Vuelve la temporada de los chumbos

Los higos chumbos llevan vendiéndose en La Línea desde hace tanto tiempo que ya nadie lo recuerda y se han convertido en una tradición, de modo que cuando llega el verano, y especialmente en agosto, los linenses saben que pueden encontrar puestos ambulantes de esta fruta por casi todos los puntos de comercio de la ciudad.

Una de estas zonas es el exterior del mercado de abastos, donde los vendedores deben pagar una cuota al Ayuntamiento para comerciar ahí. Sin embargo, no son pocos los vendedores ambulantes que venden esta fruta sin licencia, con el riesgo de que pueden ser multados y retirados junto a su mercancía.

La época de recogida de la fruta comienza a principios de julio y termina a finales de agosto o principios de septiembre.

Estos chumbos, aunque cuando están pelados y limpios no lo parezca, tienen un proceso de recogida muy complicado y doloroso, ya que esta deliciosa fruta está rodeada de afiladas espinas, de modo que se deben utilizar o bien guantes, aunque esto no evita los pinchazos en los brazos, o bien cañas o pinzas, con las que se debe tener cierta habilidad. Luego se procede a la retirada de las espinas, y más tarde, ya en la plaza, los vendedores les quitan la piel a la vista de todo el mundo, para que el cliente vea que la fruta es de calidad y se los lleve listos para comérselos.

Sin duda, el proceso de recogida es muy complicado y requiere demasiado esfuerzo para el precio tan humilde al que los venden, a 1,50 euros la docena, menos de la mitad del precio al que se vendían el año pasado, cuando una bolsa podía costar entre tres o cuatro euros dependiendo del peso.

El lugar de procedencia de los chumbos es distinto dependiendo de quién los venda. Algunos vendedores recolectan ellos mismos los chumbos, mientras que otros los encargan "desde Benalup, Medina Sidonia o Alcalá de los Gazules", como reveló uno de los vendedores instalados en el mercado.

Por potra parte, con la crisis esta fruta no se está vendiendo ni la mitad de bien que otras veces, como constató otro vendedor, que razonó que hay mucha gente "que está parada y no compra", y otro añadió que antes vendía "como cinco o seis bombos diarios y ahora vendo dos o tres como muchísimo", explicó.

Sin embargo, muchos de los vendedores coinciden en que tienen clientes de toda la vida que cada mañana van a comprarles los chumbos.

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