El Sexenio Revolucionario (1868-1874): Algeciras revolucionaria, taurina y constitucional

Historia de Algeciras

El algecireño y constitucionalista José González de la Vega fue muy crítico con la promulgación de la nueva constitución de 1869

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El Sexenio Revolucionario (1868-1874): Los vapores correos Algeciras-Ceuta y el callejón Cuadrado

Plaza de toros de la Perseverancia, Algeciras
Plaza de toros de La Perseverancia, Algeciras.
Manuel Tapia Ledesma

24 de septiembre 2023 - 02:00

A la vez que el algecireño Moreno Ortiz, como bien quedó reflejado en la entrega anterior, obtiene permiso para subarrendar la suerte de El Lazareto, Algeciras entra en su feriado mes por excelencia, al mismo tiempo que España camina hacia un nuevo texto constitucional. Coincidente con todo aquello, un viajero llamado Augusto Jerez, pasa por nuestra zona y relata:

"Desde el Peñón se recrean los ojos y se extasía el alma contemplando un riquísimo paisaje. Al lado de Levante se ve el Mediterráneo, la Sierra de Ronda, Estepona, Marbella y Sierra Nevada.- A la parte de Poniente el desierto del Cuervo, los nombres de Hojén y de Sanona (sic), Algeciras y San Roque.- Al frente la costa de África y en ella la punta de la Almina, el monte Abila, Ceuta, losa montes Eptadelfos ó Septe-Frates, Alcázar el Zaguer, pequeño pueblo; el río Belone, los Cuclillos de Siris, la bahía de Tánger y el cabo Espartel. Hermoso cuadro que sé contempla con cierta melancolía, pues al mirar tan variada perspectiva pensamos en la patria, en el hogar".

En curiosa referencia a Gibraltar, recoge el citado Jerez, don Augusto:

"Y ¡cosa rara!, mientras que en la fortaleza todo revela la destrucción del hombre por el hombre, éste respeta no obstante á los pacíficos moradores de la montaña, los monos, que viven en plena libertad sin temer á los soldados ingleses".

De vueltas a la política nacional y dejando en Gibraltar a sus célebres macacos de Berbería, testigos estos un año antes y desde sus alturas de la salida de Prim y su revolucionario séquito para hacer realidad la Constitución que estaba a poco de aprobarse, comentar que por aquellos días se denuncian malintencionados rumores:

"Amenazas del interior y del exterior, llámense isabelinos ó carlistas. Qué un ex ministro ó ex general han salido precipitadamente de Bayona para París, Qué Dña Isabel de Borbón ha estado en el palacio de las Tullerías ó el emperador Napoleón ha estado en el palacio de Basilewsky. Qué en una u otra visita se han cambiado palabras y demostraciones de sincera cordialidad y perfecta inteligencia. Qué Dña. Isabel de Borbón se ha negado á abdicar. Qué no abdica. Que pensándolo mejor, transmitirá sus derechos á su hijo. Qué ha declarado resueltamente que no quiere. Qué D. Carlos de Borbón ha contraído un empréstito. Que tiene un ejército en la frontera dispuesto á pasarla. Qué el gobierno francés ha internado á los futuros facciosos, Qué ha abierto la mano y están nuevamente en puertas...Miedo, miedo, miedo".

Mientras la sociedad española intenta desprenderse del miedo que se le pretende inocular desde sectores contrarios a constitucionales cambios, en Algeciras el matrimonio compuesto por María Antonia Puigt y el conocido impresor Gabriel Álvarez Carpintero, alejados de la barahúnda política, deciden poner en venta la tercera parte de una vivienda:

"Que mira al norte y dentro de la casa principal situada en el número 12 de la calle de San Antonio [...] con servidumbre al patio grande, pozo y portón de salida. Interesado en la misma, es adquirida por la cantidad de 200 escudos por el presbítero Don Juan Puche Coria, domiciliado en nuestra ciudad".

Las dos partes restantes correspondían a las hermanas de María, Elisa y Amalia, quienes las adquirieron de su padre José Puigt Carrillo en 1846, y este a su vez la recibió de su finado padre y abuelo de las actuales propietarias don Simón Puigt, acontecida en el 38. Posteriormente Elisa y Amalia también venderían sus respectivas partes al presbítero comprador. Pasando la propiedad de toda la vivienda a poder del citado religioso. A partir de aquellos momentos, el cura Puche Coria, tendría como nuevos vecinos a personas tan destacadas de la burguesía local como los grandes propietarios: Sión Consellero, Bartolomé Bernal, Mercedes de los Santos y Terrero o Dolores Benítez.

González de la Vega, y su dura crítica a su asistencia a la promulgación de la nueva constitución.
González de la Vega, y su dura crítica a su asistencia a la promulgación de la nueva constitución.

Coincidente con la adquisición de la casa por parte del reseñado religioso a las hermanas Puigt, España también adquiría una oportunidad para la modernidad con la aprobación de la Constitución del 69. "La España con honra", ya tenía su constitución; aunque su texto y contexto político no fuera -¡¡sorprendentemente!!-, del agrado de todos los progresistas: El Sr. González de la Vega -José González de la Vega, algecireño y constitucionalista, en aquel momento vicepresidente de la Diputación Provincial de Cádiz y destacado participante durante la revolución del año anterior-, manifestó que:

"Había pensado profunda y detenidamente respecto del honor con que la Diputación quería distinguirle según resultas de la sesión anterior para que representase á la provincia en la próxima promulgación de la Constitución política y no había podido vencer la gran repugnancia que tenía á asistir á semejante acto, fundada en razones políticas y en algunas otras de diferente orden que había estado dispuesto y lo estaría siempre á defender los intereses de la provincia con la energía y decisión de q. tenía dadas pruebas; pero que en las circunstancias presentes, atendiendo el caso de que se trata y obedeciendo á las causas que le imponen esta actitud, rogaba con encarecimiento se le admitiera la dimisión qué formalmente hacía del referido cargo de Vicepresidente para que elegido otro Diputado pudiera representar á la provincia tal vez con mejor éxito".

Prosiguiendo el texto:

"El Presidente -La Calle- manifestó que las Cortes Constituyentes y el Poder Legislativo determinarían tal vez que para solemnizar la promulgación de la Constitución asistieran á Madrid algunos individuos de las Diputaciones provinciales. Y siendo así que los periódicos anunciaban que los Presidentes serían los convocados, estaba dispuesto á presentar su dimisión para que fuese otro el elegido puesto que estaba decidido á no asistir á semejante acto, sobre el particular disintieron detenidamente los Presidentes Barrocal y González Romo, insistiendo todos los Srs. Diputados en la necesidad y conveniencia de que el Sr. González de la Vega pase á la Corte representando á este Cuerpo en el acto de la promulgación. Pero insistiendo el propio Sr. En su negativa y no habiendo forma de convencerle de las altas razones políticas que concurren para que acepte dicha representación se dejó pendiente este asunto para tratarlo en la sesión inmediata á cuyo efecto se convoque á todos los Srs. Diputados".

Presentado ante las Cortes el nuevo texto constitucional, los diputados lo debatieron profundamente, siendo el tema de mayor enfrentamiento la elección del nuevo sistema de gobierno: monarquía o república. Se optó por la monarquía por 214 votos a favor, frente a 71 que defendieron la república. El 1 de junio se ratificó la Constitución por 214 votos a favor y 55 en contra.

Arbitrio por cada cabeza de res que pasa a la plaza de Gibraltar (1869).
Arbitrio por cada cabeza de res que pasa a la plaza de Gibraltar (1869).

La llamada Constitución del 69 ya era toda una realidad. Será considerada la más democrática y liberal de todas las constituciones aprobadas en nuestro país hasta aquel momento. Paradójica constitución que contempla a la monarquía como sistema de gobierno teniendo su trono vacío ¡Cosas de España!. Y mientras prosiguen los sesudos debates en las altas esferas del Estado se aprueba con carácter retroactivo por las provinciales autoridades y con gran repercusión para nuestra comarca: "Cobrar un arbitrio especial de derecho en cabeza de res de las que pasen por la línea á la plaza de Gibraltar, consistente en 800 milésimas de escudo por cada res vacuna, 200 por las de la mar, 800". Ampliable dicho arbitrio a otros animales: "Por la de cerda de 60 libras en adelante y 400 pº r. La de igual clase de menos de 60, y que dicho arbitrio empezó á regir en 1 º de Marzo". Contribuyendo los vecinos de la colonia, con la aplicación de tal medida económica, al sostenimiento de las poblaciones de la comarca.

En un principio el nuevo sistema de gobierno recién aprobado, desde el punto de vista local, sólo podía aspirar a alimentar el politizado y liberal espíritu de una minoría de constitucionalistas campogibraltareños; las necesarias medidas para el estómago de la "políticamente incrédula" mayoría de la población, aún tardarían en llegar.

De vuelta a la nueva Carta Magna, ésta defenderá, entre otras y con visión de excepcionalidad hispana, lo que en el resto del orbe democrático era normal, a saber:

"La Nación española y en su nombre las Cortes Constituyentes, elegidas por sufragio universal (deja al lado el trasnochado sufragio censitario, supeditado a la edad y renta del masculino votante), deseando afianzar, la justicia, la libertad y la seguridad, y proveer al bien de cuantos vivan en España, decretan y sancionan la siguiente Constitución [...] Artº 17.- Tampoco podrá ser privado ningún español: Del derecho de emitir libremente, sus ideas y opiniones, , ya de palabra, ya por escrito, valiéndose de la imprenta o de otro procedimiento semejante. Del derecho de reunirse pacíficamente. Del derecho de asociarse para todos lo fines de la vida humana que no sean contrarios a la moral pública. Artº 19.- A toda asociación, cuyos individuos delinquieren por los medios que la misma les proporcione, podrá imponérsele la pena de disolución [...] Toda asociación cuyo objeto cuyos medios comprometan la seguridad del Estado, podrá ser disuelta por una ley [...] Artº 21.-La Nación se obliga a mantener el culto y los ministros de la religión católica. El ejercicio público o privado de cualquier otro culto queda garantizado [...] sin más limitaciones que las reglas universales de la moral y del derecho [...] Artº 32.- La soberanía reside esencialmente en la Nación, de la cual emanan todos los poderes. Artº 33.- La forma de gobierno de la Nación española es la Monarquía. Artº 34.- La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes. El Rey sanciona y promulga las leyes. Artº 93.- Se establecerá el juicio por jurados para todos los delitos políticos y para los comunes que determine la ley [...] Artº 108.- Las Cortes Constituyentes reformarán el sistema actual del gobierno de las provincias de Ultramar, cuando hayan tomado asiento los diputados de Cuba o Puerto Rico, para hacer extensivo a las mismas, con las modificaciones que se creyeren necesarias, los derechos consignados en la Constitución. Para la puesta en marcha de aquel sistema monárquico -recordemos- se hace imprescindible la búsqueda de un real candidato".

Su promulgación se produjo durante la Feria Real de Algeciras y en plena celebración taurina, según demuestra la siguiente reseña: "El mes de Junio ha sido fatal para los lidiadores. En Algeciras sufrió el hijo de Trigo un puntazo en el pie derecho picando el primer toro en la tarde del 6 de dicho mes". En la crónica del festejo del siguiente día se refleja, además del cambio de sistema político, las excelentes relaciones de las comarcales autoridades de un lado y otro de la verja:

"TOROS EN ALGECIRAS.- Segunda corrida de feria, verificada el día 7 de Junio de 1869 [...] Presidida por el primer alcalde popular don Manuel Juliá [...] Llenos de alegría vimos en este día animadisima la población de Algeciras cual pudiéramos desear: atraídos nuestros vecinos de Gibraltar por la excelente corrida del día anterior, de la acreditada ganadería del Sr. Andrades y las simpatías que se captó el espada Francisco Arjona Reyes, fuimos á la plaza con la esperanza de ver una buena entrada y vimos con satisfacción un lleno completo".

Algeciras, y desde la joven Perseverancia (1866), celebró taurinamente la transición política de la Septembrina del 68, en su transformación de revolucionaria á constitucional, dando paso al periodo democrático que comenzó en aquel mes de junio de 1869.

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