segunda etapa de su historia, entre los años 1950 y 1980, se pueden resumir de la siguiente manera: construcción del Paseo Marítimo; construcción del muelle para pasajeros y vehículos; llegada de los nuevos trasbordadores de la Compañía Trasmediterránea; construcción de lonjas de pescado y fábricas de hielo; ampliación del dique norte; construcción de una nueva Estación Marítima y ampliación del muelle de la Isla Verde para el atraque de los grandes portacontenedores de la empresa Sea Land.

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