Unos labios de neón, un luminoso con la palabra "Open" y fotografías en las que, con aire improvisado, se anuncian mujeres semidesnudas con el rostro pixelado: 'jovencita canaria', "entre sin llamar, estamos dentro". Esto no es Ámsterdam, sino Algeciras. Este es el escaparate que cualquier viandante puede encontrarse al final de la calle Segismundo Moret, una zona cercana al Puerto y a la estaciones de tren y autobús, junto al paseo del Río de la Miel, al lado del hostal la Plata.

Estamos en un lugar en el que desde hace años se ejerce la prostitución en plena calle, a dos pasos del Acceso Central del puerto algecireño. Hace ocho años, con la reforma del Río de la Miel, la prostitución que ocultaba el muro del parking Bahía se hizo más visible. Desde entonces, los vecinos han venido denunciando la situación de inseguridad que sufren por la presencia de decenas de mujeres que se prostituyen a lo largo de esta calle y en los alrededores.   

Los vecinos relatan que hace un año, algunas de estas mujeres alquilaron un local en el que continuaron ejerciendo la actividad al margen de la vía pública. Si se pasea por la zona, no es difícil verlas sentadas en algunos de los sofás que hay en la única habitación que se atisba entre cortinas semiabiertas, desde la calle. Ahí, reciben a los clientes que acceden por una puerta lateral que normalmente está cerrada.       

Cada día se las encuentran residentes en la zona y, por ejemplo, los usuarios del tren de la Navidad, que pasa por la misma puerta. "No solo tenemos que soportar ver a las prostitutas a todas horas al pasar por estas calles junto a nuestros hijos, sino que ahora tenemos un local con una cristalera en la que se ofrece un catálogo de señoritas para todos los gustos. ¿Es normal que nuestros hijos tengan que presenciar estas cosas?", se queja un vecino.

"Realmente es mejor que estén dentro del local que fuera en la calle. Este es un problema que tenemos desde hace años y contra el que es muy complicado luchar. Hemos visto a la Policía venir muchas veces y realmente no pueden hacer nada", subraya un comerciante de la zona. 

En Algeciras hay desde 2013 una ordenanza municipal contra la prostitución y la trata con fines de explotación sexual. La regulación establece sanciones no para quien ofrezca servicios sexuales, sino para las personas que los soliciten, negocien o acepten, de manera directa o indirecta. Se contemplan multas máximas de 3.000 euros y no sólo se prohíbe la prostitución en la calle, sino también en los espacios privados cuando sus efectos "afecten negativamente a la convivencia y el civismo" en los públicos.

La normativa, en su artículo 14, dictamina que "se prohíbe solicitar, negociar o aceptar, directa o indirectamente, servicios sexuales retribuidos". Para los conceptos "demanda o aceptación" el texto apunta al cliente al definir que se considerarán tales cuando la proposición sea para un "propio disfrute o el de tercera persona".

También contempla la prohibición de la "colocación, reparto, divulgación y/o difusión de publicidad que promueva, favorezca o fomente el consumo de prostitución y la explotación sexual de las mujeres, el mercado prostitucional y el turismo sexual".