El beneficio de dejar fluir la energía

El reiki es una práctica terapéutica milenaria japonesa basada en la imposición de manos de la que pueden beneficiarse los linenses gracias a Nacha Hernández, terapeuta que además practica la cromoterapia, cromopuntura y kinesiología.

Fue Mikao Usui el que retomó esta práctica en 1922 e inició a varias personas, entre ellas a Takata, una mujer hawaiana que trajo el reiki a occidente.

Las personas que acuden a recibir esta terapia logran mejorar su relajación, atenuar los dolores físicos que padecen e incluso beneficios a nivel emocional y psíquico y todo ello gracias a dejar fluir la energía. "La gente mejora mucho su calidad de vida", explica Nacha, que destaca que hospitales como el Ramón y Cajal y el 12 de Octubre, ambos en Madrid, están incluyendo el reiki en el tratamiento de los pacientes que lo necesitan.

Esta terapeuta indica que es una práctica que llega "a todos los niveles: físicos, mentales, emocionales y espirituales. No es una religión pero te ayuda a integrarte con la naturaleza" y cómo los beneficios se alcanzan en todos estos escalones no hace falta estar enfermo para acudir a una sesión, la cual suele durar más de una hora.

"A pesar de todos los años que llevo haciendo reiki todavía me sorprendo de los efectos que causa", señala Nacha Hernández, que añade que muchos de los malestares que padecemos "son psicológicos y también trabajamos con esa parte".

La terapeuta explica que lo que hace es "trabajar con la energía y la persona que impone las manos actúa como un filtro". El objetivo de la terapia es abrir los distintos chakras que hay en el cuerpo para que fluya la energía, es decir, desbloquearlos. Cada uno de estos puntos "recoge una emoción, que también influye en los dolores, o rige un órgano o un sistema". Además, la práctica del reiki sirve también para "sacar un problema de la mente, aislarlo y no estar continuamente dándole vueltas".

La simbología también juega un papel destacado en esta terapia ya que gracias a un símbolo concreto, conectado a otra persona, se puede hacer reiki a distancia de manera que esta sienta los beneficios.

El número de sesiones que un paciente debe recibir varía en función del problema "porque en muchas ocasiones hay que quitar capas, como en un cebolla, sobre todo si se trata de temas emocionales".

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