Raquel González y Leticia Corrales, dos algecireñas de matrícula de honor

Las algecireñas Raquel González y Leticia Corrales coinciden en aquello que dijo Thomas Edison que el genio es un uno por ciento de inspiración y un 99 de sudor. Vamos, que cuando el martes reciban uno de los Premios Nacionales Fin de Carrera, que otorga el Ministerio de Educación, no se podrá decir que ha sido cuestión de suerte. Las dos no se conocen. Tendrán la oportunidad de hacerlo en la ceremonia en el Auditorio de la Música de Madrid.

González, que estudio en La Inmaculada, ha terminado la carrera de ingeniería técnica de Sistemas y de Informática de Gestión en la Universidad Pontificia de Comillas (ICAI) de Madrid con una nota media de matrícula de honor. Señala que hasta llegar a ese punto hay muchas horas detrás. "Cuesta mucho esfuerzo. Yo estudio todo el tiempo que puedo. El premio ha sido una gran sorpresa y una recompensa. Es una alegría". En estos premios se tiene en cuenta el expediente académico, las colaboraciones en departamentos universitarios y las prácticas en empresas.

Ahora continúa sus estudios en la Ingeniería en Organización Industrial en el mismo centro universitario, del que dice estar muy satisfecha tanto ella como su familia. "Me atraía la idea de venir a esta universidad por su prestigio". Para ingresar tuvo que superar unas pruebas de acceso.

No duda en que le gustaría trabajar en una empresa del Campo de Gibraltar y compatibilizarlo con la actividad docente. Ya ha recibido alguna que otra oferta.

Leticia Corrales, que estudió en Puertoblanco, admite que veía que tenía posibilidades de acabar con un Premio Nacional Fin de Carrera en Farmacia, ya que el año pasado fue su propia universidad, la de Navarra, la que reconoció su trayectoria. Sobre 4, su expediente académico es de 3,72.

Quiere seguir profundizando en sus conocimientos en la materia y para ello en la actualidad cursa el doctorado como becaria en el departamento de Oncología del Centro de Investigación Médica Aplicada de Navarra (CIMA).

Tras concluir el doctorado, pretende participar en alguna beca para continuar enriqueciendo su perfil académico en alguna universidad del extranjero. Le atrae la idea de poder seguir creciendo rodeada de los últimos avances, como los que maneja Estados Unidos. Tras este complemento, su pretensión es volver a España.

Dice que eligió la universidad privada de Navarra porque tenía muy buenas referencias. Tampoco se arrepiente de la decisión. Señala que el premio lo ha acogido gran satisfacción, pero quizás con mucho más entusiasmo lo ha recibido su entorno y su familia.