Un proyecto destinado a mejorar la memoria a corto plazo y activar los recuerdos del pasado a través de la realidad virtual en personas con demencia ha sido uno de los justos merecedores de los Premios Valor Social 2023, que concede la Fundación Cepsa.

Esta es la vanguardista propuesta de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer del Campo de Gibraltar (AFA Campo de Gibraltar), una entidad que lleva más de treinta años entregada en mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad.

Gradior Multisensorial, como se llama este programa, incluye un conjunto de actividades terapéuticas orientadas a la disminución de la ansiedad, mejora de la autoestima, la estimulación sensorial, cognitiva, la creatividad y la plena consciencia.

Unas noventa personas al año son las receptoras de este programa, que consiste en usar gafas con pantalla que se colocan en la cabeza para visitar mundos virtuales, a través de tres salas: de relajación, de estimulación y de las emociones.

En la primera, se comprueba la tolerancia del enfermo, de tal forma que se usan visualizaciones de aspecto relajante, en los que el usuario interactúa muy poco o nada con el medio, solo disfruta de la experiencia. Una vez superada esta etapa, entran en juego los elementos de interactuación total, que controla los movimientos y la interactuación con medio digitales de la realidad virtual, movimiento de manos y cabeza y uso de botones de los mandos.

Por último, llega la sala de las emociones, donde la interactuación del usuario con el medio es total. Aquí ya se le proponen actividades, en las que debe desarrollar unas tareas precisas y concretas con el medio.

La responsable de AFA Campo de Gibraltar, Isabel Arana Ortega, asegura que, “con Gradior Multisensorial, se fomenta que las personas decidan qué tipo de sesión quieren realizar, con el fin de que surja la iniciativa, la espontaneidad, la capacidad de exploración y la experiencia personal, apoyadas por un terapeuta”. Y añade que, “centrándonos en la estimulación cognitiva, el evitar posibles distracciones hace que los usuarios se encuentren más motivados en la actividad que están realizando. Además, al proponer diferentes cuestiones, en entornos vistosos y llevando a cabo tareas cotidianas, suelen disfrutar más del ejercicio”.

Uno de los receptores de este innovador programa.

Sobre la importancia del galardón de la Fundación Cepsa, Isabel Arana Ortega explica que “la asociación se mantiene actualizada en los nuevos tratamientos que se van ofreciendo para mejorar la calidad de vida de estos enfermos, pero supone una inversión extraordinaria a añadir en los gastos de la entidad”.

Creada en 1994, AFA Campo de Gibraltar cuenta con una amplia experiencia en la puesta en marcha de proyectos, cuya gestión la ha hecho ser reconocida como entidad de utilidad pública por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

Asimismo, es pionera en iniciativas en la lucha de la dignidad del enfermo, de tal forma que en 2016 se convirtió en la primera entidad en Andalucía en gestionar un centro libre de sujeciones, reconocimiento otorgado por la Confederación Española de Organización de Mayores (CEOMA).

La AFA destaca por su carácter reivindicativo en derechos tales como atención de especialistas de neurología, y la creación de la consulta de demencias, inexistente hasta su intervención.

Con el objetivo principal de mejorar la calidad de vida de los enfermos de Alzheimer y sus familias, ha creado servicios para atender las necesidades de formación e información sobre esta enfermedad, tanto a afectados directamente como a otros sectores relacionados con el cuidado de estos pacientes.

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que afecta fundamentalmente a personas mayores, aunque cada vez es menor el rango de edad de los pacientes. Incurable, somete a prueba a entidades públicas y privadas, que han de cubrir el amplio abanico de necesidades de enfermos y familiares.

La disminución progresiva de la capacidad de memoria, orientación, coordinación y un largo etcétera de funciones básicas que conlleva esta enfermedad requiere un tratamiento farmacológico y no farmacológico que lo complemente, a través de actividades de psicoestimulación cognitiva, en un contexto beneficioso para el enfermo.