Vecinos de la Plaza Inmaculada critican la práctica del botellón

Los afectados piden al Ayuntamiento que tome cartas en el asunto. Lamentan que la Policía Local no vigile la zona

Uno de los accesos a la Plaza Inmaculada, ayer por la tarde.
Uno de los accesos a la Plaza Inmaculada, ayer por la tarde.
E. Correa / Algeciras

06 de junio 2010 - 01:00

Los vecinos de la Plaza Inmaculada vuelven a sufrir las consecuencias del botellón pese a existir una ley que lo prohíbe. Aunque los residentes en la zona pensaron que los noventa, cuando beber allí era una auténtica costumbre para la juventud, era ya cosa del pasado todo apunta ahora a que la historia vuelve a repetirse pero con menor asistencia.

Residentes en la zona denunciaron a este diario que la noche del viernes entre 12 y 14 chicos provistos con botellas de Ballantines y Coca-Cola permanecieron en los bajos de los edificios hasta las cuatro o las cinco de la mañana "haciendo ruido y orinando donde buenamente pueden".

Un afectado llamó a la Policía Local en dos ocasiones y lamentó que no apareciera. "Estos jóvenes tienen gente vigilando en los alrededores para que si se acerca un policía les avise para retirar la bebida y hacer como si nada. Parecen unos profesionales", explicaron.

La incidencia del botellón en los edificios de la Plaza Inmaculada no se cierne sólo a los viernes y los sábados ya que hay algunos jueves en que los jóvenes también acuden a su cita. "No nos molesta que beban. El problema es el ruido que hacen y como lo dejan todo", recriminaron.

Los vecinos de los edificios afectados tenían antes contratado un vigilante privado que evitaba los altercados pero ante la aparición de la ley antibotellón decidieron ahorrarse este coste. "La Policía Local no aparece aunque la llames varias veces. Hacen botellón aquí y siguen haciéndolo al lado de Bomberos detrás de la gasolinera", manifiesta un vecino que aclara que se esconde por la ventana para observar porque si los jóvenes ven que alguien les vigila empiezan a insultar y a amenazar. "Una vez alguien desesperado tiró agua por la ventana y se metieron a quemar todo lo que había en los buzones", lamentó.

Para el colectivo es fundamental que el Ayuntamiento tome cartas en el asunto y controle que la ley que prohíbe beber en la calle se cumple a rajatabla. "Los operarios retiran los restos pero nadie desinfecta donde orinan", añadieron.

La llegada del verano preocupa y mucho a las 186 familias que viven en los dos bloques afectados. Para ellos es imposible conciliar el descanso con la diversión de los jóvenes máxime cuando saben que hay una ley que les da la razón ya que prohíbe practicar el botellón en la calle. Aunque su realización conlleva la imposición de una multa los vecinos lamentan que pese a avisar a la Jefatura de la Policía Local nadie aparece por allí para controlar la zona. Como afectados sostienen que la paciencia tiene un límite.

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